Promoción alumnas de Educación Parvularia y básica inicial. |
Si bien la historia del Chile precolombino da cuenta de sistemas de crianza y de etnoeducación orientados a la atención de los niños pequeños y posteriormente las primeras órdenes religiosas que llegaron crearon casas de acogidas para menores abandonados y luego escuelas que se ocupaban de la formación espiritual de los niños, recién en la segunda mitad del siglo XIX se instalaron las primeras experiencias formales de Educación Parvularia.
Desde Europa y Estados Unidos llegaron a Chile nuevas influencias educativas que sugerían la creación de grupos de juego. Relevante fue la obra de Federico Froebel, "Educación del Hombre" (escrita en 1826) que fue traducida en Chile por José Abelardo Nuñez en 1889, motivando la instalación de las primeras experiencias de Kindergartens, todos en el ámbito particular.
Al llegar el siglo XX, el Estado de Chile empezó a subvencionar algunos de estos centros educativos, hasta que en 1906 el sector público se comprometió con la instalación del primer Kindergarten Fiscal. En pocos años, la educación dirigida a los recién nacidos y preescolares comenzó a extenderse a lo largo de todas las provincias del país.
U. de Chile se hace parte del desafío
Producto de la depresión mundial, en la segunda década del siglo XX, se detuvo este impulso y la atención del sector disminuyó a niveles mínimos. A pesar de que el servicio pasó a ser muestral, hubo avances en aspectos cualitativos, como la incorporación del método Montessori en Chile (1925).
Pero llegaron aires de cambio y en la década de los cuarentas hubo un movimiento universitario de gran esplendor en torno a la Universidad de Chile, que impulsó la creación de su primera Escuela de Educadoras de Párvulo, en 1944. Bajo la inspiración de Matilde Huice y la Administración de Amanda Labarca, se levanta esta iniciativa como un proyecto experimental, dependiente de la Rectoría.
La propuesta académica estipulaba la formación de profesionales con bases filosóficas, psicológicas y pedagógicas para atender a los preescolares. En tanto, las prácticas profesionales de la carrera se ampliaron a poblaciones periféricas, industrias, hospitales y oficinas salitreras, cubriendo nuevas necesidades del país.
En 1948 el Ministerio de Educación estableció el primer Plan y Programa de Estudios que orientaba a las Escuelas de Párvulo.
Estos avances motivan a la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) a instalar en el país el Comité Chileno de OMEP, en 1956.
Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1970) se crea la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI), a través de la ley Nº 17.301. Por su parte, la Universidad de Chile creó Escuelas en todas sus sedes, junto con la Universidad de Concepción, la Pontificia Universidad Católida de Chile y la Universidad Austral.
El Mineduc hizo un avance cualitativo al elaborar Programas Educativos para el Nivel de Transición (1974) y el Nivel Sala Cuna (1979), orientados al rol activo de los niños en sus aprendizajes desde el nacimiento.
Durante los '80 hubo una explosión de universidades privadas e institutos profesionales que empezaron a impartir esta carrera. Al mismo tiempo, Organizaciones No Gubernamentales crearon servicios alternativos de educación de párvulo para apoyar en poblaciones de escasos recursos y la JUNJI implementó los CADEL, un programa con énfasis en el desarrollo de lenguaje y en la alimentación de los menores.
En 1981, por razones políticas del Régimen Militar, el gobierno autoritario cerró la Facultad de Educación de la Universidad de Chile.
Educación, la nueva prioridad
En 1989 Chile suscribió la Convención de los Derechos del Niño, que orientó la extensión del nivel y el mejoramiento de la calidad, materias que se convirtieron en aspectos centrales en las políticas públicas de la década siguiente.
Con el regreso de la Democracia al país, los gobiernos de la Concertación declararon la educación como una prioridad fundamental para el fortalecimiento de una sociedad más equitativa y el desarrollo del país.
En 1995 se creó el primer "Sistema de Evaluación Integrado para los Párvulos", que amplió los criterios de medición que estaban concentradas en la acción sicomotora del menor.
En materia de cobertura hubo un aumento cuantitativo, lo que representó una inversión pública de 26.237.9 millones de pesos en el año 1990, presupuesto que creció a 126.529.1 millones de pesos para 2004.
La Universidad de Chile vuelve a abrir sus aulas para preparar a docentes preescolares el año 2001. La Facultad de Ciencias Sociales dio un salto cualitativo e innovó en la malla curricular para ofrecer la carrera de Educación de Párvulo y Básica Inicial, considerando la necesidad de capacitar profesionales en la transición educacional de la etapa de párvulo con la básica.
Este año (2007) la Presidenta de la República, Michelle Bachelet envió al Congreso el proyecto de Ley General de la Educación, que reforma la Ley Orgánica Constitucional (LOCE). En las materias relativas a la Educación Parvularia, la ley propuesta garantiza la gratuidad de la enseñanza desde la etapa parvularia, pero no así la obligatoriedad de los padres por incorporar a sus hijos.