Día Internacional del Conservador-Restaurador

Cómo preservar libros y fotos en casa: Consejos de una conservadora del Archivo Central Andrés Bello

Cómo preservar libros y fotos en casa: Consejos del Archivo Bello
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La labor de restauración y conservación no es exclusiva de instituciones y museos, sino que también se extiende a hogares y colecciones familiares. “El patrimonio personal y familiar puede tener el mismo flujo de pensamiento crítico y reflexivo que aquel patrimonio que se encuentra en un museo o un archivo”, señala Loreto Millar.
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Gran parte de estos patrimonios personales no sólo representan una mirada más íntima al pasado, sino que también sirven para incorporar nuevas miradas a la historia. “Estos patrimonios personales/públicos incluso cambian paradigmas sobre cómo nos autopercibimos como colectivo y por esta razón, considero vital protegerlos”, puntualiza Millar.
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Según la conservadora del núcleo patrimonial U. de Chile, uno de los principales elementos que hay que tener en consideración para la conservación de documentos, libros y fotografías es la naturaleza orgánica de los materiales. “Todo material orgánico tiene cierta fecha de caducidad y es por eso que es tan relevante el cuidado que le damos”.
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Desde el 2011, cada 27 de enero se celebra a nivel global el Día Internacional del Conservador-Restaurador. Una fecha que pone en valor el trabajo aquellos y aquellas encargadas de salvaguardar las piezas históricas y culturales del mundo.

Desde el 2011, cada 27 de enero se celebra a nivel global el Día Internacional del Conservador-Restaurador. Una fecha que pone en valor el trabajo de quienes están encargados de salvaguardar las piezas históricas y culturales del mundo. 

Una labor que desde la Universidad de Chile recae en el Archivo Central Andrés Bello y su área de Conservación y Restauración Patrimonial. Este trabajo se encuentra a cargo de Loreto Millar, quien se desempeña como la principal conservadora de este núcleo patrimonial universitario. 

Sin embargo, como destaca Millar, la labor de restauración y conservación no es exclusiva de instituciones y museos, sino que también se extiende a hogares y colecciones familiares. “El patrimonio personal y familiar puede tener el mismo flujo de pensamiento crítico y reflexivo que aquel patrimonio que se encuentra en un museo o un archivo”, señala Loreto Millar.

De hecho, para la conservadora del Archivo Central Andrés Bello, esta clase de patrimonio requiere de un trato de mayor cuidado y respeto al tratarse de un espacio privado más íntimo y sensible. “Se han vuelto de interés público porque encarnan valores, ideales e historias de vida con los cuales colectivos, organizaciones autogestionadas y/o gremios se sienten profundamente identificados y pertenecientes”, destacó la conservadora.

En este sentido, gran parte de estos patrimonios personales no sólo representan una mirada más íntima al pasado, sino que también sirven para incorporar nuevas miradas a la historia. “Estos patrimonios personales/públicos incluso cambian paradigmas sobre cómo nos autopercibimos como colectivo y por esta razón, considero vital protegerlos”, puntualiza Millar.

5 tips para lograr una buena conservación en casa  

Según la conservadora del núcleo patrimonial U. de Chile, uno de los principales elementos que hay que tener en consideración para la conservación de documentos, libros y fotografías es la naturaleza orgánica de los materiales. “Todo material orgánico tiene cierta fecha de caducidad y es por eso que es tan relevante el cuidado que le damos”.

  • En primer lugar, la conservadora recomienda mantener una rutina de limpieza sobre los materiales, limpiando cada cierto tiempo los libros y documentos con una brocha de pelo suave. “Las fotografías se pueden limpiar con una pera de aire o incluso una brocha de pelo muy suave llamado 'hake' y que se vende en librerías de especialidad en artes”, recomienda Loreto Millar.
  • Como segunda recomendación, la experta comenta que es fundamental lavarse las manos antes, durante y después de la manipulación de libros, documentos y fotografías. Esta es una práctica esencial en todo espacio de conservación debido a que el sudor y la grasa que se encuentra en los dedos y palmas puede potencialmente llegar a manchar y afectar los objetos. “Además, también cuidamos de alergias cutáneas o infecciones oculares” añade Millar.
  • Un tercer aspecto a considerar es la forma en la que se guardan los materiales. En el caso de los libros, la conservadora del Archivo Central Andrés Bello señala que se pueden guardar en vertical y cuidando que no se incline o que estén demasiado apretados para evitar deformaciones. “Si los libros son muy grandes se pueden guardar en horizontal y cuidando en equilibrar los pesos y formas. El libro más grande toca la repisa, el más pequeño puede ir encima del libro más grande y así sucesivamente”, detalla Millar.

Por otro lado, en el caso de los documentos se deben mantener en posición horizontal e idealmente dentro de carpetas. Asimismo, las fotografías deben ir dentro de sobres y guardadas en posición horizontal, de preferencia dentro de una caja con ventilación. 

La conservadora advierte que un error común al guardar el patrimonio personal es usar bolsas y cajas plásticas para almacenarlos, debido a que interfiere con su presentación y facilitan el deterioro y la contaminación por hongos por la creación de microclimas.

En ese sentido, Loreto Millar recomienda usar papeles libres de ácido que ayudan a mitigar deterioros químicos propios del papel y de venta en distintas tiendas. “También en internet hay muchos videos de bibliotecas y archivos de todo el mundo que comparten tutoriales para crear sobres y carpetas. Hay un mundo fascinante y enorme respecto a cómo cuidar nuestro patrimonio” expresa la conservadora.

  • Un cuarto factor a considerar involucra evitar la acción directa de la luz del sol sobre los objetos. Como señala Millar, los rayos UV decoloran tintas y papel, desvanecen imágenes y aceleran deterioros físicos y químicos. Por esta razón se recomienda mantener los materiales lejos de ventanas y en caso de no ser posible, cubrirlas con cortinas o bien filtros UV. 
  • Finalmente, el quinto consejo de la experta de la Universidad de Chile, es ventilar y asear constantemente el espacio en donde se almacenan los objetos. Esto es observar cualquier factor que pudiese representar un riesgo para los materiales tales como cañerías expuestas que puedan provocar filtraciones de agua. “El polvo y la suciedad, en general, es buen caldo de cultivo para el deterioro de nuestros patrimonios: aparecen ratones, insectos que consumen papel y hongos que pueden llegar a contaminar todos los materiales”, detalló Millar.