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Hilos Fronterizos: muestra recoge el trabajo interdisciplinario en torno a las arpilleras

Hilos Fronterizos: interdisciplina en torno a las arpilleras

El proyecto Hilos Fronterizos comenzó el 2021 como una colaboración entre la geógrafa Megan Ryburn, en ese momento parte de la London School of Economics, y Daniela Cobos, académica del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile y artista textil. “Este proyecto se basó en un trabajo previo con personas migrantes en Chile en el que se utilizó metodologías cualitativas tradicionales como la etnografía y entrevistas. Estaba interesada en usar metodologías más colaborativas con quienes participaban, buscando que ellas y ellos fueran los protagonistas al momento de contar sus historias”, explica Megan Ryburn.

En 2021 ganaron fondos de la British Academy en Inglaterra y contaron con la contribución de la London School of Economics. Allí comenzaron a usar arpilleras,  a través de talleres, a hacer entrevistas en profundidad y desarrollar testimonios. En 2022 realizaron talleres durante cuatro meses en Antofagasta con un grupo de once mujeres. Con el patrocinio de la Dirección Regional de Patrimonio Cultural, montaron la primera exposición en la Biblioteca Municipal de Antofagasta. “Fue muy significativo porque muchas de las mujeres que participaron provienen de campamentos y esto se organizó en el centro de la ciudad”.  Luego, en el marco de una feria de gastronomía y turismo, presentaron la muestra de arpilleras en el Estadio Regional, a la que concurrieron alrededor de dos mil personas. 

Luego, en 2023, con el apoyo de los Fondos VEXCOM en el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, se presentaron en la Semana Migrante en la Plataforma Cultural JGM. “A la muestra de arpilleras se sumaron dos conferencias, lo que permitió traer a Idalia Rivera, arpillerista, Consejera Regional de Antofagasta y dirigente del Campamento Génesis II, quien dialogó con arpilleristas de Lo Hermida”, cuenta Daniela Cobos, destacando los fructíferos puntos de encuentro propiciados por el lenguaje textil.  

La arpillera: espacio, arte y memoria

Daniela Cobos señala que el arte textil siempre ha estado subvalorado por la academia y  subestimado en cuanto al valor cultural que tiene en un escenario donde se valora principalmente la pintura y la escultura. “Es señalado como doméstico, artesanal, pero, por otro lado, nos permite dar cuenta de que hay mujeres que pueden, desde la intuición, generar diálogos visuales y generar narrativas sin tener conocimientos artísticos previos, pero cuyos trabajos tienen un valor artístico cultural y patrimonial. Este encuentro entre relatos de dictadura y relatos migrantes, gracias al arte textil, se han podido vincular y fusionar”. 

Desde mi punto de vista, señala, creo que tenemos que legitimar el tema de la arpillera porque este tipo de arte no se observa en otro lugar. A nivel latinoamericano existen arpilleras, pero en Chile hay una forma de trabajarla que es particular, pero que se ha mantenido en el silencio por razones políticas o que tienen que ver con el olvido. Por lo tanto creo que es una forma de legitimar como parte de nuestro patrimonio visual, tradicional y que al mismo tiempo nos permite vincularnos con otros países latinoamericanos. 

Por su parte, Megan Rybur, detalla que la arpillera y el arte textil han sido dejadas de lado porque se las asocia con la mujer, con el espacio doméstico y eso hace que no se haya valorado como arte. “Para la historia de Chile es importante valorarlo como una producción artística que se vincula con tradiciones de arte textil que se encuentran en otros lugares de Latinoamérica”. 

El contacto intercultural, apunta, fue muy significativo. “Fue muy rico el vínculo intercultural con esta tradición chilena por parte de mujeres migrantes, en su mayoría afrodescendientes, quienes la pudieron hacer propia. Esto es importante en un Chile que está viviendo, en algunos sectores una apertura hacia la interculturalidad y en otros totalmente lo opuesto”. 

Educación artística

Daniela Cobos destaca que durante la exposición que realizaron en la Plataforma Cultural hubo un taller de bordado en el que la Escuela Juan Moya les permitió trabajar con 63 niñas y niños de cuarto básico. “Como profesora valoro que se esté incorporando en el trabajo en infancia, en educación formal, el arte textil. No es frecuente. Hay cifras que indican que no se trabaja algo que no sea dibujo o pintura. Para mi este es un punto de inflexión que niñas y niños se conecten con experiencias que, por ejemplo, provienen de abuelas que bordan y que no se reconocía como arte”. 

En este sentido, Megan Rybur señala que en geografía hay una perspectiva crítica que se llama contra-mapeo: “esto es, encontrar las narrativas silenciadas, las otras maneras de entender el espacio y para mi eso son las arpilleras. En ellas se plasma un mapa que suele incorporar el cielo, las montañas, las figuras, lo que se puede interpretar como un tipo de mapa, pero es un mapa no espacial, que cuenta otra historia. Allí que tengo un interés conceptual teórico al usarlas como metodología”. 

Desde la didáctica del arte, Daniela Cobos, agrega que “las arpilleras señalan que el aprendizaje tiene que ser bidireccional. Me instalo como investigadora desde lo que recibo desde el entorno. Hemos construido nuestro proyecto recogiendo todo lo que, tanto el trabajo con migrantes y con niños, nos ha permitido darle consistencia al proyecto. Esta Vinculación con el Medio es parte de lo que una universidad debe hacer. Y espero que este proyecto aporte en relevar procesos artísticos no tradicionales y en colaboraciones entre disciplinas distintas”. 

 

* Esta investigación y exposición es posible gracias al apoyo de la British Academy, London School of Economics, el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de la Culturas, las Artes y el Patrimonio y la Universidad de Chile, a través de su Instituto de Estudios Internacionales, la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones y la Facultad de Filosofía y Humanidades.