Unidad de Psicología de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) impulsa espacios de encuentro y reflexión para estudiantes de la diversidad sexual, de género y del espectro autista (TEA)

DAE impulsa espacios para estudiantes de la diversidad sexual y TEA

Crear espacios para que los/as estudiantes de la Facultad puedan compartir y conocerse, además de identificar experiencias de vida comunes, era uno de los desafíos que tenía a cuestas la Unidad de Psicología, dependiente de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE). 

Un punto inicial fue el año 2023 cuando Nora Bustamante, psicóloga y jefa de la Unidad de Psicología de la Facultad, lideró la creación de grupos terapéuticos con distintas temáticas específicas, dirigidos a estudiantes. Durante ese mismo año, Almendra Muñoz, pasante de psicología, formó uno de los grupos, enfocado en el área de género y disidencias. Desde este grupo, emana y se forma el Espacio TAE (Taller de Aprendizaje y Educación) que se mantuvo en el tiempo y siguió funcionando de manera autónoma. El Espacio TAE es una agrupación de estudiantes que se identifican dentro de la comunidad LGBTQ+.

En 2024 algunos de los integrantes del Espacio TAE se acercaron a conversar con la Directora de Asuntos Estudiantiles, Prof.ª María Carolina Zúñiga, donde manifestaron su inquietud de seguir desarrollando el taller. “Dos estudiantes me solicitaron reunión por otro tema que tiene que ver con mi dirección, y luego de una larga conversación me comentan que estaban tristes, ya que Almendra Muñoz había terminado su periodo en la Facultad como pasante de psicología y por tanto se había terminado el taller que impartía. Me comentaron lo importante que había sido ese espacio y me conmovió la experiencia que me contaron, luego de esto le solicité a la Unidad de Psicología volver a tener ese espacio, pero coordinado por ellos/as”, indica la directora.

En abril de este año Alin Lobos, psicóloga comunitaria de la Unidad de Psicología comenzó a coordinar un taller que funciona en el Espacio TAE. “Nos juntamos semanalmente, aproximadamente una hora y media y hacemos distintas actividades, dinámicas que promueven un espacio seguro, de reflexión, de contención, ligado a lo socioemocional, a las disidencias, a la comunidad LGBT+”, explica.

Los horarios del Espacio TAE, son de forma intercalada, los jueves de 14:00 h. a 15:30 h. en la Sala de tutorías UIEA (en semanas académicas IMPARES) y viernes de 15:00 h. a 16:30 h., en la Sala 9 del aulario (en semanas académicas PARES)

Estos espacios se circunscriben en la línea del trabajo que ha buscado impregnar la Unidad de Psicología y la DAE: haciendo énfasis en la promoción de la salud mental. “Está abierto a todas las personas de la Facultad que se sientan identificadas dentro de la comunidad y que quieran participar”, detalla. Los/as mismos/as practicantes, pasantes y psicólogos/as de la Unidad promueven e invitan a sus pacientes cuando lo creen pertinente. “Estamos facilitando el (re)encuentro, la recuperación del lazo social, a través de estas actividades más comunitarias, porque creemos que ahí está el epicentro del tema de la salud mental”, agrega Lobos.

Diversidad autista

El Espacio TAE no es el único grupo que existe. Otro tema de interés ha sido visibilizar y generar espacios de encuentro dentro de la diversidad autista. Este espacio también se inscribe dentro de este trabajo de prevención y promoción de salud mental. Nora Bustamante ha liderado esta instancia desde el año pasado. “Estuvimos estudiando, preparando, buscando experiencias e ideas, como trabajo previo. En agosto de este año producimos un primer encuentro al que llamamos Diversidad Autista”, explica Alin Lobos, quien ejerce el rol de coordinadora. Este espacio cuenta con el apoyo de dos practicantes de psicología de la unidad: Renata Jara y Rodrigo Concha.

“Estamos en una etapa de conocernos. Es un espacio que hemos motivado principalmente para generar un encuentro. Un espacio para comunicar ciertas cosas, ir relevando algunas problemáticas que pueden tener en la vida cotidiana, universitaria. Comentar lo que pasa con sus compañeros/as en el fondo les permite comunicar, expresar lo que les pasa, encontrarse con otros puntos de vista, personas distintas. Luego del desahogo se comienza a trabajar el cómo enfrentar las problemáticas que van surgiendo, a través de la conversación. En el fondo es
visibilizar que no están solos/as”
, enfatiza Alin Lobos.

Cabe destacar que Diversidad Autista es una convocatoria para personas que se identifican dentro del espectro autista, con diagnóstico o sin diagnóstico. Y sus reuniones son todos los miércoles de 13:00 h. a 14:00 h. en la Sala 13 del aulario; el grupo funciona, aunque haya sólo un/a estudiante.

“Algo que nos parece importante de estos espacios es que son lugares de encuentro fuera de lo académico para los/as estudiantes. Eso mismo les permite relacionarse con otras personas, con las que pueden compartir problemáticas y situaciones que quizás son similares en ciertos aspectos. Esto les permite ir construyendo de manera conjunta ideas y posibles soluciones, y por lo tanto construir un lazo entre ellos mismos. Ambos grupos, tienen la similitud de que pueden enfrentar a diario la discriminación, violencia y marginalización, sentimientos y experiencias que por lo general se viven de manera solitaria. La vida es más fácil cuando nos unimos y nos reconocemos en y junto a otros/as”, reflexiona la coordinadora de ambos espacios.

Testimonios

Aralís Ramos Matus, estudiante de Química y Farmacia, relata que ha sido una experiencia grata el formar parte del grupo Diversidad Autista, debido a que ha tenido la oportunidad de conocer gente nueva, con dificultades y experiencias en común. “Permite que me sienta acompañado en este proceso tan complicado para mí, y por, sobre todo, solitario. Si ya de por sí es difícil adaptarse a la vida universitaria para una persona neurotípica, lo es el doble o el triple para una persona neurodivergente”, sostiene.

Contar con el apoyo de la Universidad es un elemento vital para evitar la deserción de estudiantes con dificultades en algunas de las áreas fundamentales para desenvolverse de manera óptima en el ámbito académico, como lo son las habilidades de socialización, las funciones ejecutivas, la capacidad para filtrar los estímulos poco importantes de aquellos relevantes en el entorno, la habilidad de planificación, tolerancia a la frustración y regular las emociones de manera sana, entre otras.

“Este espacio es importante para hacernos escuchar como personas autistas, compartir vivencias y demandar que se respeten nuestros derechos. Esta instancia la veo como una oportunidad [de] futuro para dar sugerencias e idealmente cambiar situaciones y tratos desagradables que hemos vivido en la Facultad (…) además de dar a conocer más a fondo la definición y diferentes ámbitos del espectro autista, porque existe bastante desinformación que favorece a la estereotipación e infantilización de personas neurodivergentes”, enfatiza.

Para Eduardo Arancibia, estudiante de Química, el espacio ha servido para desahogarse de diversas situaciones, del estrés, de las materias y para interactuar con otros/as. “Siempre hace falta que alguien te escuche y poder hablar. Es fundamental dar apoyo sobre todo a los/as estudiantes de primeros años”, agrega.

En el caso del Espacio TAE, Dorian Céspedes, estudiante de Química y Farmacia, quien participa en el grupo, sostiene que ha sido “una experiencia gratificante social y emocionalmente. Me ha ayudado a profundizar lazos existentes y también a ponerme en contacto con personas que de otro modo no habría conocido. Además, como se tocan temas que se ignoran o estigmatizan en espacios cisheteronormados (claramente la mayoría de los espacios), puede servir como una valiosa válvula de escape y un lugar de reconocimiento y afirmación mutua”.

Finalmente, expresa su agradecimiento de que en la Facultad existan instituciones, como la DAE “que promuevan espacios sociales no académicos como este, que ayudan a cohesionar el tejido social dentro de la Facultad y aportan a sus miembros de múltiples modos”.