Recientemente, la académica Paulina Aldunce, trabajó en el quinto reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), como parte de las y los expertos que definieron los contenidos del reporte especial de 1,5º. "Fijar los contenidos de un reporte es súper relevante porque una vez que están definidos, eso se hace con un grupo más pequeño de investigadores y académicos, y luego no se puede cambiar", contó investigadora del Centro del Clima y la Resilencia (CR)2, alojado en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM).
La Ingeniera Agrónoma y doctora en Ciencias Sociales y Gestión de Recursos Naturales de la Universidad de Melbourne, fue seleccionada para definir los contenidos del grupo 2 del sexto reporte, en el cual trabaja actualmente, y en que los temas de pobreza y el bienestar, tienen un especial énfasis.
¿En qué consiste el grupo 2?
El grupo 2 es de Vulnerabilidad, Impacto y Adaptación. Es el que tiene más balance hacia lo social, en realidad. Porque el primero es sobre ciencias del clima y el otro es mitigación, que es sobre medidas de reducción de efectos de gases de efecto invernadero, y este es el que abarca vulnerabilidad, impacto y adaptación, entonces es mucho más social.
Pensando en traspasar los datos del informe a la realidad nacional y proyectando las medidas que tenemos que tomar como país en relación a lo que se establezca en el informe del IPCC. ¿Cómo valoras el hecho de la información que ustedes están recopilando en este capítulo?
EL IPCC, como resultado del quinto reporte, publicó una figura en base a las publicaciones que están incluidas. Porque en el IPCC todo es en base a publicación, no puedes incluir nada que no sea una publicación científica.
Ahí hicieron una figura con los porcentajes de participación de las distintas regiones del mundo. El resultado es que el aporte de las publicaciones de los países menos desarrollados es muy bajo y eso es porque también hay que fortalecer la representación, tanto de investigadores como autores, y además tratar de que se consideren artículos y publicaciones científicas que -por ejemplo- no están en inglés y sí están en español o en portugués. Por eso es tan importante que uno participe desde los países menos desarrollados y, además siendo mujer, porque el tema género también es importante.
Hay un proyecto que se llama RIOCC ADA, del cual vamos a sacar una publicación con todas las temáticas del cambio climático que van en el grupo 2, solo con publicaciones de Latinoamérica y el Caribe, España, Portugal y Andorra. Esta publicación -que va a llevar muchas publicaciones y artículos científicos de nuestros países- es como un IPCC latinoamericano, el que vamos a poner disposición del segundo grupo. Con esto buscamos mejorar los porcentajes de participación de artículos científicos de nuestra región.
¿Qué significa participar en un capítulo que aborda más la parte social, que pone énfasis en las personas?
Es súper relevante porque, en el fondo, la importancia de lo social es prioritaria. Las comunidades son quienes están en primera línea al sufrir los impactos, y en la primera línea de respuesta. Las políticas públicas son relevantes, pero tienen limitaciones, porque muchas veces estas se plantean a nivel nacional y hay que hacer la bajada a los distintos contextos. Entonces es muy importante trabajar a nivel local con la población. Ahí esto tiene que venir de un aporte de la sociedad completa, porque se habla siempre mucho de las políticas públicas, pero, ¿qué pasa en las comunidades?, ¿qué pasa en la sociedad?
¿Cuáles cree que son los mayores desafíos para ustedes como capítulo, pensando en el contexto que estamos viviendo ahora?
Uno de los desafíos más importantes es que cualquier investigación social es mucho más lenta que una investigación de las ciencias exactas y naturales.
No es que esté mirando en menos, son súper relevantes. Pero en ellas, hacer una modelación puede demorarles un año, dos años. En cambio, hacer un estudio social se demora muchísimo más. Entonces uno de los grandes desafíos es tratar de ir al ritmo del dinamismo del cambio climático, porque el cambio climático es muy dinámico. Tanto en los aspectos biofísicos, como cambio de las temperaturas, los eventos extremos, pero también desde el punto de vista de las respuestas de las comunidades, de las políticas públicas y de las respuestas que se generan desde las dos partes.
Es muy dinámico, y yo creo que, desde el punto de vista social, nosotros tanto en políticas públicas, como en investigación, cuesta mucho seguir ese dinamismo. Ese es uno de los principales desafíos de las ciencias sociales en cualquiera de estos tipos de publicaciones, como el IPCC o en cualquier análisis.
El cambio climático viene desde hace cuatro décadas, pero cuánto nos hemos demorado en tener un plan de acción nacional del cambio climático, o planes de adaptación, que finalmente son basados en realidades que ya pueden haber cambiado, tanto socialmente, como desde el punto de vista de las ciencias naturales, las ciencias exactas. Ese es uno de los principales desafíos.
¿Qué otros desafíos se plantean?
El otro desafío que tenemos es fortalecer más el tema de los eventos extremos. Tenemos que trabajar más en eso, porque el cambio climático tiene dos tipos de impacto: a largo plazo y a corto plazo. El de largo plazo, por ejemplo, es el aumento de las temperaturas. Ya vamos en 1,2º y seguirá aumentando, pero no tiene muchas bajas y subidas. Pero los eventos extremos, como la megasequía, son más severos y más frecuentes, a pesar de que por ejemplo en las lluvias, el promedio de las precipitaciones sean más bajos.
Hay que hacer más énfasis, porque ese delta con o sin cambio climático, es tremendo. Aunque se vea pequeño, es muy severo porque ya estás en un desastre socio-natural, con una megasequía, y ya se pasó el límite. Es muy relevante hacerse cargo de eso, porque los impactos de ese delta no siguen una pendiente normal, sino que tienen una subida muy grande en ese último tiempo.
Hay que hacerse cargo de los eventos extremos, que son las amenazas que producen los desastres socio-naturales, y por supuesto ahí tienen que conversar más las dos cosas: el cambio climático y la reducción de riesgos y desastres.
Siendo académica de la Universidad de Chile, ¿cómo se siente representando, no solamente a la comunidad científica, sino que también a la comunidad de esta universidad?
Bueno, eso es también muy relevante porque la Universidad de Chile tiene características muy especiales que la diferencian de otras universidades. Tiene un énfasis en el servicio público, por ejemplo. Prepara muchos gestores del servicio público. Tiene un énfasis en lo que son componentes sociales. Un aporte distinto, una visión distinta, que viene desde la diversidad que se presenta tanto de alumnos como en académicos dentro de la Universidad de Chile. No voy a hablar de otras universidades, pero en general se da que no tienen tanta diversidad como la que nosotros tenemos y eso es uno de los pilares de la resiliencia, en el fondo nos hace tener una visión mucho más amplia.
La verdad es que ir desde la Universidad de Chile es un tremendo aporte para el IPCC, porque lleva la riqueza de esa diversidad, tanto en términos socioeconómicos de los alumnos, como en términos de visiones políticas. Esa diversidad no se da en otras universidades. Además, que la Universidad de Chile sigue siendo la que más investigación hace, más que cualquiera otra universidad o instituto.
El aporte de la Universidad de Chile es muy importante en términos de la cantidad de aportes científicos que hacen. Eso también es muy relevante para llevarlo al IPCC.