Periódicamente el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), creado en 1988 para realizar evaluaciones integrales sobre los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y respuestas, emite un informe de evaluación global para la comunidad internacional.
Este organismo científico intergubernamental, formado por iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), entrega información rigurosa a los encargados de adoptar decisiones a nivel planetario respecto al cambio climático, siendo estratégico en la implementación de los Acuerdos de Paris firmados en 2015.
Actualmente este equipo multinacional se encuentra trabajando en la preparación de su sexto informe, en el que participarán activamente siete científicos de nuestro país, incluyendo a las investigadoras del Centro de Ciencia del Clima y la Resilencia (CR2) de la U. de Chile Maisa Rojas, Laura Gallardo y Paulina Aldunce.
Este documento tendrá una importancia fundamental dado el contexto internacional, marcado por la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de Paris, principal instrumento para frenar el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales, entre otros.
La profesora Maisa Rojas conversó con Prensa U. de Chile respecto al contenido del nuevo informe, su importancia, las medidas que se han tomado en nuestro país para enfrentar el cambio climático, y los distintos factores que lo producen.
¿En qué consiste este informe y qué tan relevante será?
En realidad no es sólo un informe, sino que tres que son trabajados por diferentes equipos en los que está dividido el IPCC. El primero evalúa el cambio climático en su base física; el segundo la adaptación, vulnerabilidad e impacto del cambio climático; y el tercero trata su mitigación. Al final del ciclo de trabajo se emite un informe de síntesis que es trabajado con otro equipo, siendo complementados con tres informes especiales.
En esta oportunidad el enfoque será particular, ya que el contexto internacional ha cambiado gracias al Acuerdo de París, donde los países decidieron cambiar la ruta de desarrollo hacia un mundo sin emisiones de gases invernadero de aquí a unas décadas más, entonces el mensaje debe ser distinto sobre todo del grupo uno. No nos vamos a preocupar de demostrar que existe el cambio climático, ya que eso quedó claro en los informes anteriores, sino que buscaremos proveer información para ver cómo nos adaptamos y disminuimos los impactos, que sea útil para ver como reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sobre su utilidad, si bien cada informe es muy grande y complejo, todo se destila en un “resumen para tomadores de decisiones” que se aprueba frase por frase, y después es determinante en las negociaciones. Si queremos cumplir con el objetivo de la convención marco que es limitar el calentamiento debajo de los 2 grados, hay un número ahora de cuánto se puede emitir. Esa es información que no teníamos antes y ahora está claro, no hay incertidumbre y le da un sentido de realidad y urgencia muy concreto.
¿Por qué es tan importante que siete científicos de Chile participen en el informe?
Lo que pasa es que estos documentos son el gran insumo internacional para enfrentar este tema, y cuando se eligen a los autores es súper importante estar bien representados, porque si sólo lo escribieran científicos de Estados Unidos, Inglaterra y Francia por ejemplo, sería otro su sentido. Es muy importante que científicos países en vías de desarrollo, del hemisferio sur, estén representados porque tenemos otra perspectiva.
Además el aumento de científicos chilenos denota que estamos siendo reconocidos internacionalmente como expertos, que la ciencia que se está generando en nuestro país no es importante sólo para nuestro país, sino que también internacionalmente. En particular en el grupo de trabajo uno yo voy a coordinar un capítulo, y es primera vez que hay una coordinadora del grupo de trabajo uno de Chile y soy la única latinoamericana que va a coordinar un capítulo en este grupo de trabajo.
Hubo muchas expectativas luego de que se firmara el Acuerdo de París, ¿en qué está el cambio climático actualmente?
Si bien es claro que el cambio climático es algo innegable, existiendo base científica sobre sus efectos globales, a nivel regional es mucho más difícil encontrar esa información, y eso es algo que está comenzando a ocurrir en este momento. Esto es muy importante porque esta información es necesaria para ver temas como la adaptación y la evaluación de vulnerabilidad, que son muy locales. Es por eso que este informe va a tener mayor énfasis en información regional.
Otra cosa que está ocurriendo es que el impacto se está demostrando a través de eventos extremos, que tienen un impacto importante a nivel social y económico, y que están ocurriendo en Chile y también en otros países. Un ejemplo fue el aluvión en Atacama, las intensas precipitaciones en Santiago que produjeron cortes de agua a miles de personas, el aluvión en Villa Santa Lucía, la mayor frecuencia de marea roja y los incendios forestales.
Todos estos eventos tienen un ingrediente meteorológico o climático. No es lo único, pero esos son los que importan porque cuestan recursos, generan inestabilidad social, y entendemos teóricamente que a medida que el cambio climático se acentúa, este tipo de eventos debería ocurrir más frecuentemente o con mayor intensidad.
Pensando en lo contundente de la información y datos recolectados, ¿por qué todavía hay casos como el cargo de Estados Unidos que niega esta evidencia?
Cuando yo era más joven creía que aplicar el método científico daba un resultado y listo, ahora sé que no funciona así. Uno quiere creer que toma decisiones racionales, pero el otro día vi la cantidad de sesgos cognitivos que tiene el cerebro para justamente no tomar en cuenta información técnica.
Yo diría que la respuesta es que hay intereses económicos y políticos muy fuertes, por mal que nos parezca a los científicos, pero existen un montón de estos sesgos e intereses que han financiado la desinformación para evitar que se tomen decisiones importantes.
¿Por qué es tan importante el Acuerdo de París?
La belleza del acuerdo de Paris es que todos ponen sobre la mesa sus propios compromisos, todos los países grandes y chicos según ellos vean que pueden hacerlo, y eso permite que se firme el acuerdo, que no es suficiente, pero esos compromisos se revisan cada 5 años y tienen que ir avanzando, ser cada vez más ambiciosos, sobre la base inicial de los primeros compromisos.
La otra gracia es que los compromisos los pueden tomar países o sectores. En Estados Unidos pueden ser los estados locales también.
Ahora, en la urgencia que hay, no ayuda en nada el aviso de Estados Unidos de que se retira.
Lo bueno es que en muchos países y para Chile en particular, es que se está viendo esto no como un peso económico, se ve como una oportunidad y acá se ve que el desarrollo de energías renovables no convencionales no solo permitirán resolver nuestros compromisos internacionales sino ser autosuficientes energéticamente, no depender de vecinos o de precios internacionales. También tiene beneficios de reducción de contaminación y energía más barata, y cuando uno ve eso se comprende que hay menos freno a tomar estas decisiones.
Pensando en este tipo de variables más concretas, ¿qué tipo de medidas se han tomado o se pueden tomar en Chile?
Creo que han ocurrido hartas cosas. Toda la institucionalidad ambiental en Chile se ha ido desarrollando. Tenemos un ministerio, tribunales, servicios de impacto ambiental, todo 100 por ciento perfectible, pero se ha ido avanzando, y en la medida en que el país se ha desarrollado también ha emergido una claridad de que es importante de que la institucionalidad sea más fuerte. En ese sentido para las elecciones del año pasado prácticamente todas las candidaturas proponían una ley marco de cambio climático, porque la institucionalidad es un poco débil y esto permitiría tener un marco más coherente y eficaz.
Lo que ya se ha hecho son planes de adaptación para distintos sectores, entonces sabemos que se tiene que hacer en el sector agrícola, pesquero, salud. Ahora viene el tema del agua, que es complejo y crucial para el desarrollo de Chile, y creo que eso el Estado lo tiene claro desde hace tiempo, lo que no significa que estemos listos.
Otro problema es legislativo, están los derechos de agua, hay un enredo sobre quién lo maneja a nivel institucional. A mi me gusta ver siempre el vaso medio lleno, y creo que se han tomado medidas para remediarlo, pero falta harto todavía.