La tarde de este 3 de marzo, las autoridades de salud de nuestro país confirmaron el primer caso en Chile de un paciente contagiado con el nuevo tipo de coronavirus SARS-CoV-2, sumando a nuestro país a los otros cinco latinoamericanos que ya han presentado contagios por este virus: Ecuador, México, Brasil, República Dominicana y Argentina.
Con un tercer caso confirmado este miércoles 4 de marzo, el virus -originado en la localidad de Wuhan, China- ya está presente en 75 países alrededor del mundo, pese a que gran parte de los casos siguen concentrados en el gigante asiático.
En un contexto de gran expectativa respecto a las consecuencias que este nuevo virus podría traer para Chile y el mundo, el virólogo Fernando Valiente, académico de la Facultad de Medicina y vicepresidente de la Sociedad de Microbiología de Chile, lleva semanas siguiendo la trayectoria de este virus y participando de la coordinación que desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación se está realizando para enfrentar la situación.
A tres meses de su aparición, ¿qué sabemos hoy sobre las características del COVID-19?
Existen cerca de 40 especies de Coronavirus y solo 7 de ellos infectan humanos, dentro de los cuales podemos encontrar SARS-CoV en el 2003, HCoV NL63 en el 2004, HKU1 en el 2005, MERS-CoV en el 2012 y SARS-CoV-2 (comúnmente conocido como 2019-nCoV) en el 2019. Gracias a la secuenciación completa del virus, se ha determinado que posee una similitud del 70 por ciento con el SARS-CoV y que este nuevo virus puede ser un recombinante entre un coronavirus de murciélago y otro coronavirus de serpiente o visones. Actualmente se ha reportado el receptor que utiliza el virus para entrar a las células infectadas es el Angiotensin converting enzyme 2 (ACE2), mismo receptor que utiliza el SARS-nCoV y HCoV NL63.
El virus tiene un periodo de incubación de cinco a 14 días, dentro de los cuales podría o no presentar síntomas. Sin embargo, durante este período puede ser transmitido de persona a persona por medio de las minúsculas gotitas que salen disparadas en cada estornudo o tosido. El virus puede ser inactivado de las superficies con alcohol o con limpiador doméstico en base a cloro. Para las manos, se debe utilizar alcohol-gel al 60 por ciento. El SARS-Cov-2, es altamente contagioso entre personas y sus síntomas son similares a otros cuadros respiratorios (fiebre >38ºC, tos y dificultad para respirar). En casos más severos puede generar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, daño hepático o muerte. Dentro de los grupos de riesgos se encuentran los adultos mayores, personas con enfermedades crónicas e inmunosuprimidos.
¿Cómo ha sido la evolución que ha tenido la expansión del virus desde que comenzaron los primeros en casos en China?
Al principio hubo un aumento sostenido y exponencial de los casos confirmados, sin embargo, ya se ha estabilizado. Actualmente, el 86 por ciento de los casos confirmados están en China.
Pese a su estabilización y a que los casos se han concentrado en China, el virus ha llegado a otros países y continentes. ¿Es factible que en este escenario la OMS decrete una pandemia por COVID-19 o es posible que aún sea factible contener su expansión?
A la fecha del último reporte (4 de marzo 2020 a las 00:00 hrs.), se han confirmado 93.129 casos y 3.198 fallecidos, expandiéndose a 75 países. Por la expansión que está teniendo, es posible que se convierta en pandemia. Tendremos que esperar cuando llegue el invierno a nuestro hemisferio y ver si hay un incremento de los casos confirmados a nivel regional. Sin embargo, no debemos confundir pandemia con letalidad. Hay que recordar que es un virus nuevo, para el cual aún no se cuenta con una vacuna para prevenir la infección ni con antivirales, y tampoco sabemos que efectos a largo plazo podría generar en los pacientes infectados.
Por eso es importante seguir las medidas de prevención recomendadas por el MINSAL y la OMS para reducir la exposición y transmisión del virus: lavarse las manos, evitar saludar de manos y besos, estornudar cubriéndose la boca con el segmento interior del codo, cocinar completamente las carnes, productos animales y huevos, evitar el contacto con personas enfermas (de ser posible) y usar protección al tener contacto con animales de granja o salvajes.
La llegada del primer caso de un paciente con el virus a Chile despertó una alarma inmediata en parte de la población, y ayer mismo se vio gente con mascarillas en el aeropuerto y metro. Dadas las características del virus y las medidas de prevención que menciona, ¿el uso de mascarilla sería recomendado para la prevención?
El uso de mascarillas solo es recomendado para ser utilizadas en pacientes infectados confirmados y en personas que cuidan de estos. No está recomendado para personas sanas, dado que generan falsa sensación de protección, aumentando el riesgo de contagio y no son utilizadas de manera adecuada.
Hace unos días el ministro Andrés Couve, convocó a investigadores e investigadoras de las sociedades de Microbiología y Bioquímica para coordinar las acciones frente al COVID-19 desde el mundo científico. Usted fue uno de los asistentes a esa reunión. ¿Cuáles son las acciones que se están llevando o se piensan llevar adelante desde la ciencia en este ámbito?
Quedamos de trabajar en diferentes ejes estratégicos para abordar la llegada de nuevos patógenos emergentes o re-emergentes; no sólo de este coronavirus, sino también de Zika, Dengue, Chikungunya, entre otros.
Estamos trabajando en describir las capacidades de investigación en virología que posee el país, en cuanto a número de investigadores y sus temáticas. Esto servirá para prestar soporte en diagnóstico, por ejemplo, durante un brote epidémico desde las propias universidades donde se encuentran estos investigadores y así descomprimir la alta demanda del Instituto de Salud Pública (ISP). Además, hemos trabajado en un plan comunicacional para frenar las noticias falsas y entregar información certera a nuestra sociedad respecto a coronavirus en los medios de comunicación, identificando lugares estratégicos para desplegar información actualizada en forma gradual, según la contingencia del brote epidémico.
¿Qué desafíos plantea la aparición de este virus para la ciencia?
Esta es una oportunidad única para la colaboración científica. Ha cambiado la forma de comunicar la ciencia. El repositorio de la OMS ya cuenta con mas de 3 mil artículos relacionados a COVID-19. Cada día hay decenas de trabajos de científicos de todo el mundo que suben sus estudios a plataformas de pre-print como bioRxiv o medRxiv, que no han sido sometidas a revisión por pares. La secuenciación de los genomas de los virus que van siendo detectados en los diferentes lugares en el mundo ha permitido mapear el comportamiento y la tasa de mutación de este nuevo virus. Se han creado repositorios de material biológico de este virus. Gracias a toda esta información, ya se esta trabajando en prototipos de vacunas y ensayos clínicos para buscar antivirales.
Y para el caso local, ¿cómo puede impactarnos lo que está pasando con este nuevo virus?
Debemos aprender de esta experiencia en Chile y levantar las capacidades en cuanto a infraestructura, equipamiento y personal capacitado para enfrentar la llegada de este y otros patógenos a nuestro país. Hoy en día tenemos investigadores de frontera trabajando de manera segregada en problemáticas afines; entonces, por qué no soñar, por ejemplo, con levantar un Centro de Investigación multidisciplinario en enfermedades infecciosas que se preocupe de manera integral en la respuesta a la llegada de patógenos emergentes / reemergentes desde lo molecular a lo poblacional, con capacidad de desarrollar vacunas y antivirales a nivel nacional...
En vista que el mundo científico ha emprendido un trabajo acelerado en torno a este virus, ¿es realista pensar en la creación pronta de una vacuna para el COVID-19?
No sé si pronto dado el tiempo que se demora en generar las pruebas de toxicidad, seguridad, inmunogenicidad y eficacia de protección, lo que puede tomar años. Sin embargo, ya hay varios prototipos en marcha que buscan crear una vacuna, entre ellos: mRNA-1273 de la empresa Moderna; INO-4800 de Inovio Pharmaceuticals; molecular clamp de la Universidad de Queensland, en Australia; y proteínas recombinantes que se ensamblan en nanopartículas de Novavax. Sumado a estos esfuerzos, ya hay más de 80 ensayos clínicos para analizar si antivirales que se utilizan para otros virus, pueden frenar la replicación del coronavirus.