Con participación de diversas unidades de la U. de Chile y la presencia de 800 estudiantes se está desarrollando Chile VA!

U.de Chile participa en CHile Va! iniciativa que reúne a 800 jóvenes
El pasado 5 de marzo comenzó una nueva versión de ChileVa, iniciativa que cuenta con la participación de diversas unidades de la U. de Chile.
El pasado 5 de marzo comenzó una nueva versión de ChileVa, iniciativa que cuenta con la participación de diversas unidades de la U. de Chile.
El DAS de la FCFM también ha estado presente, con visitas guiadas al Observatorio Astronómico Cerro Calán.
El DAS de la FCFM también ha estado presente, con visitas guiadas al Observatorio Astronómico Cerro Calán.
David Véliz, académico de la Facultad de Ciencias, ofreció una motivadora charla a los estudiantes.
David Véliz, académico de la Facultad de Ciencias, ofreció una motivadora charla a los estudiantes.
Sebastián Ríos, Prof. de la FCFM, también está presente en ChileVa.
Sebastián Ríos, Prof. de la FCFM, también está presente en ChileVa.
Juan Díaz, Economista U. de Chile, también incentivó a los jóvenes a adentrarse en el mundo del conocimiento.
Juan Díaz, Economista U. de Chile, también incentivó a los jóvenes a adentrarse en el mundo del conocimiento.

El pasado 5 de marzo comenzó una aventura del conocimiento para los 800 estudiantes de establecimientos municipales y particular subvencionado de todo el país que participan en los Encuentros de Jóvenes con la Ciencia y la Tecnología Chile VA! 2012. Si algo tienen en común estos centenares de jóvenes es que cursan Tercero Medio y tienen una vocación manifiesta por la ciencia y la tecnología.

Esta iniciativa se lleva a cabo en cuatro encuentros semanales para 200 jóvenes cada uno, los que se realizan bajo la modalidad de campamento en la Hacienda Picarquín, comuna de San Francisco de Mostazal, Región de O'Higgins.

La Escuela de Verano y el Departamento de Astronomia de la FCFM, así como el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería, alojado también en dicha Facultad; el Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Facultad de Ciencias y por supuesto, la Facultad de Cs. Veterinarias y Pecuarias UCH, se han comprometido con esta iniciativa. Así también, destacados científicos y académicos de la Casa de Bello se han hecho parte de esta actividad.

Durante seis días, los estudiantes comparten con destacados científicos nacionales, visitan centros de aplicación de ciencia y tecnología, enfrentan desafíos grupales que les permiten desarrollar habilidades de coordinación y trabajo en equipo, y cierran la jornada con espacios de reflexión, diseño y construcción de futuro. Para realizar todas las actividades, los jóvenes forman grupos guiados por monitores universitarios y un equipo pedagógico.

En estas cuatro nuevas versiones, los contenidos científicos están a cargo de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, FAVET, unidad que aloja a la Coordinación Metropolitana de Explora CONICYT.

Los estudiantes seleccionados postularon el año pasado subiendo un video a la página web de Chile VA! y también en forma presencial en sus colegios. Varios de ellos viajarán a Picarquín desde regiones extremas, como Arica y Parinacota, Aysén y Punta Arenas.

La Primera versión de Chile VA! se realizó en enero de 2011. Desde entonces, alrededor de 600 estudiantes han vivido la experiencia, que este año pretende incorporar a 1200 jóvenes más en la comunidad "chilevanense".

Sebastián Ríos, doctor en Computación: "¡A trabajar duro y creerse el cuento!"

A sus 33 años, advirtiendo que "no es tan viejo", el Ingeniero Civil Industrial, Doctor en Computación  y académico de la U. de Chile Sebastián Ríos tiene muchos logros profesionales y personales que exhibir, desde sus tiempos de escolar en el Instituto Nacional, donde quedó marcado para siempre por el lema labor omnia vincit (el trabajo todo lo puede), hasta sus primeros años como inquieto estudiante de Ingeniería de la Universidad de Chile y su paso por la Universidad de Tokio, donde se convirtió en doctor.

"Soy hiperkinético, me aburro rápido", contó a los estudiantes del tercer encuentro nacional Chile VA!, a quienes aconsejó, con toda franqueza, que se esforzaran al máximo y sacaran la ingeniería (si es que decidían estudiar esa carrera) en menos de seis años. "Si no, ¡es mucho tiempo!". La clave de todos los años de estudios y de lo que viene a continuación no es otra que "no aflojar, creerse el cuento y trabajar durísimo".

Cuando estaba en el colegio, al profesor Ríos le pasó lo mismo que a muchos estudiantes bien dotados para las matemáticas, la física y la biología: le gustaba todo. Incluso, por mucho tiempo pensó que iba a estudiar Medicina. Hasta que un día se preguntó "¿qué diablos hace un ingeniero?". Buscó en el diccionario, le preguntó a sus familiares ingenieros y quedó con más dudas que certezas, pero un tío lo convenció: "Si te gustan las matemáticas y la física, la ingeniería es la carrera para ti", le dijo. Así que decidió arriesgarse, entrar a Ingeniería y después convertirse en el que, según él, es el más incomprendido de los ingenieros: el civil industrial. "Nadie sabe o entiende lo que uno hace", agregó.

Con la camiseta puesta por su carrera, el profesor Ríos explicó que un ingeniero civil industrial se encarga de crear y definir formas de comunicación  y sistemas de información para que las organizaciones funcionen bien. Por eso, su campo laboral es amplio, desde las empresas de retail a un proyecto público como, por ejemplo, el Sernac financiero. 

Un segundo gran paso en su trayectoria académica lo dio cuando decidió aceptar la propuesta de un profesor y se fue a hacer el doctorado en Ciencias de la Computación en la Universidad de Tokio. Nuevamente, se arriesgó, a pesar de que tenía varios trabajos y proyectos en la Universidad de Chile y en la empresa privada, y tampoco se arrepiente de haberlo hecho. "Tokio era mi sueño", contó. Allá empezó a investigar el área en que se encuentra, actualmente: la aplicación de modelos matemáticos y la búsqueda de patrones de uso en sistemas de información como las redes sociales. En 2008, volvió como profesor de la Universidad de Chile. "Todo un shock: te saludan de 'hola, profe' y uno está en short", comentó.

En el departamento de Ingeniería Industrial, el doctor Ríos trabaja con sus alumnos más brillantes, como Miguel Gutiérrez, quien también llegó hasta Picarquín para recomendarle a los estudiantes de Chile VA! "Hay que ser creativos, ser porfiados y pensar hasta quebrarse la cabeza, no esperar que te den todas las respuestas y abrirse solos los caminos".

Su profesor está de acuerdo con el consejo, que también quiso transmitir a los jóvenes científicos: "Lo primero es el trabajo muy duro, ser disciplinado y ordenado. Lo segundo es el respeto por ti y por el prójimo, que es clave para que los equipos se lleven bien. Sean solidarios y nunca pierdan la 'capa humana', la que se adquiere en la casa, con los amigos". Y dejó un consejo más para los aficionados a Japón: "¡La mejor manera de no olvidar el japonés es ver animé!"

Los desafíos y aventuras de estudiar el Medioambiente

A los 10 años, pero sin que supieran sus papás, se sumergía en las aguas de su natal Coquimbo como todo un buzo profesional y conversaba con los pescadores de la caleta, quienes le contaban de las especies que veían en el fondo del mar. De esa afinidad inicial por el mundo marino provino, sin dificultad, la elección de su carrera académica: David Véliz, Profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y Doctor en Biología de la Universidad Laval, en Canadá, se convirtió en un feliz y motivado biólogo marino.

Investigador joven del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), de la Universidad Chile, el doctor Véliz visitó Picarquín para encontrarse con los estudiantes de Chile VA! y contarles algo de su trayectoria personal y línea de investigación. Como alumno de la Universidad Católica del Norte, buceó en todas las costas cercanas y vivió la experiencia de trabajar en un laboratorio a orillas del mar. Su día terminaba con un infaltable chapuzón. Luego, ya convertido en profesional, las aventuras debajo del mar continuaron. El doctor Véliz ha buceado entre tiburones, barracudas y esquivando los hielos de los aguas australes congeladas. 

Su estadía de cinco años en Quebec, Canadá, también fue una experiencia motivadora, pues conoció a estudiantes de todo el mundo. "Mi vecino era colombiano, tenía compañeros de Europa del Este y de Túnez", contó a los jovenes. En la universidad se especializó en la línea que sigue desarrollando: la genética de organismos marinos. De regreso a Chile, se incorporó a la casa de Bello, "siempre buscando cómo no salir del agua". La solución la encontró en el IEB, donde empezó a investigar la vida microscópica en los cursos de agua dulce. "Estamos tratando de determinar factores biológicos y condiciones del agua en los ríos, entre otros factores, para tratar de que las autoridades comprendan que no solo el agua importa, sino también los microorganismos que viven en ella", explicó.

En esta labor de investigación le ha tocado realizar investigaciones muy específicas: hace dos años, por ejemplo, colaboró con la Policía de Investigaciones para identificar unos pescados que aparecieron en el río Mataquito. "Nosotros, como en la serie CSI, descubrimos a través de estudios genéticos que se trataba de una especie en peligro de extinción", comentó.

Para motivar a los jóvenes de Chile VA!, el doctor Véliz indicó que la ecología no debe asumirse solo como el estudio de la biodiversidad, sino como una herramienta potente para la toma de decisiones respecto al medio ambiente en que queremos vivir.

"Me gusta lo que hago: trabajar y estar en terreno, la aventura de todos los días. Tomé una decisión y estoy contento", dijo.

Su alumno de doctorado en Ciencias, el Ingeniero Ambiental Claudio Quezada, comentó que las ciencias del medioambiente tienen un rol importante que desempeñar proveyendo información seria y verificable que ayuden a la toma de decisiones sobre el país que queremos.  Del doctor Véliz, su maestro, destacó su entusiasmo y constancia. "El mejor consejo es perseverar y trabajar muy duro", dijo. Claudio, quien ya es magíster de Ciencias Biológicas, contó a los estudiantes que a los 18 años ya tenía claro que quería estudiar y hacer postítulos, y recalcó que, en ese camino, es clave encontrar un profesor que ayude y motive.

Juan Díaz, Magíster en Economía de la U. de Chile

"Estudié en una escuela pública, en la Santa Isabel, hasta séptimo. Mi mamá y mi papá, que no son profesionales, me incentivaron a estudiar y me prepararon bien en sexto para poder entrar al Instituto Nacional. El capital humano y los compañeros, en ese colegio, generan ciertas sinergias que permite que te vaya mejor.

Entré a Economía a la Universidad de Chile. Ahí me di cuenta de que no sabía nada, que tenía grandes carencias en ciencias, matemáticas e idiomas. Al verme en estas desventajas, me dije, tengo dos opciones: me achico o me agrando, me preparo, me esfuerzo. Opté por esta última.

Lo segundo es ir aferrándose a árboles que te den buena sombra, a maestros. Mi primer maestro es mi papá. Sin estudios, me ayudó a ser mejor estimulándome y apoyándome en todo.

Mi otro mentor es mi profesor,  Jorge Rivera, él me sirvió como guía porque tienen más experiencia, y lo bueno de estos maestros es que han vivido lo mismo que ustedes, han sufrido lo mismo que ustedes y los entienden.

Con los mentores  generas redes. Es importante que ustedes se conozcan, nútranse de esas relaciones que pueden sacar. Por ejemplo, en la universidad uno tiende a tener muchos prejuicios respecto de las personas con las que se encuentran, por una parada rebelde o muy tímida, pero en el fondo son todas buenas personas, así que aprovechen de descubrirlas y crecer.

Lo último, es no se desanimen. El camino es super difícil, lo más probable es que se caigan más de una vez. Muchas veces no he tenido ganas de hacer nada, pero lo importante es perseverar, tener sueños y hambre. Tengan hambre de lograr cosas y esforzarse por lograr sus sueños.

Mi mentor, el profesor Jorge Rivera, me ayudó a mirar el camino académico. Cuando entré a la universidad yo quería ser millonario dadas las carencias y falta de beneficios desde mi hogar. O sea, yo tenía más que compensar lo que no había tenido. Yo quería tener hasta un helicóptero. Yo no quería ser doctor, sino que solamente dedicarme a los negocios. Y Jorge poco a poco me fue incentivando, contándome los beneficios de hacer un doctorado. Hoy en día estoy  matriculado en el doctorado, igual quiero ser millonario, pero también quiero vivir la vida académica".