"El problema que produce el eurocentrismo en la enseñanza de la filosofía es que determina los currículums, y hace pasar ese orden específico de las cosas como si fuera el único posible, subsumiendo al pensamiento -en general- a sus límites, impidiendo una enseñanza libre que pueda interrogar el presente". Con esas palabras el profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Rodrigo Karmy, explicó la importancia de debatir sobre la manera en cómo se enseña, desarrolla y estudia la filosofía en nuestro país.
A pesar de que en Estados Unidos y otros países hace tiempo que se abrió la discusión al respecto, lo cierto es que de manera no oficial existe una especie de "lista" con autores filosóficos europeos catalogados como "imprescindibles" en esta área del conocimiento, ubicando en la periferia a otras tradiciones filosóficas.
Para el profesor Karmy, resulta fundamental poner en discusión ese orden tradicional instalado, que de una u otra manera estructura no sólo la malla curricular de la filosofía, sino también de otras disciplinas académicas afines, lo cual, advirtió, "termina por imponer estos límites al desarrollo del pensamiento". Cuestionar este orden, agregó el académico, "permite que la filosofía se interrogue sobre sus propias condiciones de posibilidad", abriéndose a los debates, ideas, problemas y soluciones planteados por otros pensadores.
En la misma línea, el profesor de la misma facultad, Mauricio Amar, aseguró que es el mismo movimiento, la misma realidad, la que le exige al pensamiento nuevas respuestas ante los problemas y conflictos que se desarrollan en la actualidad.
El académico recordó que el intelectual iraní Hamid Dabashi, en un libro sobre la "primavera árabe", pone esta idea sobre la mesa al analizar la demanda del pueblo egipcio por un cambio de régimen durante las protestas de 2011, que abarcarían no sólo el sistema político sino "una vuelta al régimen de pensamiento, un cambio en el sentido sobre el cual estas vidas se han construido".
Así, para el profesor Amar no se puede continuar tomando a Europa como un referente absoluto de las prácticas filosóficas, ya que las prácticas sociales contemporáneas ya se encuentran escindidas de los límites de ese pensamiento, por lo que resulta urgente abrir el análisis.
"El libro "La Atenas negra", de Martin Bernal, pone un énfasis en cómo entre los mismos filósofos griegos no era tan común la idea de que Grecia fuera el principio de la filosofía, sino que ellos mismos reivindicaban a Egipto en ese papel", aseguró.
Abriendo el debate
Con el objetivo de encausar la discusión sobre un tema complejo como el de las distintas escuelas filosóficas y cómo se relacionan entre sí, el Departamento de Filosofía y la Dirección de Investigación de la Facultad de Filosofía y Humanidades organizó el coloquio "Eurocentrismo y filosofía".
La actividad, desarrollada el 3 y 4 de octubre, buscó abrir un espacio para la reflexión sobre el vínculo que une a la actividad filosófica con Europa, explicitando cómo se ha naturalizado un lazo entre ese continente y una determinada disciplina, su historia y desarrollo, mientras el pensamiento desarrollado en América, Asia, Medio Oriente y otras regiones han sido miradas como algo menor.
El egresado de la facultad y coordinador de la actividad, Benjamín Figueroa, hizo hincapié en que "mantener una dependencia teórica respecto a Europa es pernicioso para el futuro de la filosofía. Si no se produce una diversificación de esta actividad, si nos quedamos sólo en el continente europeo, no seremos capaces de imaginar nuevas respuestas a los problemas actuales".
Junto con ello, Figueroa se preguntó "por qué no estudiamos filosofía china si pareciera que la hegemonía del Atlántico Norte se tambalea. No se estudia confucionismo o neoconfucionismo, tampoco qué han pensado los árabes, los japoneses, cuáles son las tradiciones latinoamericanas, las interrogantes que tienen y las respuestas que han generado".