Una de las enseñanzas que nos ha dejado la pandemia del COVID-19 es la importancia del trabajo transdisciplinar. No sólo la medicina, sino que también la ciencia, el arte, la sociología o la comunicación han aportado, desde sus áreas de saber, para hacer frente a una crisis que, rápidamente, abandonó la etiqueta "sanitaria" para convertirse en un problema social complejo.
Con ello en vista, la comunidad universitaria se reunió para conversar sobre inter y transdisciplina. ¿Cómo avanzar hacia una efectiva integración de los saberes? ¿Qué rol juega, en este sentido, la Universidad de Chile? ¿Cómo se vislumbra esta unión en el ámbito de la investigación, formación y vinculación con el medio? Estos cuestionamientos guiaron el quinto foro del ciclo “Re-crear la Universidad Pública”, instancia organizada por la Comisión de Desarrollo Institucional del Senado Universitario y la Comisión Superior de Autoevaluación Institucional (CSAI).
Desde el mes de septiembre está abierta la convocatoria para que todos los miembros de la comunidad envíen sus ideas -escritas, en audio o formato audiovisual- en torno a seis ejes centrales. Cada uno de ellos es abordado por un comité triestamental que define, posteriormente, a las y los protagonistas de los foros, que se transmiten en vivo a través de las cuentas oficiales de Facebook y Youtube de nuestro plantel.
El quinto y penúltimo foro del ciclo, bajo el título "Interdisciplinariedad y transdisciplinariedad: Nuevos campos de conocimiento y saberes integrados" (transmitido el martes 5 de enero al mediodía), contó con la moderación de Teresa Matus, subdirectora de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y con la presentación inicial de Benjamín Suárez, académico de la Facultad de Medicina de nuestra casa de estudios. Participaron como expositores: Alvaro Besoain, acádémico de la Facultad de Medicina; Nicolás González, estudiante de la Facultad de Artes; Juliette Marín, funcionaria de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y Víctor Molina, académico de la Facultad de Ciencias Sociales.
Sus reflexiones fueron seleccionadas por un comité coordinado por el Senador Universitario y académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Jaime Campos, integrado, además, por Anahí Urquiza (académica, Facultad de Ciencias Sociales); Benjamín Suárez (académico, Facultad de Medicina); Ricardo Herrera (académico, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas); Francisco Crespo (funcionario, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo); Carolina Lindsay (estudiante, Facultad de Ciencias); Pablo Riveros (funcionario, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo); Jorge Véliz (funcionario, Facultad de Artes); Francisco Miranda (funcionario, Facultad de Artes); Silvia Nuñez (funcionaria, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo); Julián Cortés (académico, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas); Jaqueline Meriño (funcionaria, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo), Jorge Vielma (estudiante, Facultad de Artes) y Enrique Aliste (académico, Facultad de Arquitectura y Urbanismo).
La unión hace la fuerza
Inició las palabras Álvaro Besoain, acádémico de la Facultad de Medicina. Bajo el lema "la unión hace la fuerza" apeló a la importancia de reconectar con "el todo" que, sin duda, solo puede abordarse desde una perspectiva interdisciplinaria. Como ejemplo de ello señaló el ámbito de la salud, donde confluye "nuestro ser individual (espiritual, físico y mental) y colectivo (social y ambiental)". "Mejor salud implica autoconocimiento, alegría, felicidad y hábitos de vida enmarcados en una mejor comunicación, más participación social y menos individualización", señaló.
A continuación fue el turno de Nicolás González, violinista, estudiante de la Facultad de Artes. Centró su exposición en el rol del arte, sobre todo en tiempos de emergencia, donde se ha evidenciado que "nuestras ciudades no están hechas para vivir, sino tan sólo para trabajar". En este sentido el arte, especialmente la música -que, en sí, se nutre de diversas disciplinas-, aparece como un bastión que nos permite "recuperar el mundo" y hacer que "la miseria se sienta menos miserable".
Asimismo, González hizo un llamado a integrar conocimientos de docencia -entre otros- en la formación de un/a intérprete musical. "No formar músicos, formar artistas. El artista no quiere ser músico, el artista aspira al arte, que puede ser maestro, profesor, filósofo… El arte debe inspirar a los seres humanos a humanizarse, a crecer, incluso cuando todo parezca perdido", finalizó.
Siguió con la discusión Juliette Marín, ingeniera civil, funcionaria de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y estudiante del programa de doctorado en "Territorio, espacio y sociedad" de la Facultad de Arquitectura. Como ejemplo de la práctica transdisciplinaria, expuso el caso del Programa de Riesgo Sísmico, donde se desempeña junto a expertos y expertas en áreas diversas tales como la historia, la geografía, el derecho y la arquitectura.
"Los diálogos y análisis inter y transdisciplinarios pueden permitir cuestionar paradigmas y formas de hacer ciencia (prácticas, métodos, técnicas). La empatía y valoración y aceptación de la diferencia son fundamentales en esta aventura. Nos mueve un deseo para aceptar la incomodidad, cambiar las reglas y aprender nuevas formas de escuchar", reflexionó.
Por último intervino Víctor Molina, académico del departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales. En su presentación hizo referencia a la formación de profesores, área que "experimenta la mayor necesidad y ofrece la mejor oportunidad de interdisciplinariedad y transdisciplinariedad". A su juicio, uno de los grandes desafíos pendientes de la Casa de Bello es recuperar las pedagogías, cuya pérdida -durante la dictadura militar- dañó "su carácter de universidad pública y su incidencia en la educación chilena", agregó. "Ello permitiría que la Universidad de Chile pudiera fortalecer su definición y su desarrollo no sólo como una institución de 'investigación' superior, sino también y a cabalidad como una institución de 'educación' superior".
Posteriormente se abrió la conversación a diversos integrantes de la comunidad universitaria, quienes, asimismo, hicieron llegar sus reflexiones: María Paulina Castro (académica, Facultad de Ciencias Sociales); Cristóbal Olivares (estudiante, Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas); Daniela Ejsmentewicz (académica, Facultad de Derecho); Catalina Amigo (estudiante, Facultad de Ciencias Sociales); Jaqueline Meriño (funcionaria, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo); Tomás Veloz (egresado de la Facultad de Ciencias y director de la Fundación para el Desarrollo Interdisciplinario de la Ciencia, la Tecnología y las Artes - DICTA); y Mónica Nivelo, representante de la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento (REDEN).
Entre otros temas, abordaron la flexibilidad de las mallas de pregrado; el valor de la empatía, la diferencia y la inclusión; la participación triestamental en instancias transdisciplinarias; la irrupción de conceptos como Responsabilidad Social Universitaria; el diálogo entre facultades y el vínculo de la Casa de Bello con organizaciones externas especialistas en la integración de saberes.
Los resultados de esta instancia se convertirán en un insumo relevante para el proceso de evaluación intermedia del Proyecto de Desarrollo Institucional de la Universidad a realizarse durante el año 2021.
El último foro del presente ciclo, bajo el título "La Universidad de Chile que imaginamos: sustentabilidad y gobernanza" se realizará el 20 de enero a las 12.00 horas.
Revisa la transmisión acá