El 6 de marzo de 2006, el entonces mandatario de Bolivia, Evo Morales -primer presidente de origen indígena- promulgó la ley de convocatoria a una Asamblea Constituyente con el objetivo de “refundar” el país a través de una nueva Constitución. Aunque fue uno de los países pioneros en impulsar una reforma de este tipo en Latinoamérica, el inicio del proceso fue más bien “caótico” y estuvo entrampado en una serie de dificultades políticas, técnicas y sociales que casi le restaron credibilidad.
Siete meses tardaron los asambleístas en lograr un consenso para diseñar el reglamento, o sea, el puntapié inicial en el que ampararon su trabajo. Esa fue una de las primeras lecciones que dejó el proceso boliviano. Finalmente, el 7 de febrero de 2009 Bolivia promulgó su nueva Constitución con al menos dos dimensiones pertinentes para el actual debate chileno: la plurinacionalidad e interculturalidad que posicionó a los Pueblos Indígenas como actores sociales y políticos dentro del debate; así como la relevante participación de las mujeres, quienes lograron incluir un importante número de artículos a favor de la equidad de género y la igualdad de derechos.
Con estos antecedentes sobre la mesa, se desarrolló este miércoles el panel “Plurinacionalidad y proceso constituyente: diálogo boliviano - chileno en torno a la experiencia de mujeres líderes”, una actividad organizada por la Cátedra Amanda Labarca de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la U. de Chile para visibilizar voces internacionales que han promovido los principios plurinacionales en la región.
En él se reunieron figuras del mundo político boliviano, como la vicepresidenta de la Cámara de Diputados de Bolivia, Elsa Alí Ramos, y la ex asambleísta boliviana y dirigenta kallawaya, Elisa Vega Sillo, quienes dialogaron con la presidenta del Senado chileno, Yasna Provoste, y la directora organizacional de ANAMURi, Gabriela Curinao. El panel contó con dos rondas de preguntas moderadas por la vicepresidenta del Senado Universitario, Verónica Figueroa Huencho.
La actividad contó además con las palabras iniciales de Faride Zerán, vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, quien subrayó -a propósito del proceso constituyente chileno- la misión del plantel por “densificar el diálogo” y “acompañar este momento histórico”, aportando con elementos que impulsen “más democracia, más equidad y más inclusión que se gritan en nuestras calles”.
En tanto, la coordinadora de la Cátedra Amanda Labarca, Roxana Pey, destacó el proceso constituyente que se vive en Chile y sus características de paridad de género y participación de pueblos originarios por la vía de escaños reservados, aunque advirtió que hay “grandes resistencias, especialmente desde sectores poderosos, a las transformaciones más profundas que urgen en este territorio”. Por otra parte, destacó que “Bolivia y Chile compartimos problemas, esta historia, estos procesos de recuperación y profundización de la democracia y también compartimos una parte del territorio latinoamericano”.
Voces de mujeres indígenas
La vicepresidenta de la Cámara de Diputados de Bolivia y ex asambleísta, Elsa Alí Ramos, recordó los pormenores del arduo proceso boliviano y subrayó la intensa lucha que han dado desde siempre los pueblos indígenas para ser reconocidos y no discriminados, así como también el rol que han cumplido las mujeres. “El primer hito se dio con Tupac Katari y Bartolina Sisa quienes efectuaron el cerco a la paz en el año 1780 en contra de los españoles”, señaló. En su relato, además, recordó a algunas de las mujeres de esta historia de lucha por la visibilización, como “Juana Azurduy de Padilla, patriota luchadora por la emancipación del entonces Alto Perú; Adela Zamudio, escritora pionera del feminismo que sembró la rebeldía y creatividad de la mujer; o Remedios Loza, primera mujer de pollera en ocupar el parlamento boliviano y que fue candidata presidencial en 1995”.
Su par boliviana, la dirigenta del pueblo Kallawaya y ex Jefa de la Unidad de Despatriarcalización del Ministerio de las Culturas, Elisa Vega Sillo, destacó que aunque “todos somos importantes” y se deben respetar los derechos humanos, sociales, económicos y políticos de todos, “siempre la agenda debe ir por quienes el Estado mantiene una deuda histórica, y que son los pueblos indígenas, y sobre todo las mujeres indígenas, ellas deben estar primero”, afirmó la ex asambleísta. En esa línea, también advirtió las dificultades políticas que muchas veces existen para llevar a la práctica los artículos de una nueva Constitución. “Nos preocupa mucho el incumplimiento de la normativa. Ahora mismo estamos dando la pelea porque se respete la justicia comunitaria, para que los pueblos tengan sus propia justicia o ejerzan su medicina tradicional sin problemas”, indicó.
En el caso chileno, la presidenta del Senado, Yasna Provoste, valoró los triunfos alcanzados para establecer la convención constitucional con paridad de género y participación de los pueblos indígenas, pero reconoció que “aspirábamos a que hubieran más escaños reservados, a los menos 25, pero solo se aceptaron 17 y se rechazó un cupo para el pueblo afrodescendiente, entonces creo que todo esto va a generar una gran presión política de parte del mismo pueblo indígena”, señaló.
Asimismo, lamentó que históricamente los gobiernos tiendan a ser más un “obstáculo” que un “apoyo” en conseguir este tipo de causas reivindicativas para parte de la población. “Esto me trae a la memoria los debates que escuché sobre el reconocimiento como pueblo originario de los Changos y que algunos parlamentarios decían que no había problema que se pelearan un escaño reservado con los Kolla, ya que eran lo mismo, estaban en el mismo lugar, con un desprecio total a cada cultura”, recordó.
En tanto, Gabriela Curinao, descendiente mapuche y directora organizacional de ANAMURI (Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas), destacó los desafíos que enfrentan las mujeres indígenas dentro del debate constitucional chileno y reparó en que “para nosotras es importante la participación activa fuera y dentro de la convención constitucional. Que el debate no se centré solo en los 155 convencionales sino que haya una reflexión fuera, tenemos que llenar ese espacio de pueblo y de reflexión a lo largo del país y para eso nos estamos articulando con otros movimientos sociales, rurales, organizaciones campesinas, indígenas, pero también urbanas y de mujeres feministas”, señaló.
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