La expedición se desarrolló entre el 2 y el 5 de diciembre en la comuna de la Higuera, Región de Coquimbo, ubicada a unos 45 km al norte de La Serena, y aunque a la fecha de esta publicación no se ha podido recuperar ningún meteorito, la búsqueda marca un precedente sobre el trabajo realizado por la red de cámaras Fripon Andino. Esta red, que ya suma 9 cámaras all-sky de Calama a Puerto Williams en Chile y 2 cámaras en Mendoza y el Observatorio OAFA-Cesco en Argentina, detecta bólidos que entran en nuestra atmósfera, trazando su trayectoria para una posibilidad de recuperación de sus restos. Un ejemplo del buen funcionamiento de la red, fue el bólido detectado en el mes de julio -del presente año- por la cámara Fripon ubicada en el Observatorio Astronómico Nacional de la U. de Chile, en la comuna de Las Condes, Región Metropolitana, más información aquí.
“Un objetivo importante, pero difícil de lograr, es la efectiva recuperación de los meteoritos, luego de estimar sus puntos de impacto. Sin embargo, esta caída en particular nos ha permitido comprobar que la red está funcionando bien y que un equipo de búsqueda puede ser conformado en un tiempo razonable a la fecha de la caída”, señala Millarca Valenzuela, geóloga de la Universidad Católica del Norte e investigadora MAS.
“Recoger los meteoritos, después de sus detecciones por la red, es muy importante porque nos da la posibilidad de mejorar la calibración de los instrumentos y aumentar la precisión de las futuras predicciones de caída”, así lo agrega Sebastien Bouquillon, del Laboratorio Franco-Chileno de Astronomía, Observatoire de Paris-U. de Chile. El científico francés, junto a Felipe Gutiérrez, del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile, trabajaron en la configuración de los sistemas de control de las cámaras FRIPON Andino, ubicadas tanto en Chile como en el país trasandino.
La expedición
La búsqueda se efectuó en un área determinada por los modelos de caída de meteoroides a la Tierra que calculan la trayectoria de descenso atmosférico a partir de las imágenes conjuntas captadas por las cámaras de la red Fripon Andino. Los modelos fueron llevados a cabo por Hadrien A. R. Devillepoix (UWO), Denis Vida (Curtin University) y Simon Jeanne (Observatoire de Paris). Con esta información fue posible generar el mapa del área más probable de caída, que en este caso fue de 15 km de largo por 400 m de ancho (6 km cuadrados). Esta gran área de impacto probable es producto del muy bajo ángulo de inclinación de caída del bólido respecto al horizonte y al efecto de caer en contra del viento al momento de su entrada, lo que es muy poco frecuente. Durante el llamado vuelo oscuro, una vez finalizado el fenómeno luminoso del bólido, un meteoroide se puede romper en varios pedazos, cayendo primero los más pequeños frenados más fácilmente por el viento, mientras que los más masivos logran avanzar un poco más en su caída.
“El sistema FRIPON permite, además, determinar la órbita de estos objetos antes que ellos caigan en la Tierra. En el caso de este meteorito, su recorrido previo era entre Venus y la Tierra. Esta zona del Sistema Solar es bastante caótica, por lo que para lograr saber con certeza su origen, es clave la recuperación del mismo”, agrega el doctor Bouquillon.
El grupo “de rescate” incluyó a: Alexandre Corgne, Katalina Vidal, Simón Pérez (UACH), Sebastien Bouquillon (Laboratorio Franco-Chileno de Astronomía, Observatoire de Paris-UCHILE), Vicente Maldonado (UCHILE), Millarca Valenzuela (UCN, MAS), Eduardo Arancibia (UVALPO), Martín González (UCHILE), Gaëlle de Los Llanos y Ulysse Genevrey (Collectif Sans Attendre – Bourse MIRA, Francia).
Él área de búsqueda
El bólido fue observado por la red el 12 de noviembre a las 00:27:46 hora local y fue captado simultáneamente por las cámaras de Fripon Andino ubicadas en los observatorios La Silla y El Sauce.
La expedición cubrió un área de 3 km x 400 m (1,2 km cuadrados), lo que corresponde al 20% del área total entregada por los modelos. La mayor dificultad que enfrentó es que el área de la trayectoria de caída comprende un tipo de relieve con montañas y mucha vegetación del tipo cactáceas y matorrales que dificultan el acceso y la visibilidad como para recolectar las posibles rocas de la caída. Los científicos también reportan que en el área se encuentran muchas rocas de aspecto parecido a los meteoritos, pero que corresponden a rocas con minerales de hierro, o bien a escorias de fundición.
Alexandre Corgne, investigador del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad Austral, recalca la importancia de poder recolectar meteoritos recién caídos. Luego de su clasificación en repositorios oficiales, como el repositorio Pelom Kura (Universidad Austral de Chile), el único en Chile, se ponen a disposición de la comunidad académica por su alto valor científico. Su estudio permite mejorar el conocimiento acerca de la formación planetaria, en particular de la Tierra y los planetas rocosos, así como del origen de la vida, la atmósfera e hidrósfera terrestre. Como los meteoritos recién caídos no han sufrido tanta alteración en la superficie terrestre, representan material extraterrestre original dando información prístina sobre la composición y origen de nuestro sistema planetario.
Sobre el proyecto
Fripon Andino es un proyecto de ciencia ciudadana, del que participan colaboradores particulares, centros de investigación y científicos de diversas instituciones, incluyendo el Laboratorio Franco-Chileno de Astronomía, la Universidad de Chile, el Instituto Milenio de Astrofísica, la U. de Atacama, la U. de Magallanes, la Universidad de Valparaíso, la Universidad de Antofagasta, entre otros centros de investigaciones nacionales e internacionales. Cuenta con la participación de científicos y científicas de diversas instituciones como René A. Mendez (Uchile), Katherine Vieira (UDA), Andrés Jordán (MAS/UAI), Christian Nitschelm (UA), Massinissa Hadjara (NIAOT/UChile), José Nilo (ULS), Maja Vuckovic (UV), Hebe Cremades (UM), Myriam Pajuelo (PUCP), Bin Yang (UDP), Alexandre Corgne (UACh), Carlos Francile (OAFA Cesco), Sébastien Bouquillon (LFCA/Observatoire de Paris), François Colas (PSL), Emmanuel Jehin (U. de Liège), Alain Klotz (IRAP), Pierre Bourget (ESO) & Pierre Vernazza (LAM).
Actualmente la red tiene cámaras funcionando en las regiones de Antofagasta (Observatorio Paranal y Calama), Atacama (Inca de Oro, Laguna Santa Rosa y Tierra Amarilla), Coquimbo (Observatorio La Silla y Observatorio El Sauce), Región Metropolitana (Observatorio de Cerro Calán) y Magallanes (Puerto Williams), además de dos cámaras en Argentina ubicadas en la Escuela Técnica de la Universidad de Mendoza (Provincia de Mendoza) y el Observatorio Astronómico Félix Aguilar (Provincia de San Juan). Todas las cámaras están conectadas entre sí con el objetivo de detectar conjuntamente bólidos de meteoroides que entran a la Tierra y que pueden potencialmente dejar un meteorito en la superficie, que corresponde a la roca sobreviviente después de la entrada en la atmósfera terrestre. Esta red científica trabaja de manera constante para obtener el mayor conocimiento científico posible de estos eventos e informar y educar al público sobre los mismos, incluyendo el estudio y preservación de los meteoritos recolectados para su adecuada conservación y acceso.
Para más información, se puede visitar la web de Fripon Andino aquí.