"El nuevo trato
Señor Director:
Las universidades estatales estamos en el peor de los mundos. Nuestro dueño, el Estado de Chile, financia porcentajes mínimos de nuestros presupuestos -sólo 14% en el caso de la Universidad de Chile-, nos impone enormes limitaciones para nuestra administración y desarrollo -por ejemplo, sólo podemos endeudarnos a cuatro años para créditos hipotecarios- y nos obliga a que todos nuestros ingresos públicos y privados sean fiscalizados por la Contraloría General de la República, práctica muy sana que apoyamos.
¿Qué pedimos del Estado? Un nuevo trato que implique obligaciones y compromisos mutuos, lo mismo que hace el Estado con sus empresas públicas o con sus hospitales. El Presidente de la República, y patrono de la Universidad de Chile, reafirmó, en nuestro Salón de Honor su compromiso con el nuevo trato para las universidades estatales y pidió que ellas refuercen su investigación científica y tecnológica, y la formación de profesores, con lo que estamos totalmente de acuerdo.
La Universidad de Chile es la que más investigación científica y tecnológica realiza en Chile, con más del 30% del total nacional. Y nuestra principal tarea para los próximos cuatro años es ser líderes en la formación de profesores.
Es decir, el nuevo trato es una propuesta razonable que tiene enormes beneficios para nuestro país, al reconocer que sus universidades estatales tienen capacidades instaladas a lo largo de todo el territorio para lograr cumplir con objetivos nacionales.
En este contexto, nos sorprenden las críticas de algunos sectores, las que no se producen cuando el Estado entrega recursos a sus hospitales públicos y no a clínicas privadas, o cuando hace lo mismo con Codelco y no con las mineras privadas.
Esos mismos sectores omiten deliberadamente el hecho de que, según informa la prensa, en los últimos meses se han realizado operaciones de compra y venta de universidades privadas nuevas por miles de millones de pesos, destacando las compras realizadas por grupos internacionales. En Chile todos estamos obligados a respetar la ley, algo esencial para la convivencia nacional y para el buen desarrollo de la actividad económica y empresarial. Pues bien, la ley dice claramente que las universidades son instituciones sin fines de lucro, y por lo mismo, sería esperable que al analizar el tema de la educación superior todos exijamos que se cumpla con la ley.
Sería muy sano que estas mismas universidades privadas nuevas, que piden igualdad de trato con las universidades estatales, publiquen sus resultados trimestralmente en la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), que los aportes públicos y privados que reciben sean fiscalizados por la Contraloría General de la República, y que esta última controle que ellas cumplen, directa e "indirectamente", con la ley en cuanto a que son corporaciones sin fines de lucro. Es decir, que ellas asuman en plenitud el espacio público en que pretenden desenvolverse.
El nuevo trato busca un análisis serio de la educación superior pública en Chile y que ella sea efectivamente una política de Estado para el desarrollo de Chile.
Prof. Víctor Pérez Vera
Rector Universidad de Chile".
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