"Nunca se ha hecho teoría ni crítica del arte en Valdivia de un modo tan fuerte, ni tampoco una exposición retrospectiva en términos analíticos". Con estas palabras, el egresado de Teoría e Historia del Arte Ignacio Szmulewicz señala la relevancia de "Artes Visuales en Valdivia: archivo 1977-1986", proyecto monumental fruto de un Fondart Regional de investigación que se dio a la tarea de recomponer el escenario artístico cultural de los años '80 tomando como punto de partida la creación del Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Austral de Chile.
Tras meses de investigación y recopilación de material, este proyecto llega ahora a su fase final con el montaje de tres exposiciones simultáneas y dos coloquios, los que permitirán al público no sólo acceder a material inédito y a obras que no han sido expuestas en los últimos veinte años, sino que también incrementar su conocimiento contemporáneo de la historia del arte a través de una aproximación conceptual y analítica de las obras gracias a la participación de destacados intelectuales e investigadores.
Doce artistas, cien obras visuales, material documental, fílmico y literario son algunos de los elementos que compondrán una muestra cuya línea curatorial hizo énfasis en el reposicionamiento de las obras y líneas autorales más relevantes, y que estará abierta al público entre el 7 de abril y el 2 de mayo de 2010.
Ubicada en la Salas Juan Downey y Francisco Smythe del Museo de Arte Contemporáneo de Valdivia, la exposición Gráfico, pictórico y político. Visualidad en Valdivia años '80 pondrá en escena los ejes del arte de ese período abordando los desplazamientos del grabado y la pintura tradicional hacia la abstracción, la pintura matérica, la obra de arte como problema, el video-arte, la video-performance, el video-registro y el collage, además de articular la relación entre arte y política durante los años de la Dictadura Militar. La exposición, que estará abierta entre el 7 de abril y el 2 de mayo, también incluirá material documental para dar a conocer la visualidad y cultura material de la época bajo la forma de afiches, catálogos, recortes de prensa y fotografías.
Entre imagen y letra. Arte y literatura durante los '80 se centrará en la relación de intercambio constante que se dio entre el mundo de las artes visuales y el de la literatura durante los años 80. Además de los cruces presentes entre ambas disciplinas, este montaje sintetizará el ambiente literario a partir de las revistas literarias y las primeras publicaciones autorales. La muestra estará abierta en la Dirección de Extensión de la Universidad Austral de Chile entre el 8 y el 29 de abril.
A través de una serie de monitores ubicados en diferentes edificios de la ciudad, la exposición Historia, memoria y recorrido visual busca reactivar la historia de los lugares que jugaron un papel relevante en las artes visuales, y que hoy cumplen otras funciones. Estas intervenciones estarán presentes en el Conservatorio de Música (Facultad de Bellas Artes hasta principios de 1981); el Centro de Educación Continua (Instituto de Artes Plásticas desde 1981 hasta principios de 1988); la Sala Ainilebu (lugar central de la actividad artística cultural de los '90) y la Municipalidad de Valdivia (principal espacio expositivo durante toda la década) entre el 7 de abril y el 2 de mayo.
De forma complementaria a estas muestras, el jueves 22 de abril se realizará el coloquio Producción artística en Valdivia durante los '80, el cual pondrá al debate temas centrados en lectura de obra, coyunturas específicas y relaciones entre disciplinas que permitirán una lectura más amplia de las artes visuales en Valdivia. En tanto, el viernes 23 de abril será el turno de Escenas artísticas locales al debate, coloquio que contará con la participación de artistas e intelectuales chilenos que han desarrollado pesquisas y proyectos similares en otras ciudades del país.
¿Cómo surge el proyecto "Artes Visuales en Valdivia: archivo 1977-1986" y de dónde surge tu interés en rescatar las artes visuales de ese período en específico?
Cada ciudad en Chile ha tenido un desarrollo artístico distinto, aunque Santiago siempre ha sido el foco central por la existencia de la Academia de Bellas Artes, la Universidad de Chile después y por último la Universidad Católica. En el caso de Valdivia, entre los años 1977 y 1986 funcionó el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Austral de Chile, cuya misión era formar artistas profesionales. Hasta ese momento Valdivia venía con una cierta tradición de arte, pero se trataba de una tradición artesanal donde los trabajos apuntaban más a fines comerciales que reflexivos. Cuando se forma el Instituto de Artes Plásticas comienza una actividad mucho más intensa en el ámbito cultural, empiezan a venir exposiciones de afuera, hay mucha literatura y mucho teatro durante los 80, entonces en un determinado momento la ciudad entera se pone en sintonía para funcionar culturalmente en un sentido amplio.
Por otro lado, yo crecí en Valdivia y conozco a los artistas que hoy en día han hecho carrera, es decir 30 años después. Mi interés era entonces saber cómo había sido ese escenario formativo, cómo se habían educado, quiénes habían sido sus profesores y a partir de eso surgió la idea de realizar esta investigación que empezó a desarrollarse en el año 2005. Creo que la relevancia de este proyecto tiene que ver con que pone de manifiesto el hecho de que a pesar de que es Santiago la ciudad que ha generado una tradición, en esos años se generó en Valdivia un movimiento artístico que podría pensarse a la par del foco principal, volviéndose entonces un problema mucho más global que local. En otras palabras, pese a que estamos hablando de una escena local, esa escena local tiene relevancia porque se pone en parámetros globales.
¿Podría decirse que hubo un eco de la escena de avanzada en Valdivia en esa época?
Esa es una pregunta que es indudable que tengo que hacer constantemente a medida que voy investigando. Hay que pensar que la escena de avanzada se empezó a sistematizar en la segunda mitad de los 80, por lo que el arte experimental de esos años era muy poco conocido en otras partes, salvo por el CADA. De hecho, el CADA presentó unos videos en Valdivia cuando Zurita hizo una lectura a finales de 1982, entonces hay eventos en los que se puede identificar una relación entre lo que pasaba en Santiago y lo que ocurría en Valdivia. Sin embargo, no es posible hablar de una influencia directa por el hecho de que la escena de avanzada no funcionaba como un conglomerado, sino que es un concepto instalado a posteriori que vino a analizar esas prácticas.
Cuando Nelly Richard acuña el concepto.
Exacto, Nelly Richard le da un orden. Yo creo que donde tuvo más repercusión la escena de avanzada es en el arte de los 90, cuando este movimiento pasa a la academia y se empieza a discutir en un contexto universitario. La escena de avanzada es importante en el arte de los 80 porque marca lo experimental, pero también hay otros focos de la pintura en esa época, artistas como Benmayor, Bororo o Tacla que sí tuvieron mucha influencia en el arte en Valdivia porque hicieron exposiciones, viajaron, entablaron un contacto más directo. Otro foco importante es el arte político de izquierda representado por Antúnez y Balmes, quienes también hicieron visitas importantes tras su regreso del exilio.
En esos años se va entablando una relación, pero habría que buscarla más específicamente en términos de artista. Reconozco que hay artistas de los años 80 que sí se pueden poner a la par con trabajos del mismo período en Santiago. Por ejemplo, Víctor Ruiz es uno de los artistas que demuestra más grados de experimentación: trabajó con video arte, con performance, con desplazamientos del grabado a la serigrafía y por ende lo puedes poner en relación con la obra de Leppe o de Dittborn. En ese sentido, la pregunta de qué influencia tuvo la escena de avanzada en el arte en Valdivia en los 80 es imprescindible. Siempre que se haga una investigación de historia del arte después de los 70's tu tienes que poner a prueba ese concepto, sin embargo hay que ir sopesando, porque si bien existió la influencia del arte en Chile también tuvieron influencia del arte europeo y del arte local, y es que la gracia en el arte es que las influencias son transnacionales.
Una de las tres exposiciones que contempla este proyecto aborda el cruce entre imagen y literatura en los años 80, ¿cuál fue el peso y la importancia que tuvo este cruce como para que decidieran dedicarle un espacio en la muestra?
Si uno mirase la escena cultural de Valdivia durante los 70 y los 80 de una forma global, se daría cuenta de que la literatura es lo más importante, mucho más que las artes visuales, y es que Valdivia sí tenía una tradición significativa en literatura. Omar Lara por ejemplo, fundador del grupo Trilce de poesía, es uno de sus escritores importantes, después hay todo un movimiento literario de los 80 en donde se hacen publicaciones independientes y se crean editoriales. En ese sentido, la literatura siempre ha sido mucho más estudiada en Valdivia, y por eso me pareció que si había que poner en relación las artes visuales con otra actividad cultural de los 80 tenía que ser con la literatura.
En ese cruce entre ambas disciplinas hay distintos registros: hay artistas que hicieron ilustración, otros que trabajaron con imagen y letra, en fin, el cruce es bastante interesante, y como la ciudad tampoco es tan grande todo el ambiente cultural estaba muy cohesionado.
Detrás de cada una de las exposiciones que forman parte de este proyecto hay un tremendo trabajo de investigación. ¿Cuáles identificarías tú como los hallazgos más importantes que encontraste en el curso de esta investigación?
Cuando el arte se vuelve mucho más experimental y más global. En ese sentido los hallazgos más importantes son la existencia de video arte, video performance, desplazamientos del grabado a las técnicas mixtas (serigrafía, fotograbado, fotoserigrafía), y también son interesantes los casos de artistas que vienen de matrices muy tradicionales pero que tienen desplazamientos importantes. Hay también hallazgos temáticos, como por ejemplo artistas que trabajan con el tema de la religión, que no ha sido bien analizado en el arte en Chile de los últimos 30, 40 años.
A mi parecer hay trabajos que son súper importantes porque van más allá de lo que se conoce tradicionalmente como el arte en Valdivia -acotado principalmente a la acuarela y el paisaje- aventurándose hacia la instalación, el objeto, el fotocollage, el collage, el video arte, la pintura abstracta, la pintura gestual. En ese sentido, creo que uno de los hallazgos más importantes para mí ha sido el video arte y la existencia de artistas cuyo carácter sea el ser un artista experimental, porque eso no se da siempre.
Menos si no existía una tradición artística profesional
Esa es la gracia del Instituto de Artes Plásticas: el poner en relación dos sistemas muy distintos, y es que siempre se ha reconocido que Valdivia tiene una tradición artística, pero esa tradición es particularmente artesanal, no universitaria. La diferencia es que un artista artesano concibe la obra como un estilo de trabajo, y un artista universitario que tiene una determinada formación concibe la obra como un problema. Eso quiere decir que cada obra se presenta como un universo distinto del anterior, entonces el artista tiene que estar constantemente en renovación y mucho más atento a las corrientes. En particular los artistas de los 80 eran muy instruidos, sabían de historia del arte, leían muchas revistas, conocían muchos escenarios artísticos.
¿Por qué quisiste complementar las muestras con dos coloquios y quienes serán los expositores?
Los expositores del coloquio están divididos en dos grupos: Uno está integrado por gente que viene a Valdivia a contar experiencias que tienen que ver con escenas artísticas locales o con investigaciones sobre esas escenas. Ahí está Vanesa Vásquez, quien fundó la Galería H10 en Valparaíso; Loreto Pérez, fundadora de la galería Mediagua en Chillán; Carlos Valle, de Animita, una edición artística independiente; y Soledad Novoa, profesora del Departamento de Artes Visuales que ha impulsado el tema de las escenas artísticas locales en Chile.
El otro grupo de expositores está conformado por antropólogos, gente ligada a la literatura y la filosofía. Ellos abordarán el tema de la producción artística en Valdivia durante los '80, y en este grupo está Yanko González, antropólogo y escritor que ha trabajado mucho sobre literatura en Valdivia; Breno Onetto, filósofo que tuvo una participación importante en la reapertura de la escuela de arte de la Universidad Austral de Chile; y Ángela Parga, que es antropóloga. En este coloquio también participan tres chicos que acaban de egresar: Celia Urrutia, recién titulada de arte; Yenny Paredes, de literatura; Francisco Correa, de pedagogía y yo.
Si me preguntas el por qué de los coloquios, la respuesta es porque lo que más falta en las escenas locales, -y eso lo dijo Mellado- es crítica. Sin ella, el arte puede generar movimiento, pero ese movimiento no va a salir más allá de los límites del círculo artístico. En cambio, si existe teoría y existe crítica, se produce discusión y relaciones, y yo creo que eso es lo más importante en el arte, porque es recién ahí cuando puedes leer las obras.
¿Quién fue el curador de las exposiciones?
Yo, pero es entre comillas una curatoría, porque en sentido estricto, la curatoría se debería dar cuando hay mucho material del cual puedes seleccionar. En este caso, el trabajo curatorial se realizó utilizando un criterio que busca enfatizar la obra más experimental de los artistas. Por ejemplo, el pintor más reconocido en Valdivia tiene cierto trabajo que mantuvo muy secreto, que nunca mostró, que nunca ha vendido y que mantuvo como un trabajo personal. Ese tipo de obra es la que me interesa porque es algo absolutamente distinto a lo que conocemos de él, y porque además demuestra más libertad al no responder a ningún encargo sino que permite apreciar que el artista hizo lo que realmente quería hacer.
Antes de empezar esta investigación no sabíamos dónde estaban las obras y nunca las habíamos visto. La gracia de este proyecto es que permitía que fuésemos al material casi sin ningún prejuicio. Yo fui armando un archivo de obras, de documentos, de exposiciones, catálogos, revistas, críticas y ahí aparecieron cosas muy interesantes y vinculaciones que no sospechábamos. Las obras que han aparecido no las había visto nunca y tampoco se conocían por ningún lado, entonces todo eso ha sido súper bueno. Yo creo que el público valdiviano no sabe lo que tiene.
La inclusión de material documental y de la imagen fílmica extiende los márgenes de una muestra que podría haberse limitado sólo a las artes visuales, dando cuenta del contexto en que surgieron las obras. ¿Cuál es la importancia que le otorgas a que el público pueda acceder a los contextos que generaron obra?
Si uno revisa los contextos internacionales, hoy en día las exposiciones son cada vez más complejas y más pulcras porque los dispositivos museísticos se han vuelto mucho más complejos. El Museo de la Memoria es un ejemplo claro: está hecho con estándares internacionales y la exposición está hecha para que el espectador sea un espectador mucho más activo.
"Historia, memoria y recorrido visual" está pensada para que las personas que habitan esos edificios se den cuenta de la historia que éstos cargan. Cada uno de ellos ha cambiado de uso: uno partió siendo Facultad de Bellas Artes y terminó siendo Conservatorio, otro partió siendo Instituto de Artes Plásticas y terminó siendo un Centro de Educación Continua. La idea de esta parte de la muestra es que la gente que habita hoy esos edificios pueda relacionarse con obras que estaban ahí en otra época. Tiene que ver con una cuestión contextual y creo que eso es súper importante. El Museo de la Memoria, por ejemplo, era un centro de control clandestino durante los 70 y 80, entonces eso no es un dato menor cuando tú quieres hacer una exposición o trabajar con el edificio. En estos casos se utiliza la carga que tiene la construcción, y a mí me interesaba eso porque mi formación es de arte público, y también porque quería incentivar al público valdiviano para que sea un poco más activo.
¿La idea de rescatar el contexto de producción de obra tiene que ver con hacer al público más partícipe entonces y no ser solo un receptor pasivo?
Exacto, en principio es eso. Pero también tiene que ver con hacer la exposición más compleja, porque creo que las muestras abarcan más cuando desafían más al público. A mí me interesaba hacer una exposición que fuese de una gran complejidad, pues surge de un proyecto bastante grande y complejo, pero yo creo que va a ser bonito porque va a resultar en algo que el público no espera.