“El primer semestre fue muy difícil, no tenía una buena base, nunca había tenido malas notas y mi primera nota fue un 3,7. Pero tampoco me dejé abatir porque sabía que de verdad me gustaba lo que estoy estudiando. Entonces, aproveché todas las herramientas que me entregaba la Universidad (...) Debo decir que fue muy malo el primer semestre, me frustraba e incluso llegué a dudar de mis propias capacidades. Cuando aprendí a redactar y a tener una mejor comprensión de lo que leía, pude resaltar académicamente. De hecho, el segundo semestre me eximí de todos mis ramos”, relata María José Alvarado, estudiante de segundo año de Periodismo de la Casa de Bello, recordando su primer año en la Universidad.
La experiencia de María José, compartida en la jornada “Aprendizajes y desafíos de la coordinación docente en el primer año universitario”, realizada en marzo pasado en Casa Central, no es inusual en la educación superior. “El primer año es fundamental en la experiencia y la trayectoria académica futura de las y los estudiantes. Es una etapa de muchos cambios en la que se juega incluso la continuidad en los estudios. Lo dicen autores como Vincent Tinto y lo hemos comprobado con nuestra experiencia. Por lo mismo, desde el Departamento de Pregrado desarrollamos distintas acciones de acompañamiento tanto a estudiantes como a docentes, centradas en el primer año de formación, entre las que está el apoyo a la iniciativa de profesor o profesora coordinadora”, enfatiza Leonor Armanet, directora del Departamento de Pregrado.
Las y los docentes, sobre todo en esta etapa, son muy relevantes. “Me gustaría resaltar la figura de profesores y profesoras que siempre tuvieron las disposición de ayudar, enseñar y facilitar material de estudio y siempre han tenido una disposición motivadora. (...) Agradezco a muchos profesores y profesoras que han sido parte de mi educación”, expresó la estudiante de periodismo. En el mismo encuentro, la vicerrectora de Asuntos Académicos, Rosa Devés, enfatizó en la relevancia del papel de las y los académicos en este escenario que, a su juicio, debe ser abordado colaborativamente. “Nuestro rol, como formadores, va más allá de la coordinación del curso o de impartir una asignatura de manera ejemplar. Este rol tiene que ver con la formación integral de los estudiantes, lo decimos muchas veces, es parte de nuestro modelo educativo, pero una cosa es conceptualizarlo y otra es ponerlo en acción y entender que eso es sólo posible si lo hacemos en comunidad”.
Una iniciativa que estimula la docencia colaborativa
Justamente lo que pretende fortalecer la iniciativa de profesora o profesor coordinador -figura que cumple un papel fundamental de soporte a la jefatura de carrera o programa y a la dirección de escuela- es la docencia colaborativa, para así facilitar una experiencia de transición integrada a la vida universitaria del estudiantado. “Si bien este rol se ha ido adaptando de acuerdo a la cultura y organización de cada unidad académica, con diferentes expresiones, lo que buscamos fundamentalmente desde el Departamento de Pregrado es que promueva la coordinación y el seguimiento del proceso formativo, para convenir en conjunto los ajustes necesarios para favorecer la docencia y el aprendizaje, además de que colabore en la generación de alertas oportunas que permitan activar las redes de apoyo a estudiantes, tanto a nivel local como central”, precisa Lizzette Astorga, profesional coordinadora de la iniciativa.
La académica Carolina Muñoz, quien fue profesora coordinadora durante dos años en el Instituto de la Comunicación e Imagen valora la experiencia como un aporte al mayor conocimiento de las y los estudiantes, en conjunto con otros profesores y profesoras, además de ser una instancia de reflexión sobre la propia práctica en un contexto de cambio en el que cada primer año es distinto, lo que desafía a buscar la mejor forma de hacer docencia. Y si bien, asegura, aún quedan muchos retos por delante, “para mí ser profesora coordinadora me abrió un mundo. Ha sido un cambio en mi vida como docente. Me sentí a gusto en la Universidad, me sentí parte de la Universidad, (...) cumpliendo un rol, siento, muy fundamental, para mí en lo personal, para la Escuela de Periodismo y para las estudiantes y los estudiantes”.
En una etapa todavía de instalación en la que se sigue trabajando para mejorar esta iniciativa, “debemos ir avanzando en la formalización y valoración por parte de la comunidad universitaria, tanto de la figura de coordinador o coordinadora académica de primer año, como del espacio concreto de coordinación docente, porque sabemos que esta articulación permite promover el aprendizaje, la planificación integrada de temáticas, actividades y procesos formativos y de evaluación, la detección temprana de situaciones problemáticas y el seguimiento a las trayectorias académicas y, en consecuencia, contribuye a la mejora de la experiencia estudiantil en el primer año. Estamos convencidos de que es a través de este tipo de iniciativas que podemos ir progresando en estos aspectos y propiciar procesos educativos significativos, de calidad y que acogen la diversidad del aula”, concluye la directora de Pregrado, Leonor Armanet.