Pasado el mediodía de este viernes 23 de abril llegaron las 158 mil dosis del primer cargamento de vacunas AstraZeneca. Estas nuevas vacunas, cuyo estudio en fase 3 en nuestro país fue liderado por la U. de Chile, y que logró enrolar a más de 2.300 participantes, ahora estarán a disposición de la autoridad sanitaria para sumarse a las que ya están siendo aplicadas en nuestro país (Sinovac y Pfizer).
Tras el arribo de las primeras dosis del medicamento, el ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Andrés Couve, junto al Rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, y los investigadores de nuestro plantel, Dra. María Elena Santolaya y Dr. Sergio Vargas, quienes lideraron las pruebas y análisis del estudio en fase 3, se refirieron al proceso de vacunación en curso y al dispositivo que ya está en el país.
“Hoy recibimos el primer embarque de la vacuna de Astrazeneca. Cerca de 158 mil dosis de esta vacuna que se entregan como parte de la iniciativa internacional Covax, con las que totalizamos prácticamente 16 millones de dosis que hemos recibido en nuestro país”, señaló el secretario de Estado.
“Hoy no solamente celebramos la recepción de este cargamento de una nueva vacuna que se incorpora a nuestro portafolio de opciones en Chile, sino que también destacamos el trabajo en los ensayos clínicos y, en particular, el equipo que dirigió el ensayo de Oxford/AstraZeneca. Los equipos técnicos, científicos y clínicos -y hacer los ensayos clínicos en Chile- nos ayudan a tener una mucho mejor comprensión de la vacuna, a conocerla, a participar de sus mejoras y también para dar un respaldo de confianza a la ciudadanía. Quiero agradecer sinceramente y reconocer el trabajo de la Universidad de Chile, que a través de su rector y los equipos de investigación han estado totalmente comprometidos con las soluciones desde la investigación a la pandemia”, añadió el ministro Couve.
Por su parte, el Rector Vivaldi instó a la población a inocularse. “Desde la Universidad de Chile hacemos un llamado a la ciudanía para que se vacunen, que no hacerlo es entrañar un peligro y un riesgo absolutamente innecesario y evitable a sus seres queridos, a la gente en torno a ellos y a la gente en su conjunto. Hemos insistido mucho en el concepto que uno no vacuna personas, uno le da tratamiento de antibióticos quizás a las personas cuando tienen infecciones, pero no vacuna personas, uno vacuna a una sociedad, a una comunidad entera. La campaña será exitosa en la medida que todos nos vacunemos”.
Agregó, además, que todos los estudios, en el caso de AstraZeneca, “demuestran que los riesgos supuestos son absolutamente mínimos, inexistentes, prácticamente no tienen peso alguno en comparación con las ventajas que tiene la vacuna como factor de protección. Nos parece que es una responsabilidad elemental vacunarse”.
El vicerrector de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile, Flavio Salazar, aseguró que este logro permite “vincular estrechamente las acciones del Gobierno con la academia y con la industria de las vacunas. Esta experiencia nos va a servir mucho para el futuro para poder tener capacidades suficientes y un rol mucho más activo en el control de agresiones tan potentes como, por ejemplo, esta pandemia”.
En cuanto al riesgo de trombosis, y la suspensión aplicada en algunos países de esta vacuna, la Dra. María Elena Santolaya explicó que se han reportado 86 casos en 25 millones de vacunados, eso significa un 3,4 por millón, equivalente a 0,0003 por ciento de riesgo.
“La precaución que ha tomado el ISP, que es una entidad muy rigurosa y que trabaja muy bien todos los antecedentes científicos, es no exponer a las mujeres menores de 55 años a esta vacuna, considerando que los pocos casos existentes se acumulan en esa edad”, precisó.
“Mi llamado es a que nos vacunemos todos, con la vacuna que corresponda y que esté disponible, y que eso lo hagamos por protección personal, de personas que viven de nosotros que pueden tener una debilidad en su sistema inmune y, por último, por una mirada colectiva”, dijo Santolaya.
El doctor Sergio Vargas, en tanto, destacó la participación de la Universidad de Chile y de los más de dos mil voluntarios: “Es un orgullo de haber participado como universidad pública al servicio del país en esta vacuna. También agradecer a los voluntarios y el rol de las personas que recibieron vacunas, pero también el rol de las personas que recibieron placebo, de asistir a todos los controles sin saber si están o no vacunados, eso merece destacarse también”.
A mediados de marzo, la compañía farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford dieron a conocer las conclusiones de su estudio fase III desarrollado en Chile, Perú y Estados Unidos, sumándose así a los datos de ensayos previos de Brasil, Sudáfrica y Reino Unido. Más de 32.449 voluntarios, en total, recibieron dos dosis de vacuna o de placebo, con un intervalo de cuatro semanas, en el marco de su estudio clínico en fase 3.
Los resultados mostraron que la vacuna tiene una eficacia de un 76 por ciento contra los casos sintomáticos de Covid-19 (15 días o más después de la segunda dosis), y 100 por ciento de eficacia contra los casos graves o críticos. Los datos además muestran una eficacia del 85 por ciento contra los casos sintomáticos de COVID-19 en las personas mayores de 65 años.
Sobre el estudio fase 3
A fines de noviembre, se inició el estudio en nuestro país, el que fue liderado por la U. de Chile, a través de dos centros de reclutamiento y pruebas: la Facultad de Medicina, a cargo del investigador, Doctor Sergio Vargas Munita, y el Hospital Luis Calvo Mackenna, pruebas lideradas por la investigadora, Doctora María Elena Santolaya. A estos lugares, se suma el Centro Respiratorio Integral, Cenresin, de Quillota, siendo la Doctora, Juanita Pavie la investigadora a cargo.
En el proceso de enrolamiento se logró incluir a más de 2.300 voluntarios. En el caso de la Facultad de Medicina U. de Chile, 1.222 personas, en el Centro del Hospital Luis Calvo Mackenna, 530 personas, y cerca de 552 personas en Quillota. El estudio sigue en curso, dado que los voluntarios y voluntarias que participaron permanecerán en seguimiento durante dos años.