A los 97 años:

Fallece Jacques Chonchol: egresado y hombre clave de la Reforma Agraria chilena

Fallece Jacques Chonchol: hombre clave de la Reforma Agraria
Jacques Chonchol fue director del Instituto de Desarrollo Agropecuario en la administración de Eduardo Frei Montalva -entre 1964 y 1969- y pieza clave en la reforma agraria.
Jacques Chonchol fue director del Instituto de Desarrollo Agropecuario durante la administración de Eduardo Frei Montalva, entre 1964 y 1969, y pieza clave en la reforma agraria.

Jacques Chonchol Chait, egresado de Agronomía de la Universidad de Chile, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de París, ministro de Agricultura de Salvador Allende y pieza clave en la reforma agraria impulsada bajo el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva, falleció este jueves a los 97 años. El profesional fue director del Instituto de Desarrollo Agropecuario durante la administración de Frei Montalva, entre 1964 y 1969, y fue este rol el que le significó la denominación de "padre de la reforma agraria”.

El actual ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, tuvo palabras para referirse al trabajo del fallecido político. "Jacques Chonchol fue parte de la generación que impulsó la reforma agraria, que fue fundamental para Chile. Más allá de claroscuros, de algunos errores que pudo haber habido, la decisión de hacer la reforma agraria, de distribuir tierra a quienes trabajan la tierra, fue fundamental". En sus redes sociales, además, afirmó que “jugó un importante rol en la Reforma Agraria, velando por la dignidad de la agricultura familiar campesina de nuestro país”.

“La Reforma Agraria terminó para siempre con el viejo latifundio tradicional”

El año 2017, cuando se cumplieron 50 años de la Reforma Agraria, la académica de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Periodismo, Faride Zerán, entrevistó a Jacques Chonchol para la Revista Anales de la Universidad de Chile, quien aseguraba que este proceso significó una importante transformación social porque “además de dar mucho poder político, daba mucho poder económico y social”. En la misma edición, además, se presentaron datos recopilados que indican que fueron unas 3,4 millones de hectáreas las que se lograron expropiar, beneficiando a 28 mil familias en cooperativas y asentamientos, sumándose luego, en el Gobierno de Salvador Allende, la expropiación de 6,4 millones de hectáreas.

Pese a la dictadura, que frenó de golpe los avances sociales que el país estaba teniendo en este ámbito, Chonchol destacaba que hubo cambios que no se pudieron revertir: “la Reforma Agraria terminó para siempre con el viejo latifundio tradicional, eso no se volvió a reconstituir. Después, con la dictadura, apareció una nueva agricultura capitalista, un mercado libre de tierras. Pero los nuevos empresarios constituyeron una burguesía, inclusive con capital extranjero, pero con una mentalidad distinta a la del latifundista tradicional”.

“Al latifundista tradicional le interesaba el poder político y el poder social, y cultivaba muy mal su tierra y producía muy poco”, explica el agrónomo egresado de la Universidad de Chile, quien enfatizaba que “la Reforma Agraria tuvo éxito, porque terminó para siempre con este viejo sistema que venía desde la época colonial y que se prolongó con la Independencia y que se terminó con la Reforma Agraria”.

Sin embargo, lamentaba que “lo que tampoco tuvo éxito es que pretendía consolidar dos cosas: crear una gran agricultura campesina organizada en cooperativas y, para los trabajadores que no tuvieran acceso a la tierra, un gran movimiento sindical, organizando sindicatos poderosos de tipo comunal que les permitieran negociar condiciones de vida mucho más favorables”.

En esta entrevista, Jacques Chonchol abordó también los principales cambios que significó la reforma: “Nadie podía tener en este país más de 80 hectáreas de riego básico del Río Maipo o su equivalente; toda operación donde el Estado hiciera inversiones de riego y transformara las tierras en secano, en tierras de riego, era expropiable por el mero hecho. Toda tierra en manos de sociedades o corporaciones era expropiable por el mero hecho de ser sociedad o corporación. La tierra solamente debía estar en manos de personas naturales. Toda el agua se declaró un bien nacional de uso público y no había derecho a propiedad privada ni nada sobre el agua. Se pagaron las tierras al valor fiscal, que era diez veces más bajo que el valor comercial, con un 10% al contado y en bonos de la Reforma Agraria a 20 o 35 años plazo. Después de pasados tres años de la expropiación de la ley, toda tierra mal trabajada era expropiable por el mero hecho de serlo. Esas condiciones de esa ley, que en esos años fueron absolutamente normales, si tú las planteas en el Chile de hoy, con la mentalidad conservadora que tiene este país, ¡es una cosa de locos!”.