“Será feminista”. Con estas palabras, el Presidente electo Gabriel Boric hizo un llamado a los hombres hace unos días en un encuentro interministerial para las Políticas de Género. A esta declaración, se suma el hecho de que el gabinete que asumirá el próximo 11 de marzo está conformado por un mayor número de mujeres con una cargada agenda por la equidad.
En este nuevo 8M, tres académicas analizan el actual escenario, los desafíos presentes tanto en Chile (con la elaboración de una nueva Constitución), como a nivel internacional y la preocupación que existe por los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania, sumado al contexto de pandemia que sigue azotando al mundo entero y que ha dejado al descubierto los múltiples roles que ha tenido que cumplir la mujer en medio del cuidado de hijos, hijas, adultos mayores, labores domésticas, profesionales, de pareja, entre otras.
Roxana Pey, coordinadora académica de la Cátedra Amanda Labarca de la Universidad de Chile, plantea que lo que vivimos hoy “es un momento muy particular porque uno tiene que reconocer que hay grandes avances”. Y profundiza en la idea afirmando que este progreso se ha dado “tanto en los hechos mismos, como cosas muy simbólicas también, del lenguaje, de la discursiva. Hay que insistir en esto, el trabajo que está haciendo la Convención Constitucional, las discusiones que se están teniendo ahí, las cosas que de ahí salen, justicia con perspectiva de género y una Constitución con perspectiva de género. También las mujeres que están entrando al nuevo gobierno, mujeres jóvenes que están asumiendo roles muy importantes. Eso nos permite hablar de un avance que no habíamos tenido con todas las luchas feministas en décadas o en siglos tal vez”.
A esto, agrega Pey, se suma lo señalado por el mandatario electo a pocos días de asumir y este llamado a que los hombres se tomen en serio el feminismo, lo que “abre una esperanza de que ahora sí se tome en serio esto que es inaceptable y es dramático”.
Escenario actual y expectativas
Silvia Lamadrid, académica del Departamento de Sociología y coordinadora del Núcleo de Investigación Género y Sociedad Julieta Kirkwood de la Universidad de Chile, cree que “estamos en un momento extraordinario, porque entra un nuevo gobierno donde están puestas muchas expectativas, un gobierno que se autodefine como feminista”.
Además, dice, “esto en el contexto de que ya desde el año pasado que se está trabajando en la redacción de la nueva Constitución, que reemplaza la Constitución de la dictadura, por primera vez democrática, construida por todo el mundo, y eso es lo que se expresa ahí en la Convención. Así que hay mucho que esperar respecto a los principios que van a quedar establecidos en la forma que va a funcionar nuestro sistema político a futuro”.
Por su parte, Roxana Pey afirma que "sí hay una expectativa, y efectivamente es que las personas que asuman los cargos tengan este conocimiento, trayectoria y experiencia práctica también. Porque no se trata de asuntos teóricos, no estamos exhibiendo un paper, tienen que tomar decisiones que afectan la vida de personas, afectan la vida de mujeres, niñas y de la sociedad completa".
Un ciclo transformador
Sin duda, las manifestaciones y expresiones sociales registradas durante los últimos años, levantadas y lideradas por mujeres, mostraron las desigualdades e inequidades presentes todavía en distintos espacios donde las mujeres transitan. Destacable es, por ejemplo, la marcha del 8 de marzo de 2019, donde cerca de 2 millones de mujeres se movilizaron por el centro de Santiago, y también en las principales ciudades del país, para visibilizar demandas que siguen estando presentes pese al paso de los años y la modernización del sistema.
La académica Kemy Oyarzún, directora del Laboratorio Interseccional de Estudios de Género de nuestro plantel, recuerda esa movilización que calificó de “inolvidable”. En esta línea, señala que “las mujeres no estamos pidiendo solo cambios para las mujeres, que en sí y de por sí no es menor, son siglos de siglos que llevamos sometidas como objeto de deseo, como objeto de políticas, como objetos de mercado, como objetos consumidoras, pero hemos signado que esta es una revolución de mujeres democráticas y eso ha estado en el tejido de nuestra memoria”.
Agrega, además, que ve este nuevo Día Internacional de la Mujer “con mucha esperanza. Un 8M con nuevas fuerzas para un ciclo transformador”. Por otra parte, sostiene que hay tareas o sueños por los cuales seguir trabajando y manifestándonse: "el fin de la violencia de género, no solo la violencia en el hogar, en el pololeo, física, la violencia simbólica, del abuso de poder, la violencia del autoritarismo, que todavía alimenta parte de nuestras instituciones y que nos impide elaborar conjuntamente todos los estamentos un nuevo horizonte para la U. de Chile, para las universidades estatales y para nuestro país”.