Senador Ignacio Walker: "República"

Senador Ignacio Walker: "República"
  Ignacio Walker,  Senador de La República
Ignacio Walker, Senador de La República

Señor Director:

Sábado a las 4 P.M., en la Catedral Metropolitana. Una experiencia mística, en el nivel del espíritu. ¿Cómo si no calificar la interpretación de la Sinfonía No. 2, la "Resurrección", de Gustav Mahler, por la Orquesta Sinfónica de Chile y el Coro de la Universidad de Chile? De nivel mundial, pienso. Un silencio sepulcral durante la interpretación, una ovación resonante, al final. El pueblo agradecido de la cultura y las artes, al alcance de la mano. Un merecido homenaje de despedida al director polaco Michal Nesterowicz. Gracias, Universidad de Chile.

A la salida, camino como levitando, teniendo a mi izquierda al edificio del ex Congreso Nacional, institución bicentenaria. Ahí está la historia de Chile, en dos cuadras y en dos horas: la Catedral Metropolita de Santiago, la Universidad de Chile, y el Congreso Nacional. Para los que creemos representar la tradición de un republicanismo cristiano, es como una síntesis de aquello en lo que creemos.

Y está también el otro lado de la moneda. Pienso en la última encuesta sobre la baja aprobación ciudadana en relación con la Iglesia Católica, en la categoría de "institución". Son malas noticias no sólo para la Iglesia Católica, sino para todos. Pienso en la baja calificación de nosotros los parlamentarios, sólo comparable a la baja aprobación de los partidos políticos. Pienso en las escenas de ultraje vandálico y violentista, rodeado de impunidad y mediocridad, que sufriera el Senado en días pasados, y en la pérdida del sentido de autoridad. Tengo en mente también la dificultad que tenemos a la hora de aprobar financiamiento basal (base, piso) para las universidades estatales, por el hecho de serlo. Ahí está la Sinfonía de Mahler como testigo de una institución como la Universidad de Chile, que ofrece un concierto de categoría mundial -me dicen que los músicos ofrecen ese concierto prácticamente en forma voluntaria (gratuita).

Una de las cosas que están en juego en la discusión (y confusión) actual es el estatuto de lo público. Velar por la dignidad de las instituciones de la república democrática es deber de todos, y especialmente de quienes somos depositarios de la voluntad popular. Al final, más que el estatuto de lo público, es la cultura misma lo que está en juego.