Por qué educar a los niños, niñas y jóvenes en cambio climático y cómo hacerlo. Este es uno de los nuevos escenarios para el mundo educativo a nivel nacional, regional y global, considerando que este fenómeno, el cambio climático, es el mayor desafío de nuestro tiempo, según la ONU.
Como explicó Andrea Elgueta, asesora pedagógica del Programa de Educación en Ciencias Basada en Indagación (ECBI) de la Casa de Bello, “la educación ambiental ha estado en nuestro currículum desde hace tiempo”, pero “los profesores lo han trabajado de manera un poco aislada”, situación que, advirtió, se ha ido revirtiendo progresivamente porque “ahora se están dando nuevos matices en relación al cuidado, la preocupación y una acción ciudadana activa” dentro del sistema educativo. Es decir, se ha consolidado la idea de que “nuestros niños y jóvenes son parte activa de la sociedad”.
En esa misma línea, como agregó Liliana Morawietz, del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile, a nivel curricular “uno observa que en términos declarativos en nuestro país y en América Latina se ha ido incorporando el tema del cambio climático, que está en el contexto de la educación para el desarrollo sostenible, donde también hay contenidos como la gestión del riesgo para los desastres”.
Ante la complejidad de estos fenómenos, la educación en ciencia tiene mucho que decir, especialmente aquella que es abordada bajo la perspectiva de la indagación y que potencia la curiosidad y despliegue del interés de los niños, niñas y jóvenes.
En este contexto, agregó Andrea Elgueta, “no hay que esperar ser adultos para ser activo, y la educación en ciencia busca eso: el desarrollo del pensamiento crítico, que significa que yo con cierta información tomo decisiones tanto de mi vida como de los otros, determinaciones que involucran a otros seres vivos”.
En definitiva, como complementó Morawietz, la idea es que “los niños entiendan la ciencia como algo que les permite ejercer una ciudadanía informada”, más aún cuando “el cambio climático es una cuestión muy política, porque depende de cómo se va a gestionar”.
Por qué educar en cambio climático
Para la investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Paulina Aldunce, como sociedad “no podemos responder de forma reactiva al cambio climático, sino que debemos hacerlo de forma proactiva”. Esto porque “tenemos impactos a corto, mediano y largo plazo, y tenemos que prepararnos a ellos”.
En el contexto actual, las entidades gubernamentales poseen planes de acción y se han abocado a responder a este fenómeno desde sus marcos institucionales y jurídicos, dimensiones que serán abordadas en la próxima COP 25. Es en este escenario que “la ciudadanía tiene que tener un rol. El ciudadano tiene que saber lo que están haciendo sus actos diarios y los niños son críticos, los niños cuestionan a los padres y traspasan estos aprendizajes a sus casas, a su vida cotidiana”, como señaló Andrea Elgueta.
En este sentido, como complementó Paulina Aldunce, “es importante que los alumnos comprendan que ellos son parte del planeta y lo entiendan como un sistema que tiene distintos componentes y elementos, entre los cuales estamos los humanos como un componente más pero con una capacidad inmensa de afectación, y una prueba de ello es el cambio climático”. Pero no solo eso: es importante que los niños, niñas y jóvenes entiendan que “así como tenemos ese poder de afectar, tenemos el poder de disminuir el impacto de nuestras acciones, y eso principalmente pasa por la educación”.
Sobre esto, Ulrike Wahl, representante para Latinoamérica de la Fundación Internacional Siemens Stiftung, expresó que hoy existe “la convicción de que una educación en ciencia y tecnologías y contextualización sobre las temáticas de desarrollo debe ser parte de una formación integral para todos, y por supuesto debe entrar al curriculum, porque si no entra al sistema escolar difícilmente va a haber un cambio de comportamiento, y con ello, las posibilidades de solución”.
Es así como la educación “emerge cada vez más claramente, incluso para quienes no lo tenían claro, como eje transversal necesario para el cambio", como puntializó Whal.
Qué estrategias utilizar
Para concretizar la relevancia del abordaje del cambio climático desde el mundo educativo, es que, como indicó Andrea Elgueta, uno de los actores clave son las y los profesores. “El profesor es el promotor y quien puede permitirle los cuestionamientos a las y los estudiantes”, señaló.
Es por ello que es relevante reconocer, siguiendo a Liliana Morawietz que a este grupo “les falta apoyo para hacer que estos procesos sean significativos para los estudiantes”. Es por ello que, como prosiguió Ulrike Wahl, es importante ocuparse colaborativamente entre instituciones públicas y privadas “del desarrollo profesional de los docentes porque ellos son un punto crítico del sistema”.
Este esfuerzo mancomunado como el que realiza el ECBI, CIAE, (CR)2 y la Fundación Internacional Siemens Stiftung, agregó, “debe ser mucho hincapié en qué enseñar y cómo enseñar para que los niños y niñas entiendan desde temprana edad que esta temática sustancial y sepan comprender eso en contexto”.
Otra de las claves para abordar este desafío, agregó la investigadora del CIAE, es el aprendizaje desde la experiencia, lo que es relevante para las y los niños que mayoritariamente viven en ciudades donde “están muy desvinculados de los procesos naturales de actividades tan cotidianas como es de dónde vienen los alimentos”.
En ese sentido, indicó Paulina Aldunce del (CR)2, una de las formas de abordar la enseñanza de este fenómeno puede ser a través de estudiar cuáles son los impactos del cambio climático, como es la sequía. Por ejemplo, “se podría hacer una actividad en el que se demostrara por fotografía cómo ha cambiado un lugar desde hace 15 años, y llevarlos al día de hoy a ese mismo lugar. Ahí ellos tangiblemente se darían cuenta de uno de los impactos del cambio climático".
Así, como complementó Ulrike Wahl, “la enseñanza debe ser mucho más activa, más práctica, mucho más ligada a comprender el contexto más inmediato, el entono y más allá de eso, comprender los fenómenos globales”.
En ese sentido, otra de las claves son los recursos educativos “porque tienen que ser pertinentes, y no necesariamente eso se resuelve con libros escolares y objetivos de aprendizaje claramente expuestos. La forma de educar y aprender tiene que cambiar, y esa forma activa –por ejemplo, basada en la indagación- tiene que ver con experimentar y aprender haciendo, y esa tiene que ser más la forma del colegio hoy”, como detalló Wahl.
Conferencia
Este tema y sus múltiples aristas y posibilidades de acción será abordado el próximo 6 y 7 de mayo en la Conferencia Internacional “Educación en Cambio Climático: Hacia la formación de una ciudadanía activa”, que se desarrollará en la U. de Chile.
“Poner esto en la palestra pública es importante no solo en el marco de COP 25, sino que como un tema de ciudadanía activa que es un deber ser universal y global de incorporar la conciencia sobre nuestro comportamiento y forma de vida”, señaló Ulrike Wahl, para quien es urgente “volver esto política pública y un comportamiento generalizado, de mayor conciencia, de mayor corresponsabilidad y cooperación entre las partes”.
Más información sobre la conferencia, que será transmitida vía streaming en tv.uchile.cl acá.