En el marco de la creciente politización de las migraciones en la región y el incremento de grupos de organizaciones de migrantes y refugiados en Sudamérica, se realizó en la Casa Central de la Universidad de Chile el seminario internacional “La vida política de los/as sujetos migrantes en Sudamérica”.
Participaron de esta instancia la directora de Extensión de la Universidad de Chile, Ximena Póo; la académica en la Escuela de Geografía de Queen Mary University of London, Marcia Vera Espinoza; la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil, Carolina Moulin; y la profesora asociada del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de nuestro plantel, Yasna Contreras, cuyas ponencias fueron comentadas posteriormente por el presidente de la Coordinadora Nacional de Migrantes, Héctor Pujols, y por el secretario ejecutivo del Movimiento Acción Migrante (MAM), Eduardo Cardoza.
La coordinadora académica de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas, María Emilia Tijoux, aseguró al inicio de la actividad que “hoy día es indispensable pensar en esta construcción de un sujeto político migrante” a través de cuestionamientos centrales sobre el trato que reciben las y los migrantes en nuestro país.
“¿Cuáles son los elementos estructurales y subjetivos que hacen que hoy día en nuestro país se trate a los y las inmigrantes como se les trata?, ¿por qué la discriminación racial ha aumentado?, ¿qué le sucede a la sociedad chilena para que hoy día reciba de ese modo a las personas que vienen de los países a los cuales generalmente ellos y ellas van de vacaciones?, ¿por qué el racismo en Chile y qué tanto tiene de nacional este problema?”, fueron las preguntas con las que la también académica de nuestro plantel interpeló al público asistente.
La experiencia migrante como ejercicio de resistencia
La académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile y doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos, Yasna Contreras, explicó que las y los migrantes se enfrentan a tres momentos principales en sus trayectorias migratorias: “primero, encontrarse con el viaje de la oportunidad, luego con la desilusión al llegar a este supuesto territorio de acogida, de cómo se rompe el ideal del sistema, y tres, las estrategias de supervivencia, y en esas estrategias de supervivencia nosotros hemos ido encontrando estas ideas de la construcción como sujetos políticos”.
Estas tres etapas de las trayectorias migratorias fueron identificadas por Yasna Contreras a partir de su investigación con migrantes racializados en el norte del país, en la que junto a su equipo construyeron estas experiencias “desde los relatos de las personas que nos cuentan cómo salieron, qué perdieron, qué estrategias y tácticas desarrollaron en sus viajes, la opresión, la violencia, la reproducción de nuevas violencias que ellos enfrentan. En todos los puntos que articulan su trayectoria migratoria nos va develando que a veces se deconstruye o construye un sujeto político migrante en ruta”.
Para la académica de la Universidad Federal de Minas Gerais y doctora en Ciencia Política, Carolina Moulin, es necesario reconocer que “en toda experiencia migrante reside un acto de insurgencia, un excedente productivo, una fuerza creativa en el interior de estructuras sociales, culturales y económicas en que ese traslado es fundamentalmente un ejercicio de resistencia y libertad. En toda migración cohabitan deseos, expectativas, elementos de voluntad y dinámicas de control y expulsión que pasan muchas veces a largo de los procesos decisivos de los propios migrantes”.
La también experta en temas de migración forzada se refirió a la importancia de definir qué se entiende por vida política y ciudadanía, dejando a un lado la comprensión más formal de ambos conceptos y ampliando su significado a una plataforma de lucha y “mecanismo primordial de inserción social”.
“¿Puede hablar el sujeto migrante?”
La académica de la Queen Mary University of London y doctora en Geografía Humana, Marcia Vera, enfatizó en que la vida política de las y los migrantes no se desarrolla sólo en las relaciones comunitarias para establecer demandas de acceso a derechos y espacios, sino también en el espacio íntimo, “en el coleccionar papeles en la casa que tenemos que guardar para poder sacar documentos, en cómo nos articulamos con la familia, con los niños, para poder participar en el espacio público”.
Por lo mismo, para la experta cuyo trabajo explora las intersecciones entre las gobernanzas de las migraciones en América Latina y las experiencias de migrantes y refugiados, los reclamos ciudadanos y de construcción de sujeto político parten de las experiencias diarias e inviduales de cada hombre, mujer, niño o niña, y de la vida en familia.
“El ser ciudadano y el ser político se construye a diario también, se construye en las prácticas sociales, en los actos de ciudadanía, en una performatividad de qué es ser ciudadano, y eso es lo que estamos viendo hoy en el escenario actual cuando en América Latina, no solamente en Chile, sino también Argentina, Brasil, Perú, Ecuador, han vuelto a un tema de gobernabilidad más restrictiva”.
Esta situación, según Marcia Vera, conlleva nuevos desafíos en las sociedades actuales, quienes deben pensar en cuestiones clave relacionadas con la organización comunitaria, la aparición de nuevos grupos de migrantes de diferentes espectros políticos, de nuevos actores como las iglesias evagélicas, entre otros temas.
Por su parte, la directora de Extensión de la Universidad de Chile y doctora en Estudios Latinoamericanos, Ximena Póo, abordó la importancia de la construcción de canales y medios de comunicación entre las y los migrantes que, en sus palabras, se constituyen en sí mismos como un proceso político.
“Una gran tensión de los últimos años ha sido el marco regulatorio actual que deviene desde la Ley de Extranjería y en las complejidades ideológicas que constituyen la ciudadanía y los Estados- nación como narrativas que finalmente se van constituyendo y se transforman en instituciones sólidas a partir de la premisa, en el caso de Chile, del aseguramiento de las fronteras y la lógica de seguridad del Estado”.
Esa Ley de Seguridad del Estado, explicó Ximena Póo, se traduce en cotidianidades que los migrantes, a través de los medios de comunicación, han tratado de deconstruir. “Parafraseando a Spivak, ¿puede hablar el sujeto migrante? por supuesto que puede, y lo hace desde esta fórmula de interrumpir los procesos de normalización cotidiana, los procesos de normalización que está llevando a cabo sobre todo este gobierno, lo hace agenciándose cada vez más con medios de comunicación que son afines. Por lo tanto los medios de comunicación, es decir los dispositivos de los inmigrantes, lo que hacen es dar cuenta de una contra cultura, una contra información”.
Migrantes en la construcción de las democracias
Reflexionando sobre la razón del por qué en Chile se discrimina, el presidente de la Coordinadora Nacional de Migrantes, Héctor Pujols, situó al elemento racial como una carestística constitutiva de los estados. “El Estado chileno, me da la impresión, se constituye en esa lógica anti peruano, anti boliviano, anti español, anti mapuche. Un Estado moderno en construcción se va actualizando con los procesos de globalización y actualmente tengo la sensación de que la construcción de la identidad nacional se constituye en el ‘anti’, pero sobre todo en el antimigrante”, enfatizó.
Finalmente, el secretario ejecutivo del Movimiento Acción Migrante (MAM), Eduardo Cardoza, aseguró que como organización y migrantes “podemos contribuir a mejorar las democracias en este país y en los países de la región. En la medida en que sigamos excluidos las democracias van a ser más pobres, y en ese sentido tenemos una tarea que hacer hacia nuestras propias comunidades”.
“Lo que sí nos interesa es justamente cuando la academia, en diferentes temas, está mirando al futuro y está mirando al futuro no de los migrantes sino de la sociedad en su conjunto en donde la migración es parte de ella, es decir, para romper con la discriminación del otro tenemos que generar un nosotros diferente, y en ese nosotros diferente todos tenemos mucho que decir”, cerró Eduardo Cardoza.