El 8 de noviembre de 2019 la Organización de Naciones Unidas hizo un llamado al gobierno de Sebastián Piñera para que cesara el uso de escopetas por las graves lesiones que estaban ocasionando durante las protestas sociales, pero no se hizo. Ese mismo día, Carabineros utilizó 559 bombas lacrimógenas dos mil cartuchos en contra de manifestantes; uno de ellos, Gustavo Gatica, ese mismo día, quedó completamente ciego producto de los disparos de perdigones.
Convertido en uno de los casos más emblemáticos de la represión policial tras la revuelta social, Gustavo Gatica es también parte de los 36 pacientes que han sido beneficiados por el Programa de Rehabilitación a Víctimas de Trauma por violencia del Estado, que comenzó a funcionar en diciembre de 2019 impulsado por la la Facultad de Odontología y la Unidad de Baja visión del Hospital Clínico de la U. de Chile, y que brinda rehabilitación con prótesis ocular y tratamiento dentomaxilar.
Este martes, al mediodía, se realizó el conversatorio “Trauma por violencia de Estado: rehabilitación física, psicológica y social”, donde se hizo un balance del programa de la U. de Chile y se lanzó una nueva etapa donde se espera aumentar el alcance de las personas afectadas por este tipo de lesiones, y en el que Gustavo Gatico relató su experiencia.
“Luego de que me dispararon y tuve las primeras cirugías, mi médico me recomendó que adhiriera a este plan estatal ya que es el Estado el que debe hacerse cargo, pero mi experiencia fue horrible. La UTO está colapsada y la PIRO es realmente insuficiente, hay un ambiente hostil y termina por ser retraumatizante para nosotros”, dijo Gustavo Gatica, refiriéndose a su experiencia en los programas que lanzó el gobierno a través del Ministerio de Salud.
“La experiencia en el programa de la U. de Chile fue totalmente distinta. Se valora mucho que la universidad ponga a disposición sus conocimientos y espacios para colaborar con la sociedad en su conjunto”, agregó Gatica.
En el conversatorio participaron autoridades como el rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, quien se mostró conmovido ante estos hechos de violencia estatal que "uno hubiera pensado que ya vivido como país lo que vivimos con el Golpe, en términos del daño que el Estado puede infringir a otros chilenos, a compatriotas, ciudadanos, hubiera querido pensar no se iba a repetir" y aplaudió el rol activo que ha tomado la Universidad.
En tanto, la Decana de la Facultad de Odontología, Dra. Irene Morales, destacó el carácter integral del programa, ya que al poco tiempo “nos dimos cuenta que era necesario un abordaje multidisciplinario”, que completara “nuestra responsabilidad social como cirujanos dentistas”, señaló. También en la actividad participó el vicedecano Dr. Gonzalo Rojas Alcayaga.
En esa misma línea, el Dr. Guido Vidal, parte del equipo de Rehabilitación Ocular del programa señaló que “cuando nos enteramos del tremendo desastre que estaba ocurriendo con nuestra juventud por agentes del Estado, nos sentimos de inmediato responsables de dar algún apoyo, voluntad compartida por nuestra Facultad.
José Miguel Rojas, otro beneficiario del Programa del área Dentomaxilar, también participó del encuentro. “Desde el primer momento fue muy rápido, llegué con falta de una pieza delantera y me quedó un fragmento de perdigón en el labio. El primer día que llegue a la facultad me sacaron el perdigón. Ha sido muy satisfactorio que me acogieran en la Facultad porque para iba a ser muy caro y difícil costearlo, para mí fue una salvación”, expresó.
En ese sentido, la Dra. Camila Corral, del Programa de Rehabilitación Dentomaxilar, destacó la gran diferencia que existe entre las lesiones sufridas producto de accidentes y las que suceden debido a impactos de balines, bombas lacrimógenas, golpes de puño o lumas. “El impacto hace que primero el diente se fracture, se suelte o cambie de posición, pero no que salga completamente. Son avulsiones dentarias, que es cuando el diente sale por completo del hueso”, explicó.
Justicia y reparación
Debido a lo complejo y severo de las lesiones infringidas por las fuerzas policiales, se ha hecho necesario el trabajo en equipo de prácticamente todas las áreas y especialidades de la odontología, entre ellas la odontología restauradora, rehabilitación oral, Implantología, endodoncia, periodoncia, cirugía bucomaxilofacial, radiología y la ortodoncia.
En el caso de los tratamiento a personas con trauma ocular, la rehabilitación se basa en prótesis oculares elaboradas por el equipo de somatoprótesis con más experiencia y experticia en el país para este tipo de tratamientos.
Sin embargo, más allá de lo físico también está el daño psicológico y social que sufren estas personas y que a veces es más difícil de sobrellevar. El Programa de la U. de Chile es integral y contempla apoyo en salud mental a través de psicoeducación impartida por una psicóloga de la Facultad de Odontología y atención psiquiátrica por una profesional de la Clínica Psiquiátrica Universitaria.
Sin embargo, para los expertos en Derechos Humanos, presentes en el conversatorio, la deuda que tiene el Estado con las víctimas de estas lesiones es ineludible y su reparación urgente y obligatoria.
“El Consejo de Defensa del Estado ha dicho que aquí no hay daño moral ni material y eso es gravísimo. Aquí hay que restituir y rehabilitar, pero también pagar indemnizaciones por los daños directos, adoptar medidas de no repetición, tiene que haber verdad y justicia y pedir perdón, porque lo que estamos viviendo es nuevamente la impunidad de estos crímenes”, señaló el académico y coordinador de la Cátedra de Derechos Humanos, Claudio Nash.
Coincidió con esa visión el Dr. Enrique Morales, del Departamento Nacional de DD.HH. del Colegio Médico: “es muy loable lo que se hace en el programa pero esta responsabilidad le compete al Estado. El Estado es el que está en deuda y el que debe tomar las medidas”.
“El día 22 de Octubre, solo cuatro días después del primer impacto, el Colegio Médico estuvo en la comisión de DD.HH. del Senado alarmados por los 29 casos que habían, pero el ministro del Interior y el Presidente de la República negaron los hechos, sino muchos casos se podrían haber evitado”, agregó el Dr. Morales.
En tanto, el académico de la Unidad de Baja Visión y Rehabilitación Visual del Hospital Clínico de la U. de Chile, Patricio Bustamante, recordó también el llamado que ha hecho la comunidad científica al gobierno para dejar de usar este tipo de armas que se consideran “no letales” y la lamentable cifra que puso a Chile en la mira de los organismos internacionales en DD.HH. “Se compara con otros conflictos como Francia, con 43 casos, India, 40 casos, mientras en Chile en seis meses ya teníamos 182 casos”, concluyó.
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