La actualización curricular que el MINEDUC ha presentado para la asignatura de Tecnología e Innovación es un paso crucial para preparar a nuestros estudiantes para los desafíos del siglo XXI. En un mundo donde la tecnología avanza exponencialmente, la educación debe adaptarse para formar ciudadanos capaces de comprender, utilizar y transformar la tecnología de manera crítica y responsable. La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida hace aún más urgente esta necesidad de actualización curricular.
Esta actualización, propone un perspectiva que va más allá de la mera instrucción en el uso de herramientas tecnológicas. Busca que las y los estudiantes comprendan la tecnología como un sistema sociotécnico, es decir, como un entramado complejo donde interactúan aspectos técnicos, sociales, culturales y ambientales. Esta visión permite analizar el impacto de la tecnología en la sociedad y el medio ambiente, y fomenta un uso consciente y ético. El enfoque en los sistemas sociotécnicos resalta la importancia de considerar la tecnología no como un ente aislado, sino como un elemento en constante interacción con la sociedad y el medio ambiente. La tecnología no es neutral, sino que está influenciada por valores, intereses y contextos sociales, y a su vez, tiene un impacto en la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
La incorporación de la innovación como eje central es otro aspecto destacable. Se busca que el estudiantado desarrolle habilidades para identificar problemas, proponer soluciones creativas y llevar a cabo proyectos que contribuyan a la transformación de su entorno. La innovación no se limita a la creación de nuevos productos o servicios, sino que implica también la capacidad de cuestionar, experimentar y adaptarse a un mundo en constante cambio. Fomentar la innovación implica considerar no solo la viabilidad técnica de una solución, sino también su impacto social y ambiental, así como su aceptación y apropiación por parte de la comunidad. En el contexto de la IA, la innovación debe ir de la mano de la ética y la responsabilidad, asegurando que los avances tecnológicos beneficien a toda la sociedad y no generen nuevas desigualdades o exclusiones.
La formación de ciudadanos digitales responsables es esencial para la actualización curricular, ya que los estudiantes deben desarrollar habilidades que les permitan navegar en línea de manera segura, crítica y participativa. Esto no solo implica el dominio de herramientas tecnológicas, sino también la comprensión de los impactos sociales, éticos y legales de su uso. La ciudadanía digital responsable se basa en la conciencia de cómo nuestras acciones en línea afectan a los demás y en la contribución a un entorno digital seguro, inclusivo y respetuoso. Además, la inteligencia artificial (IA) plantea nuevos desafíos éticos, como el sesgo algorítmico, la privacidad de datos y la automatización laboral, que deben abordarse desde la educación, fomentando una comprensión profunda de esta tecnología, tanto de sus potencialidades como de sus riesgos.
Es crucial formar ciudadanos capaces de utilizar la IA de manera ética y responsable, que cuestionen sus limitaciones y participen activamente en la construcción de un futuro donde la tecnología esté al servicio del bienestar humano y la sostenibilidad del planeta.
Consideramos imprescindible esta actualización curricular, con su enfoque sociotécnico de la educación tecnológica, junto con la promoción de la innovación y la ciudadanía digital responsable, permitirá formar ciudadanos no solo competentes en el uso de la tecnología, sino también críticos, reflexivos y comprometidos con la construcción de un futuro más justo y sostenible para todos en la era de la inteligencia artificial.