El Departamento de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Humanidades viene trabajando hace tiempo en la revitalización de la lengua mapuche. Así, recientemente, concluyó un Diploma que duró cerca de seis meses, y que estaba destinado a los 31 miembros de la Comisión Lingüística Mapuche de la Región Metropolitana.
Ocurre que hace algunos años el Gobierno firmó un proyecto de ley según el cual todas las lenguas indígenas vigentes en el país debían tener su Academia de la Lengua.
"Entonces, se empezó a hacer capacitación a estas distintas comisiones. Y nosotros ofrecimos este curso que tuvo la categoría de Diploma de Extensión, a 31 personas de todas las comunas de Santiago y que son principalmente monitores y profesores de la lengua y la cultura mapuche. Pero son personas que no contaban hasta ese momento con herramientas básicas de teoría del lenguaje, teoría de la comunicación o lingüística aplicada a la enseñanza de una lengua indígena, y lo que se hizo fue darles todas esas herramientas" explicó a UChile.online el Director del Departamento de Lingüística, Prof. Abelardo San Martín.
- Profesor, ¿cómo evalúa el Diploma realizado?
- Fue muy exitoso, porque se logró una muy buena complementariedad entre el conocimiento que ellos tienen de su lengua y el conocimiento teórico que aportamos nosotros. Nosotros contamos con el profesor Gilberto Sánchez, que fue el principal docente que participó en el curso y que es hablante de la lengua mapuche y además un estudioso de la lengua mapuche, de la gramática, del léxico, con una cantidad considerable de trabajos publicados no sólo en Chile, sino que también en el extranjero, acerca de la lengua mapuche. Y él fue el núcleo central dentro del curso. El curso también fue coordinado por una alumna del Magíster en Lingüística, que es Ana Belén Villena.
- Y los objetivos primordiales también del Diploma eran sacar algunos productos, tres productos principales. Uno era un plan de trabajo de ellos como comisión para el período 2009- 2010, que se hizo de manera bastante consciente. Se les enseñó a identificar objetivos, actividades e indicadores asociados a estas actividades. Se incorporó entonces la metodología de los FODA, la planificación estratégica. Se logró una muy buena planificación.
- Otro producto asociado era el análisis lingüístico evaluativo de los grafemarios que existen para la lengua mapuche. Y allí hay un tema nuclear, que llevó mucho tiempo en el curso, y que a nosotros nos satisfizo mucho la forma en cómo se cumplió, que era esta evaluación de los grafemarios que existen. Ahora, principalmente existe lo que se llama el alfabeto unificado, el alfabeto raguileo, y una propuesta de la Conadi, que es el azunchefe. Pero claro, ahí todos tienen sus ventajas y desventajas, y la misma comisión evaluó estos alfabetos e hizo una propuesta, que está en un documento escrito que de hecho se presentó en el encuentro sobre el tema.
- Ahora, este es un aspecto que es básico. O sea, mientras la lengua no cuente con un alfabeto único, no se va a poder estandarizar, no se va a poder fijar ni se va a poder cultivar de manera normal, como una lengua como el español o el inglés. Entonces, necesita una sanción, una decisión respecto del alfabeto, y eso es lo que tiene que hacer la academia. Entonces, la comisión logró este acuerdo que es importante y que nosotros creemos que es la base para proponer esto con un acuerdo similar y que todos estén adscritos a una misma forma de escribir la lengua. La escritura es la que le va a dar una fijación y una normatividad al mapuche. Mientras sea una lengua exclusivamente oral, no va a poder sufrir este proceso de estandarización.
- Con todos estos antecedentes de lo realizado en el curso y en la comisión, ¿cuándo estarían en condiciones de tener instalada la academia?
- Ahí está el tercer producto: una propuesta de estatuto de la academia. Y eso también se logró. Allí hay un problema, que nosotros esperamos que se resuelva, y es que hasta el momento el Gobierno, a través de CONADE, ha tratado de imponer que esas academias san corporaciones de derecho privado. Sobre todo por el tema de la autonomía y la autonomía de recursos. El problema es que los indígenas no son personas que tengan gran disponibilidad de recursos. No pertenecen a la plutocracia chilena o a la oligarquía, entonces es gente que no maneja grandes caudales de recursos y necesariamente debe haber un compromiso del Estado a través de alguna institución pública que permita darle una base sustentable a esta academia, sino las academias no van a poder constituirse. Porque una academia demanda recursos, no extremadamente una cantidad exorbitante de recursos, pero sí una cantidad de recursos anuales que tienen que invertirse en tener un lugar, principalmente, en disponer de una sede, de personal de apoyo, secretarías, auxiliares, y también de una serie de recursos para sacar publicaciones, por ejemplo.
- La academia suele entregar publicaciones, editar diccionarios, por ejemplo, o sacar boletines informativos. Trata de difundir su labor. O sea, el Estado tiene que hacerse cargo de esos recursos y hasta el momento se había dado la instrucción de que estas academias tenían que formarse como corporaciones de derecho privado, pero eso se ha visto que es conflictivo y se está imponiendo un criterio desde las bases, desde la gente del pueblo mapuche de que la corporación tiene que ser de derecho público.
- ¿Y cuándo podría resolverse eso?
- Eso tiene que resolverse ahora, yo pienso que durante la primera mitad de 2009. No debería demorarse tanto tiempo, porque sería deseable que esto se resolviera durante 2009. Una muy buena idea que ha circulado en el ambiente es cómo funcionan las otras academias en la actualidad en Chile: la Academia Chilena de la Lengua, la Academia Chilena de la Historia, la Academia Chilena de Medicina, etc. Funcionan bajo el alero de una institución que es el Instituto de Chile, y que es un instituto que recibe recursos del Estado, me parece que a través del Ministerio de Educación. Es una institución que es autónoma pero que está respaldada económicamente por el Instituto de Chile. Acá lo ideal sería que hubiera un Instituto de Lengua Indígena, que fuera el que aglutinara a todas esas otras academias.
- Hay otras personas de otras lenguas que se han puesto de acuerdo más rápidamente y han constituido sus academias. Por ejemplo, la Academia de la Lengua Rapa Nui ya existe, pero ellos son pocos. Son como mil y tantas personas que tenían que ponerse de acuerdo, no muchos, no generaba mucho conflicto. Esa fue la primera que se constituyó. Hace poco se constituyó la Academia Aymara de la Lengua. También son pocos hablantes, son como 15 mil ó 20 mil. Y la Lengua Quechua también, que son menos todavía, también se constituyó hace poco.
- ¿Cuántos hablantes mapuches hay en Chile?
- Las estimaciones son bien hipotéticas, porque el ser indígena no implica que tú vas a hablar la lengua. El hablar la lengua tampoco implica que tú vas a tener el mismo dominio que otra persona. Entonces, ahí hay una serie de tareas que tiene que hacer la academia: revitalizar, darle mayor fuerza al lenguaje. Y también tiene que medir eso, ver en qué medida tú puedes decir "son hablantes mapuches", porque para todas las lenguas hay pruebas de suficiencia. Hay español 1, 2 y 3, inglés 1 y 2. O sea, hay diferentes niveles. También la academia tendría que generar un instrumento que te permitiera decir "esta persona tiene mapuche 3", por ejemplo, o mapuche básico, intermedio o avanzado. Pero eso todavía es una tarea por hacer.
- Ahora, la cantidad de indígenas mapuches es como de un millón. 500 mil estarían en las zonas rurales y otros 500 mil en las zonas urbanas, porque ha habido mucha inmigración a la ciudad, sobre todo a Santiago. Cuánta gente de esas personas habla la lengua: son pocas, son mucho menos, porque la mayoría de los hablantes son personas de edad. Yo creo que allí hay un factor etario importante; la mayoría de las personas que hablan la lengua son más viejos o son niños que están en zonas más aisladas. Por ejemplo, en el Alto Bío Bío. Todas las zonas más aisladas se han mantenido relativamente puras y tú puedes encontrar gente que habla la lengua con mayor vitalidad. Pero en las zonas más urbanas, la gente empieza a perder la lengua y hay todo un sector joven y adulto que ya no habla, porque socialmente no se le ha dado ningún valor. Ahora recién, con esta constitución de academias y todo el trabajo que se está haciendo, se le va a empezar a dar mayor valor o mayor peso, pero antiguamente a la persona se le castigaba incluso en el colegio si hablaba mapuche.
- ¿Cuáles serían las funciones de la academia?
- La función de cualquier academia es, por un lado, cuidar la lengua, o sea, cuidar que tenga vitalidad, que se hable, que crezca, en el fondo. En segundo lugar, asociado con esa vitalidad, hay que normativizarla. Para que una lengua tenga vitalidad tiene que estar normativizada, normada, reglada. Tiene que haber un criterio de corrección porque en el lenguaje hay mucha variabilidad, entonces lo que hace una academia es darle esa estabilidad a la lengua. Y esa codificación se da a través de gramáticas, de diccionarios, de listas de ortografía, de criterios de escritura, etc.
- Ahora, eso no quiere decir que la academia vaya a romper con la variación lingüística o con las diferentes formas que tiene una lengua de hablarse. No. Lo que pasa es que sobre esa variabilidad que existe, esa variación que puede ser individual, regional o dialectal, está esta otra "supervariedad" que es la norma, con la cual todas las personas se pueden comunicar. Con el español pasa lo mismo.
- El mapuche la ventaja que tiene es que es una lengua de una sorprendente homogeneidad. Hay variación en el mapuche como en cualquier lengua, pero no es mucha.
- Otro aspecto importante asociado con la normativización es la modernización de la lengua. La lengua tiene que normativizarse, pero también tiene que modernizarse. Tiene que ser capaz, como instrumento de comunicación, de comunicar ideas nuevas e ideas que estén relacionadas con los progresos de la ciencia y de la tecnología. O sea, la academia tiene que ponerse de acuerdo en qué palabra vamos a usar para "celular", por ejemplo. O para "computador" o "software". Para lo que sea, en el fondo, hay que encontrar una palabra. Ahora, el mapuche como cualquier lengua, tiene herramientas para crear esas nuevas palabras o neologismos. O también puede recurrir a un préstamo: en español, uno dice "un e-mail". Eso es un anglicismo, pero no hay problema con eso. Tú puedes adoptar un préstamo o crear una nueva palabra. Lo que no puede haber es completa y absoluta libertad. Para eso está la academia, para sancionar, para decir "este es el mejor uso" y "este es el uso que deberíamos tratar de potenciar, por lo menos en la comunicación formal". Informalmente, tú puedes decir lo que quieras: "Emilio", "mail", "correo", "mensaje", lo que sea, pero debe haber por lo menos en las situaciones más formales una solución que te dé estabilidad.
- Para usted, ¿cuál es el valor de instituir esta academia en términos nacionales?
- Esta academia de la lengua mapuche es fundamental. Es una tarea primordial, y en que el Estado debería asumir todo el compromiso que eso significa.
- Hay instituciones, tareas y funciones que son permanentes, que quedan en la historia y realmente van a ser una contribución para la cultura. Si el Estado quiere realmente rescatar la lengua mapuche, tiene que darle todo el respaldo necesario a esa institución y formar una Academia de la Lengua Mapuche y una academia por cada una de las lenguas indígenas con todas las facultades y los recursos necesarios para que cumplan su función.
- En la medida en que una lengua cuenta con una academia, con una entidad cultural que está consagrada a su conservación y a su vitalidad, puede crecer y fortalecerse. Si se deja al mapuche en la situación en que está actualmente, sin ninguna entidad que lo valore, que lo respalde, que lo trate de potenciar, se va a perder. Se va a dejar de hablar, así como las lenguas fueguinas se han dejado de hablar.
- Las lenguas pueden morir y mueren en la medida en que no se las habla. Para que las lenguas puedan hablarse tienen que tener un contexto social, una función social, tienen que tener asociado un peso social, y un rol fundamental ahí lo cumple la academia. La academia es la que le puede dar ese peso social, ese carácter moderno al mapuche.
- El mapuche es muy importante para la tradición de la cultura y eso hay que rescatarlo, pero también debe ser una lengua adecuada a los tiempos, una lengua viva, vigente, que sea un medio de expresión que te permita comunicar nuevas ideas, no solamente asociadas con la cultura tradicional y la espiritualidad del pueblo mapuche, sino que también asociadas con la cultura moderna.
- Para eso, tiene que haber una academia. Y nosotros como Universidad estamos muy comprometidos con esta causa, con la necesidad de respaldar a los mapuches. El estudio de la lengua mapuche y de la lengua indígena en general ha estado permanentemente asociado a esta institución, a esta Universidad. Y es lógico que lo sea así, porque esta es la institución que es pública por excelencia y que se preocupa realmente por los asuntos públicos. Y la conservación de la lengua mapuche es un asunto público importante, porque tiene que ver con la cultura patrimonial, con nuestra identidad. Entonces, el Estado tiene que ponerse con los recursos necesarios, tiene que darle una base que permita que esta institución prospere y pueda cumplir su misión. Nosotros estamos comprometidos a ayudarlos y asistirlos en todas las necesidades que ellos tengan.