Hace más de 20 años, en 1992 la asamblea general de las Naciones Unidas declaró al 03 de diciembre como el día internacional de las Personas con Discapacidad, el cual tiene como principal objetivo sensibilizar a la población general acerca de las problemáticas que presentan las personas con discapacidad, además de promover el apoyo a la dignidad, el bienestar y los derechos para las personas con discapacidad. En 2015 en Chile se elaboró un Estudio Nacional de Discapacidad a cargo del Servicio Nacional para la Discapacidad (Senadis) organismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, el cual determinó que en el país, el 16,7% de la población vivía con alguna condición de discapacidad, casi 3 millones de personas.
Para la directora y fundadora de la Fundación Huella, Karina Guerrero, el país mantiene una deuda pendiente con esta población en materia de educación, salud, accesibilidad, cultura y laboral, por mencionar algunas, lo cual se profundizó debido a la pandemia y la compleja situación sanitaria actual.
“Hoy más que nunca quedó claro que como país tenemos una gran deuda y que las políticas públicas deben ser cambiadas, y deben ser, las personas con discapacidad, protagonistas de estos cambios”, señaló Guerrero.
En este sentido, para la directora ejecutiva de la Fundación Idava, Elena Valdenegro, uno de los principales temas que debieran mejorar están relacionados con la visión que se tiene, desde la medicina, acerca de la discapacidad. Es importante, según menciona, modificar los paradigmas que se tienen, abordándolo desde un modelo social.
“Abordar la discapacidad desde un modelo social, con enfoque de derecho donde yo modifico el lenguaje con el cual me sitúo para poder referirme al otro permite cambiar la realidad y la conceptualización que hay detrás de ese lenguaje”, mencionó Valdenegro.
Mejorar el acceso y la accesibilidad
Pese a que existe regulación sobre cómo deben estar construidos los servicios asistenciales y edificios en general, en muchos casos la falta de recursos para la renovación o la edificación sobre infraestructura antigua no ha permitido que se cumplan dichas regulaciones, afectando directamente a la movilidad de las personas con discapacidad en recibir una atención de calidad.
En este sentido, Valdenegro mencionó que al observar la infraestructura y accesibilidad de la mayoría de los Centros de Salud Familiar (Cesfam), resulta compleja la atención para las personas con discapacidad. Por ejemplo, para las personas en sillas de ruedas debido al poco espacio que existe en ellos para el tránsito. Además, hay una falta de señalética de apoyo para personas ciegas, por lo que es fundamental incorporar elementos que se adapten a las necesidades de las personas con discapacidad visual, incorporando lenguaje Braille. Así como también es necesario que exista personal capacitado en lengua de señas para poder comunicarse con las personas sordas, por mencionar algunos de los ejemplos que mejorarían la calidad de la atención y el acceso hacia la comunidad.
Para la académica del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar, Mg. Viviana Ulloa, uno de los principales desafíos que se plantean para la salud están relacionados con mejorar las condiciones en las cuales están actualmente la Atención Primaria, lo cual va desde las mejorías a la infraestructura, así como también con la capacitación que poseen los trabajadores de la salud para comunicarse con la comunidad discapacitada.
“Yo creo que los desafíos en la salud están relacionados con acortar las brechas, cumpliendo las dimensiones de la calidad. Una dimensión de la calidad es el acceso y la accesibilidad tanto física, económica, cultural, ideológica, etcétera. Solo viendo esta dimensión de la calidad vemos que hay bastantes brechas que hay que abordar”, mencionó la académica.