Hace pocos días la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de un nuevo cuarto retiro de los fondos de pensiones. La iniciativa ahora debe ser analizada por el Senado, en medio de un intenso debate en torno a sus posibles efectos en la economía. Por otra parte, distintas voces plantean que ante el eventual peligro de una expropiación de los ahorros previsionales lo mejor sería realizar un retiro del 100 por ciento de los ahorros previsionales que quedan.
El debate se enmarca, además, en una crisis económica que ha golpeado de manera fuerte a nuestro país debido a los efectos de la pandemia. En este contexto, la presión inflacionaria en septiembre llevó al Índice de Precios al Consumidor (IPC) a un 1,2 por ciento, la variación mensual más alta en más de 10 años, registro que supera con creces el objetivo de un 3 por ciento anual establecido por el Banco Central.
Al respecto, José Luis Ruiz, profesor del Departamento de Administración de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, aseguró que todos los retiros han tenido impacto sobre la economía, ya que implican fuertes volúmenes de recursos que se entregan en liquidez a las personas, y entre los tres ya realizados se han superado los 50 mil millones de dólares -poco menos de un 20 por ciento de la producción de nuestra economía- inyectados al consumo.
"Este aumento en la base monetaria trae presión inflacionaria, que es lo que el Banco Central ha venido trabajando y analizando tras cada retiro. Porque a esto se suma el efecto del IFE, que también inyecta dinero, y como la producción está más lenta por la crisis, el gasto termina generando alzas de precio, lo que se traduce en inflación", explicó Ruiz.
El académico señaló que los efectos de esta presión ya comenzaron a sentirse incluso antes de que el cuarto retiro se aprobara, ya que el mercado internaliza las señales de manera anticipada, así que el propio debate de un nuevo retiro genera mayor presión y, por ende, un alza de las tasas de interés a niveles que no se veían hace varios años. "Esto es importante, porque un alza de la tasa de interés golpea cuando alguien quiere pedir un crédito de consumo o hipotecario, ya que endeudarse saldrá más caro. Hay que pensar que en un hipotecario a 30 años un punto porcentual de aumento es como pagar una casa 20 por ciento más cara, no es algo menor", remarcó.
Consultado sobre la posibilidad de que el Banco Central adopte medidas similares a las tomadas en los retiros anteriores, en donde realizaron unas operaciones conocidas como "Repo" para contener la inflación, el profesor Ruiz explicó que esta entidad "ha dicho que tiene menos espacio para aplicar política, ya que no tiene un presupuesto infinito para intervenir en la economía y cada retiro hace que las AFP se vayan quedando con instrumentos con menos liquidez, y el Banco Central no puede comprar cualquier clase de activo".
En cuanto a la posibilidad de realizar un retiro total de los fondos, el académico fue categórico en afirmar que esa alternativa es mucho peor. "Retirar el 100 por ciento no afecta al patrimonio de las AFP, quien sufre la pérdida son las personas. El daño en términos financieros golpea al servicio que prestan, y en un escenario en el que se vende un fuerte volumen de instrumentos de un día para otro, aumentando drásticamente la oferta, el precio cae, por lo que el monto de los recursos que se obtendrían sería, además, bajo. Sería volver a cero, con pensiones más bajas que ahora o inexistentes y habría que mutar a otro sistema de alguna manera".
Finalmente, en cuanto a la discusión sobre los retiros de rentas vitalicias y a las advertencias realizadas por la Comisión para el Mercado Financiero a principios de mes, respecto a que pondría en peligro la solvencia de las Compañías de Seguros de Vida y el pago de pensiones a todos los jubilados con estos productos, además del riesgo de que el Estado enfrente acciones en tribunales nacionales e internacionales, el profesor Ruiz aseguró que efectivamente existe peligro de que varias empresas entren en insolvencia y sean incapaces de garantizar el cumplimiento de los compromisos asociados a estos productos, aunque recordó que eso es distinto a una quiebra, y que no debería afectar a otros tipos de seguros.
"Es muy difícil predecir lo que puede pasar, porque no solo está la crisis sanitaria y económica, también estamos en medio de un proceso constituyente y de elecciones presidenciales y parlamentarias, entonces el clima de incertidumbre es en varios niveles y no se va a resolver en el corto plazo. Pero lo primero, creo que debería evitarse es la política de retiros e ir dejando de lado paulatinamente el IFE. El país muestra signos de recuperación, el nivel de empleo va recuperándose, entonces es mejor tener políticas que fortalezcan las PYMES, desarrollar programas de capacitación para quienes salieron del mercado laboral y también para grupos especialmente afectados, como las mujeres, y generar medidas pro-empleo", finalizó.
¿Nuevo sistema de pensiones?
Pero la política de nuevos retiros también podría terminar afectando la posibilidad de que nuestro país cuente con un nuevo sistema de pensiones, diferente al de la capitalización individual que existe actualmente. Así lo explicó el profesor Nicolás Grau, también de la FEN, quien señaló que todos los retiros afectan de una u otra forma a una futura reforma de manera directa. Esto, debido a que "en la medida que haya menos fondos previsionales y que queramos asegurar un cierto nivel de pensiones, más cara va a salir la reforma, ya que se tendrá que destinar más fondos a ella, por lo que sería más difícil realizarla".
Consultado sobre quienes opinan que mientras más fondos de pensiones se saquen ahora hará más necesario un cambio de sistema, el académico afirmó que ello podría ser cierto, pero que nuevamente "levantar otro sistema en esas condiciones sería sumamente costoso para el país y un poco desigual, ya que ahora quienes todavía pueden sacar sus retiros son quienes tienen ingresos medios y altos, entonces en el futuro el Estado va a tener que cubrir también sus pensiones aumentando el gasto".
En cuanto a las dificultades que podría generar un retiro completo, el profesor Grau hizo hincapié en que partir desde cero implicaría que el Estado tendría que realizar un enorme esfuerzo económico para asegurar pensiones de calidad para todas las personas, recursos que tendrían que surgir desde el mismo Estado o desde los ahorros de las personas.
"Hay que recordar que la reforma de pensiones que hizo la dictadura fue carísima para nuestro país. En el sistema antiguo, que era uno de reparto descentralizado que no funcionaba bien, las personas que trabajaban remuneradamente financiaban a quienes se iban jubilando, pero cuando se pasó al de capitalización individual nadie cotizaba para otras personas, sino que solo para sí mismas, por lo que el Estado debió financiar a todas esas generaciones que no podían ahorrar para sus pensiones y tampoco recibían ya el aporte de las generaciones que seguían trabajando. Ese costo fue altísimo, 5 o 6 puntos del PIB", recordó.
En ese sentido, el académico se preguntó "si el país ya hizo ese esfuerzo, de manera forzosa, y se financió con ingresos fiscales ¿por qué vamos ahora a desperdiciar esos fondos importantes para las pensiones futuras? Porque con esos recursos sabemos que las pensiones son miserables, entonces lo que se necesita es aumentar la cotización teniendo solidaridad intergeneracional, y aumentar el gasto fiscal con un impuesto mayor hacia quienes tienen más altos ingresos, pero si se continúa realizando retiros, esas dos medidas tendrían que hacerse con mucha mayor intensidad", finalizó.