Contracturas musculares, tendinitis y daño en las articulaciones de columna o extremidades, son los riesgos físicos más frecuentes de las personas que manipulan y trasladan objetos pesados, de manera incorrecta o con frecuencia diaria, en las más de 245 ollas comunes registradas a nivel nacional hasta la fecha.
Frente a la necesidad de promover y asegurar la salud física en este contexto, este 14 de agosto se lanzó la guía práctica “Consejos para cuidar la salud de las personas que realizan labores de traslado, manipulación y preparación de alimentos en ollas comunes o centros comunitarios”. Esta herramienta fue impulsada por el profesor y encargado de extensión del Departamento de Kinesiología de la Universidad de Chile, Álvaro Besoaín, junto a los académicos Giovanni Olivares y Victoria Villalobos, quienes se unieron con la organización comunitaria “ECOSS de Barrio” desde una metodología de trabajo transdisciplinaria.
El profesor Besoain se refirió a la importancia de construir lazos articuladores entre la docencia y los espacios sociales. “Las universidades no sólo tenemos una importante misión en el desarrollo de recursos humanos capacitados, sino también en la transferencia del conocimiento a la sociedad, con el fin de ser un aporte solidario. Para ello, es prioritario el trabajo transdisciplinar, sobre todo en tiempos de crisis”, comentó.
La iniciativa contó con el apoyo de la Unidad de Redes Transdisciplinarias (Redes Td) de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID), para fortalecer las actividades investigativas en continua vinculación con los problemas del país. Para el jefe de la Unidad de Redes Td, Pablo Riveros, “la crisis ha hecho visible las profundas desigualdades en la sociedad, como la fragilidad del empleo y la dependencia de muchas familias a la venta informal. En este contexto, la distribución solidaria y comunitaria de insumos ha exigido que muchos ciudadanos se enfrenten a sobrecargas. En el marco del rol público de la Universidad y de la mano de la acción de la sociedad civil, esta guía espera ser un aporte en los distintos niveles de la política pública”.
Uno de los problemas colaterales a la pandemia
Ante el incremento del desempleo y los altos índices de inseguridad alimentaria en el país, se ha hecho cada vez más necesario instaurar redes de protección social para las familias más vulnerables. En este escenario, las ollas comunes se han instalado como un espacio de colaboración comunitaria que no sólo requiere integrar las medidas sanitarias pertinentes, sino también considerar los riesgos en la salud física de los voluntarios que manejan insumos pesados.
La pobladora de la Villa O'Higgins de La Florida y miembro de ECOSS de Barrio, Susana Hernández, señaló algunas de las motivaciones para organizarse en comunidad. “Debido a las medidas tardías del gobierno durante la pandemia, nos organizamos para ayudarnos entre nosotros vecinos, realizando la sanitización de nuestros espacios y haciendo ollas comunes. Sin embargo, el agotamiento físico se hace notar y nos preocupa. Por eso, agradecemos la vinculación que estamos realizando con los profesionales de la Universidad de Chile, pues se han comprometido con educar a la población desde un sentido más comunitario. El coronavirus no es el único problema al que nos enfrentamos”, indicó.
La guía práctica entrega consejos para llevar de mejor manera la manipulación de altas cargas e instaurar medidas en el plano de trabajo e higiene postural. También destacan sugerencias para organizar tareas y promover el autocuidado, evitando la aparición de molestias, dolores, lesiones y accidentes que pueden presentar desequilibrios musculares o funcionales, afectando a la columna vertebral y el sistema músculo esquelético.
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