El miércoles 8 de junio, durante la sesión de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, del Senado se discutió la indicación de incorporar un registro nacional de “Cuidadores” para el cuidado de menores en la ley corta de Sala Cuna. La reunión fue encabezada por el presidente de la comisión, Luciano Cruz-Coke, y contó con la participación de expertas en el tema, entre ellas Mónica Manhey, académica del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales.
La ley corta "Sala Cuna", proyecto que llegó a reemplazar al de "Sala Cuna Universal", que durante cuatro años no logró obtener apoyo transversal, establece tres aspectos fundamentales: por un lado modifica el artículo 203 del código del trabajo, suprimiendo el número de 20 trabajadoras como requisito para otorgar el beneficio de una sala cuna. Por otro lado, crea un “Fondo Sala Cuna”, que se financiará con aportes fiscales. También la implementación del Registro Nacional de Cuidadores.
A pesar de estas modificaciones, la ley ha generado críticas entre los y las expertas. Uno de sus nuevos focos de crítica es la creación de la figura de “Cuidadores”, personas, que sin necesariamente tener las competencias profesionales, pueden optar por dar cuidado a menores, cuyos padres, por trabajo, no pueden hacerlo.
“Si bien uno valora que la mujer tenga acceso al campo laboral, este proyecto en ningún caso menciona o hace énfasis en que los niños y las niñas son sujetos de derecho”, expresó al respecto, la académica Mónica Manhey, quien analiza este proyecto de ley en discusión.
¿Cómo surge este proyecto de “Sala Cuna Universal” y cómo se ha transformado desde que fue presentado por primera vez a mediados de 2018?
Este proyecto de ley empezó en el gobierno de Sebastián Piñera. Inició con esta idea que equiparaba el derecho a sala cuna para las trabajadoras y trabajadores. Sin embargo, no logró contar con los apoyos políticos y nunca logró ser promulgada, en parte porque contenía muchas cosas que no hacían sentido.
Actualmente, si bien tenemos conciencia que este nuevo proyecto presenta avances, lo nosotros no queremos es la precarización de la educación parvularia. Estamos conscientes que es necesario cambiar, porque se cambió la legislación del artículo 203 del código del trabajo que señalaba que, habiendo 20 mujeres se podía ofrecer sala cunas. En cambio ahora no es necesario un número de mujeres, eso es bueno. Cualquier mujer que trabaje va a tener acceso a la sala cuna, pero este proyecto que se llamaba originalmente Sala Cuna Universal, como eslogan, no es universal y no hace referencia al tipo de educación que debe proveer, la evidencia que tenemos nosotros respecto a lo nacional e internacional, no es cualquier educación para los niños.
Usted menciona una serie de problemáticas de este nuevo proyecto de ley. ¿Cuál o cuáles son sus principales deficiencias?
Está todo centrado en que la madre vaya al campo laboral, pero no va de la mano con un Estado que debe ser garante de los niños y niñas. El Estado debe cautelar, proteger a la primera infancia. La preocupación que nosotros tenemos, es quién asegura que esas cuidadoras realmente sepan tratar a los niños, porque la educación parvularia no es cuidar a los niños, ser amorosas, delicadas; eso es super importante, pero hay una serie de elementos que deben darse en los primeros años de vida, oportunidades de aprendizaje, el afecto, el vínculo, incluso el desarrollo del pensamiento durante los primeros años es super importante.
Lo que nos preocupa es que este sistema de cuidado retroceda todo lo avanzado históricamente en la educación parvularia. Somos una profesión que tiene un amplio saber pedagógico acumulado, desde 1944 cuando se creó la carrera en la Universidad de Chile, entonces qué pasará con todo esto. Se ve una precarización al respecto.
El pasado mes de mayo la APROJUNJI (Asociación de Trabajadores/as de la Junta Nacional de Jardines Infantiles) expresó su rechazo frente a este proyecto. “Este proyecto de ley es un retroceso en la historia de la Educación Parvularia en nuestro país, no presenta un enfoque educativo, tan necesario para el desarrollo integral de los niños y niñas, sino más bien propende como única visión la incorporación de las mujeres al mundo laboral”, menciona parte del informe.
Existe algún requisito o competencia que deben cumplir las personas que quieran postular al cargo de “Cuidadoras”?
Hasta el momento, nada. Este sistema de cuidadoras no menciona nada al respecto. Cualquier persona podría estar a cargo de los niños. Nos preocupa, porque qué pasa con el apego, qué pasa con las interacciones positivas, qué pasa con los ambientes vulnerables, porque en otros países existe lo que se llama hogares de cuidado diario, donde la vecina cuida un grupo de niños, pero no sé, nadie asegura que no vaya a ocurrir nada. Es muy riesgoso.
¿Qué esperan que pueda pasar tras la aprobación de esta indicación en la comisión de Trabajo y Previsión Social?
La esperanza que tenemos es que pase a la Comisión de Educación y que se den los argumentos epistemológicos, ontológicos, la esencia de la importancia de que los niños y niñas tengan personas a cargo que puedan formar. Tenemos la esperanza en que esto se detenga y no pase a tema de la opción de cuidadora.
Sabemos que durante los primeros años de vida, con quien mejor los niños y niñas es con sus padres. Entonces, la educación parvularia no se trata de que los niños y niñas vaya a un jardín infantil o sala cuna. Muchos países han invertido en que la madre pueda trabajar en casa con algunos apoyos, no salir de la casa. Por ejemplo, ya avanzamos en un postnatal más largo, hay países como Suecia que tienen postnatales largos, entonces también qué podemos hacer, siempre pensando en el bienestar de los niños.
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Se proyecta que las reuniones de la Comisión de Educación ocurran entre la segunda y tercera semana de junio. En dicha comisión se espera que se discuta sobre el Registro Nacional de Cuidadores. De ser aprobada la ley, en esta instancia, la discusión seguirá en la Cámara de Diputadas y Diputados.