Hace más de un año, María José Faúndez - licenciada en Geografía de la U. de Chile- llegó a realizar su práctica profesional en el Parque Nacional Archipiélago Juan Fernández, en el marco del Plan Nacional de Conservación de Especies Endémicas Críticas de la Corporación Nacional Forestal, que publicó un documento que describe el seguimiento y métodos que se llevan a cabo en este sistema insular para mejorar la categoría de conservación de un listado de alrededor de 25 especies, todas en peligro crítico de conservación, incluyendo especies de las tres islas del archipiélago: Robinson Crusoe, Santa Clara y Marinero Alejandro Selkirk.
Participando de este proyecto, María José Faúndez conoció en profundidad la situación: especies traídas desde fuera del archipiélago -como el maqui, la mora y la murta- han ido fragmentando y ganando cada vez más hábitat a costa de las especies isleñas; situación que en unos años podría ser irreversible.
"Muchos científicos han dado por perdido este ecosistema, pero al comenzar a estudiar este caso me di cuenta que es posible y necesario hacer algo por restaurarlo", expresa enfática la joven, quien conjuntamente a su práctica, apoyó al estudiante de doctorado de la Universität Freiburg (Alemania), Rodrigo Vargas, en una investigación para determinar en qué sectores se encuentran las plantas más amenazadas de la Isla Robinson Crusoe. La investigación está en curso para ser publicada en la revista Bosque de la Universidad Austral.
Actualmente María José se encuentra realizando su tesis de pregrado, la cual se sitúa en un grupo de trabajo que lidera la ecóloga de la Universidad de Chile, Dra. Cecilia Smith, del Instituto Milenio de Ecología y Biodiversidad. En esta investigación, guiada por el Prof. Rodrigo Vargas Rona, se pretende identificar aquellas áreas de la Isla Robinson Crusoe que son prioritarias para la restauración ecológica de las especies en peligro crítico de conservación, "considerando primariamente datos de localización de especies críticas, de especies invasoras, de valoración social, de fauna y también datos de factibilidad".
Un gran desafío
Gracias a todas estas actividades -y a los dos años en que ha viajado a la isla- hoy María José cuenta con un amplio saber sobre el tema, generando conocimiento sobre especies como Elaphoglossum squamattum, helecho del que se conoce sólo un ejemplar o especies como Dendroseris neriifolia, de la cual quedan sólo dos ejemplares vivos en estado silvestre. "Sentirme parte de un proyecto tan grande, que ayude a la recuperación de los bosques del archipiélago, es un privilegio, sobre todo por la profesión que elegí", manifiesta.
María José Faúndez, junto a dos estudiantes de Ingeniería en Recursos Naturales de esta Casa de Estudios - Gissella Arellano e Inao Vásquez- tienen en mente seguir trabajando en la isla y esperan contar con los apoyos necesarios para mejorar la categoría de conservación de especies endémicas que están a punto de extinguirse. "Queremos trabajar con cerca de cuatro especies para salvarlas".
En general, los habitantes de la isla -cuenta María José- son concientes de lo que es la conservación, pues "tienen mucho cariño por su tierra". Los jóvenes investigadores han hecho reuniones comunitarias y han podido darse cuenta de que existedisposición para erradicar esas especies que están haciendo daño a su territorio. Por ello, en los proyectos a futuro, los investigadores tienen contemplado continuar integrando a la comunidad en la restauración de los hábitat, "para que ellos puedan practicar in situ este proceso" y puedan replicarlo a futuro.
En este sentido, María José explica que el ser estudiante de la Universidad de Chile no sólo le abrió las puertas a esta investigación, sino además les entregó perseverancia para perseguir logros, y además, una mirada interdisciplinar: "no nos sesgamos frente a nuestra disciplina".