La pobreza energética se define cuando un hogar no tiene acceso equitativo a servicios energéticos de alta calidad para cubrir sus necesidades fundamentales y básicas. En Chile existen más de 50 mil personas que se encuentran en esta situación, concentradas principalmente en la Región de la Araucanía, Metropolitana y Valparaíso.
Durante la última jornada del “Seminario Internacional de Pobreza Energética: adaptación y mitigación en la transición energética latinoamericana”, en el auditorio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Casa de Bello, fue presentado el Policy Paper en el que participaron 39 académicos, profesionales y 3 expertos internacionales. El documento tiene el desafío de reconocer la desigualdad en estas materias, acortar la brecha y ser una influencia en las políticas sociales, respondiendo al rol público de la Universidad de Chile. Al evento acudieron importantes autoridades como el rector Ennio Vivaldi, el diputado Patricio Rosas y el vicerrector de Investigación y Desarrollo, Flavio Salazar.
Chile tiene la particularidad de tener climas muy extremos y por tanto, la pobreza energética tiene un carácter territorial. En el norte existen brechas en el acceso al agua caliente sanitaria y a la climatización de las viviendas, y en los grandes centros urbanos los precios de la energía provocan un alto gasto de los hogares. Por otro lado, en la zona centro-sur del país el uso de leña húmeda provoca contaminación extra e intradomiciliaria, entre otros problemas asociados.
Estas variables no han sido incorporadas ni reconocidas socialmente por el Estado. El acceso equitativo a servicios de calidad considerando la efectividad en el suministro, el confort térmico y las posibilidades de las personas para hacer uso de ellas, imponen el desafío de crear instrumentos que nos permitan observar la complejidad de estas condiciones de desigualdad. Hoy las políticas en estas temáticas son parte de los objetivos de desarrollo sostenible en países de la Unión Europea y es una preocupación urgente en África y Asia.
El rector de la Casa de Bello, Ennio Vivaldi, se refirió al documento y valoró el papel que cumplen las universidades públicas cuando el Estado no aborda problemas de esta índole. “El rol que han jugado nuestras instituciones es, en gran medida, un suplemento que no lo están haciendo las instancias que lo debieran hacer. Me alegra mucho que aquí se haya tomado la iniciativa en esta materia”. Además, habló del acontecer nacional y señaló que “existe una toma de conciencia con respecto a problemas que normalmente uno los deja en el punto ciego de la retina. Eso, de por sí, ya genera una situación cualitativamente distinta”.
Tambien asistió Patricio Rosas, diputado por el 24° Distrito de la Región de los Ríos y que participa en la Comisión de Ciencia y Salud de la Cámara. En su rol de médico, administró proyectos de eficiencia energética en hospitales entre los años 2007 y 2009. “Las iniciativas que implementamos nosotros cuadran mucho con lo que han venido desarrollando en paralelo estos equipos. Le hacen sentido a la falta de políticas públicas que tenemos en Chile para la determinación de la falta de ingresos de una gran parte de la población y para solventar los gastos que significa tener una energía y una calefacción acorde a un estándar humano”, comentó el Doctor.
La RedPE y el trabajo transdisciplinar
La RedPE nace el año 2017 y es una plataforma de colaboración transdisciplinaria de académicos, investigadores, estudiantes, instituciones públicas y privadas y organizaciones de la sociedad civil, que busca enfrentar los desafíos de la pobreza energética en Chile y en la región latinoamericana. Además, se enfoca en generar redes de colaboración nacionales e internacionales para resolver estos problemas.
El vicerrector de la VID, Flavio Salazar, destacó el carácter transdisciplinar de la red y de la Universidad de Chile. “Una de las cosas más importantes que tiene este tipo de investigaciones es la conexión directa con la sociedad. No es solamente un trabajo académico que se realiza desde las torres de marfil, sino que se hace en contacto y en discusión directa con quienes son afectados y, por lo tanto, tiene un valor mucho mayor. El país está demandando hoy una mayor participación, democratización y orientaciones respecto de la universidad a un esfuerzo conjunto para superar las deficiencias que tenemos en la sociedad”, subrayó.
Finalmente, la Académica de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) de la U. de Chile y coordinadora de la RedPe, Anahí Urquiza, agradeció a la VID y todo su equipo por el apoyo en estos dos años de trabajo. “Estamos muy contentos por lo que hemos hecho estos días, con la convocatoria que hemos tenido y con haber logrado que autoridades de distintos niveles estén hablando de temas energéticos y cómo generar un diálogo entre la sociedad civil y las desigualdades. Esto antes no estaba y es parte de esta crisis en la que por muchos años no fuimos capaces de entender adecuadamente los problemas de inequidad para poder enfrentarlos. Este tipo de fenómenos son muy complejos, requieren sentarnos en la mesa entre muchas disciplinas e incorporar a actores de civiles y del sector público y privado”, cerró.