El alto impuesto al libro, el modelo educacional y la inmediatez de información obtenida gracias al internet, son algunas de las razones que han alejado a las personas del hábito de la lectura. “¿Cómo cambiamos ese concepto de lectura obligatoria?”, fue la pregunta que manifestó el periodista Mauricio Osorio, haciendo referencia al método educativo chileno que obliga a niños y niñas a leer libros específicos para luego ser evaluados. “Porque no hay felicidad obligatoria, deberíamos tratar de que la lectura sea una dicha, un placer y que leer sea encontrar y saciar el aburrimiento”, destacó.
Asimismo, el profesor y librero Omar Sarrás, cuestionó el que la lectura se ha visto reducida a ser una actividad individual y especializada, en donde las personas “comunes y corrientes” no tienen voz. “Estamos en un gran problema porque la voz la tienen los especialistas, estamos en un momento en que los especialistas han tomado nuevamente la palabra: la convención. La gente no puede opinar, no puede decir lo que ella quiere, porque siempre hay alguien especialista que los deja fuera”.
Por otro lado, Sarrás comentó cómo antaño la lectura sirvió de unión para la comunidad, en momentos en que las personas “leían a voz alta en espacios públicos”, logrando que quienes no supieran leer, también se sintieran parte. “Es muy importante la lectura, pues te hace parte de la comunidad y ese es fundamental para integrar”.
Siguiendo la misma línea, Mauricio Osorio recalcó la importancia de la participación ciudadana en torno a la construcción de la memoria. Sobre este concepto indicó que “aunque no queramos, es una responsabilidad de todas y todos, para que las cosas no vuelvan a ocurrir, o para que nos encontremos. Y, por eso, creo que todas y todos tenemos el deber de ver esta historia y rescatarla tal cual es".
La periodista y profesora de la Universidad de Chile, Tania Tamayo, abordó en su presentación la importancia de los espacios de memoria y cómo estos deben ser puestos en relevancia para no olvidar lo aprendido de los horrores del pasado. “Si es que no se instala en espacios como estos de manera orgánica, de manera lógica, con sentido común y sentido de justicia, el país y la historia se nos va a ir”, explicó y agregó “porque a veces, nosotros ponemos el ojo en que es la historia oficial, pero mientras tanto suceden cosas que están destinadas al olvido”.
Además, Tamayo enfatizó la importancia de la memoria histórica: “la relevancia del libro tiene que ver con que es nuestra historia y de cómo necesitamos que estén puestas en valor no solo los libros, sino que en general todas las narraciones, las palabras, tienen ese valor de dejar constancia de lo que ocurrió”, expresó.
Finalmente, los panelistas reflexionaron en torno a la memoria y el rol que juegan en la actualidad los libros a la hora de articular relatos, hechos y vivencias en la historia de los pueblos. De esta manera, además se trajo a la palestra la importancia de conmemorar los 50 años del golpe de Estado, para observar las repercusiones que dejó en diversos aspectos de la vida en Chile.
La Universidad de Chile y su compromiso en el fomento de la lectura
Bajo el compromiso adoptado por la Universidad de Chile, la Cámara Chilena del Libro y Editores de Chile, el año 2012 surge el Observatorio del Libro y la Lectura, instancia constituida por un consejo compuesto por diversos agentes del libro. Esta instancia cultural propone un espacio de reflexión e intercambio de experiencias en torno a la palabra escrita en distintos soportes y formatos, dando una mirada amplia, técnica y transdisciplinaria de su situación actual y desafíos futuros.
Constituido por un Consejo de especialistas diverso y plural, este espacio de reflexión actualmente cuenta con la coordinación académica de María Eugenia Domínguez, quien aborda al trabajo levantado desde las distintas áreas de sus integrantes -entre quienes se cuentan editores académicos, libreros, bibliotecarios-, que han evaluado durante la última época los resultados de las políticas públicas de fomento del libro y la lectura. En esa línea, Domínguez destaca el reciente lanzamiento de la Política Nacional de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas.
Al respecto, comenta que este espacio permite generar un lugar “de donde observar el cómo se escribe, cómo se lee, cómo se edita, en las formas que hoy adquiere la lectura, que no solamente implica el libro en papel, sino que también lo digital, y, fundamentalmente en observar las transformaciones del ecosistema del libro hoy en día. Creo que esa es una tarea esencial nuestra que no solamente es conservar, en el sentido de mirar hacia atrás, sino fundamental para mirar hacia adelante y mirar las transformaciones a ese nivel”.
La académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la U. de Chile, releva esta fecha internacional del Día del Libro, instancia que se inserta en un momento “en que efectivamente recordamos la importancia que ha tenido el libro en todos sus formatos, pero, particularmente el libro impreso en nuestra historia cultural, en la formación de imaginarios, en la circulación de ideas. En el fondo, en forjar un modo de imaginario del mundo, modos de proyectar el mundo. El libro permite sintetizar ideas, ponerlas en contraste”.