Jorge Acevedo: Reflexiones de la obra de Humberto Giannini

Jorge Acevedo: Reflexiones de la obra de Humberto Giannini
Profesor Jorge Acevedo
Profesor Jorge Acevedo

Humberto Giannini Íñiguez, ilustre pensador y amigo cuya obra tengo el agrado y el honor de presentar sintéticamente en el día en que oficialmente se le reconoce como Profesor Emérito, es Profesor Titular de la Universidad de Chile. Fue creador y director de su Departamento de Filosofía de la Sede Santiago Norte y director del Departamento de Filosofía de nuestra Facultad de Filosofía y Humanidades. Obtuvo el Premio Municipal de Literatura, Género Ensayo, otorgado por la Municipalidad de Santiago en 1982, por su obra Desde las palabras.  Doctor Honoris Causa por la Universidad de París, obtuvo el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales en 1999. Es el Titular de la primera Cátedra de Filosofía creada por la UNESCO en el mundo, e integrante del Comité de Honor del Colegio Internacional de Filosofía, con sede en París.

Su abundante producción teorética puede ubicarse dentro del ámbito de la "filosofía de la existencia", entendiendo esta expresión en sentido amplio. En este caso, significa preocupación primordial por el hombre en su integridad; por tanto, en sus vínculos con los otros hombres, con el mundo y con Dios. Su tema es la vida humana en su conjunto, desde sus niveles más elementales y aparentemente triviales hasta los más sublimes y trascendentes. Como él mismo lo indica, es el pensador italiano Enrico Castelli quien más lo ha influido. Obras de Castelli como Lo demoníaco en el arte, Pensamientos y días -su diario íntimo-, Tiempo agotado, Existencialismo teológico y La indagación cotidiana inspiran su reflexión.

Otros filósofos que suelen constituir su trasfondo son Platón, Aristóteles, San Anselmo, Santo Tomás, San Buenaventura, Spinoza, Iacobi, Vico; entre los contemporáneos, Heidegger, Sartre, Ricoeur, Lasinowski, Lévinas, Bachelard. No siempre va a haber coincidencias entre los planteamientos de ellos y los de Giannini; frecuentemente son tomados como punto de partida para elaborar, polémicamente, argumentos divergentes. Esto es válido en especial en lo que se refiere a Heidegger y Sartre, muchas veces invitados a la meditación de Giannini para ser discutidos o descartados como opciones filosóficas sostenibles.

Al revisar la obra de Giannini se nos muestra la magnitud de su empresa reflexiva. Los grandes temas metafísicos, gnoseológicos, éticos y políticos son su objeto. Manteniendo una unidad dinámica y coherentemente abierta al cambio y a ajustes internos, su meditación -de la cual podemos esperar mucho en el futuro-, se despliega en varias direcciones. En primer lugar -y sin atenernos a un criterio de ordenación cronológico-, nos orece una Historia de la Filosofía, cuya primera edición es de 1976; la vigésima cuarta, notablemente aumentada, aparece en enero de este año. Tiempo y espacio en Aristóteles y Kant (1982), puede insertarse dentro de los trabajos de historia de la filosofía.  Lo que lo mueve a contraponer las posturas de Aristóteles y Kant es la búsqueda de un nuevo sentido de la temporalidad acorde con el cristianismo, el que afirma la convergencia de todos los tiempos y, con ello, la superación definitiva de la soledad; por ende, el logro de una experiencia común.

Dos grandes temas del pensamiento de nuestro autor nos salen al paso: "tiempo e historia" y "los problemas de la convivencia humana". Al primero ha dedicado escritos como "Sufrimiento y esperanza en la historia", "Historia y apologética", "Fantasía y realidad" -parte de un volumen colectivo sobre Dante-, los capítulos V y Vl de El mito de la autenticidad (1968) y el capítulo VI de sus Reflexiones acerca de la convivencia humana. Esta obra -su primer libro, de 1965-, versa, claro está, sobre la segunda de las cuestiones indicadas; lo mismo ocurre con La experiencia moral (1992). La problemática de la convivencia se presenta estrechamente unida con la meditación de cuatro asuntos que, en cierto modo, quedan involucrados en ella, por su carácter más general: 1. La polaridad soledad-compañía. 2. La tolerancia. 3. La búsqueda de una experiencia común. 4. Sus diagnósticos de situaciones políticas. Si algunos pensadores pueden ser designados como filósofos del ser, o del lenguaje, o de la naturaleza, creo que Giannini puede ser llamado el filósofo de la convivencia y la tolerancia.

¿Es casual que un filósofo se haya dedicado en nuestro país durante las últimas décadas a dilucidar los conflictos de la coexistencia interpersonal y social en vez de elaborar una doctrina de la inteligencia o una teoría de la gramática? Ciertamente, no. El quiebre de la convivencia colectiva y su repercusión en las relaciones interindividuales indujeron a muchos filósofos, y de manera eminente a Giannini, al estudio de los fenómenos allí implicados. Vislumbro que él sintió y percibió -o presintió y entrevió-, que la crisis del encuentro entre los hombres se ahondaría cada vez más, de tal modo que se halló ante la ineludible necesidad de esclarecer el fenómeno, poniendo en el centro de su moral pública un principio de tolerancia que ayudara a evitar los mayores estragos inherentes a una lucha histórica que se enconaba con celeridad.  En cualquier caso, en su libro La metafísica eres tú -cuyo esclarecedor subtítulo es Una reflexión ética sobre Ia intersubjetividad-, de 2007, declara paladinamente que una de las consideraciones que lo llevaron a una reflexión de la vida humana en 'su carácter documental', fue "la experiencia del quiebre no solo institucional de la sociedad en que vivía sino de las formas más elementales de la existencia en común, de las relaciones públicas y privadas, y con ello, la distorsión hasta lo irreconocible de los hábitos cotidianos de convivencia" (p. 15).  "Simplificando la 'historia' -añade-, mi actividad fue recalando en preocupaciones tan concretas como ésta: la necesidad de reencontrar ese espacio común que en estas últimas décadas se nos ha venido perdiendo; preocupación que, por lo demás, hoy se vuelve un tópico insoslayable, hasta en el discurso político" (p. 16).

Tolerancia -uno de los grandes asuntos que aborda nuestro filósofo-, no es soportar lo que venga, ni aguantar a regañadientes a un prójimo inaceptable, ni pactar tácticamente con el malo la injusticia; es una conducta cuya descripción es larga, difícil, cuya delimitación precisa impide confundirla con fenómenos que presentan alguna similitud con ella pero son diferentes, como la permeabilidad, la indulgencia, la complicidad o la paciencia. Esta virtud ética y política -no puramente intelectual-, "en última instancia se resuelve en una actitud determinada: la de escuchar la invitación del pensamiento ajeno a que hagamos nuestra su posibilidad". Así como su descripción no es fácil, lo es menos su ejercicio, y Giannini hace notar las dificultades y riesgos que entraña. Por ejemplo, se pregunta: "Cómo acoger lo ajeno sin dejar de ser lo que somos? ¿Cómo, sin ser esencialmente alterados? [...] ¿Cómo absorber la idea ajena sin que ella nos absorba o nos vuelva extraños a nosotros mismos?" Al contestar estas y otras interrogantes conexas dedica una serie de artículos: "De la tolerancia", "A propósito del maquiavelismo", "Mito y desmitificación de la tolerancia", "Tradición, prejuicio y tolerancia", "Tolerancia (Cuestión Disputada)"; la misma tarea es abordada en el último capítulo de su obra Reflexiones acerca de la convivencia humana.

Otra vertiente del pensamiento de Giannini, fuertemente entreverada con las anteriores, recae sobre la realidad política. Algunos de sus estudios sobra Spinoza pueden ubicarse en ella; la filosofía de este autor -nos advierte-, es radicalmente un proyecto político cuya finalidad es la producción de una nueva realidad social y no una mera contemplación de lo dado. Por otra parte, en un encuentro sobre 'El poder de la esperanza', presentó un renovador enfoque acerca de las ideologías, en el que procura superar el juicio negativo que suele haber respecto de ellas.

Sin olvidar los peligros que le son inherentes, hace resaltar la importancia y positividad que realmente tienen en la vida colectiva. "Creosinceramente -afirma-, que la vida asociada, que una vida inteligente y plena, depende en gran medida de la reevaluación de este término", ideología. Y la definición que propone es ésta: "Tal proyecto de ser plenamente hombre, tal esperanza, tal idea esperanzada puede adquirir la forma de un proyecto coherentemente formulado. Entonces, el ideal se torna ideología: la voluntad concreta y racionalmente formulada de llevar la vida humana a su plenitud" (1984). Poco después, al participar en un debate sobre la 'Teoría Contemporánea de la Democracia', aplica su concepto de ideología al liberalismo posesivo, para contribuir al análisis de la situación chilena. Su objetivo consistió en describir la aparición de un fenómeno sociopolítico paradójico: el liberalismo totalitario, propio de sectores del tercer mundo.

Los problemas teóricos que plantean la convivencia humana en general, la conflictividad de la vida histórico-política en particular, y singularmente el principio de la tolerancia, conducen a un concepto clave dentro de la obra de Giannini, desde el que se les podría abordar con altas probabilidades de resolverlos intelectualmente; me refiero a su idea de experiencia común, otro de sus grandes temas, al que se ha abocado en textos como "Experiencia y filosofía", "La buena fe de la fe", "Acerca de la rectitud de los nombres (Ensayo sobre 'El Cratilo')", Reflexiones acerca de la convivencia humana, Vida inauténtica y curiosidad y El mito de la autenticidad. Para aludir a esta noción recurriré al Prólogo de "La 'reflexión'cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia" (1987). Allí nos dice que su tarea parte de una clase de experiencia procurando trascenderla hacia otra. La experiencia que se quiere dejar atrás es la de la soledad, "experiencia de un desierto no buscado[...]; de una convivencia desolada (deserta) en que todo es tangencial, difícilmente convergente; encuentro ilusorio de vidas que permanecen, en el fondo, inconmensurables: cada cual en, y hacia lo suyo propio". Lo que se busca es "una experiencia en que convergen las temporalidades disgregadas de nuestras existencias; [...] una experiencia común, o lo que es lo mismo: un tiempo realmente común". La dilucidación de esta idea central -precisada en Desde las palabras (1981), donde la vincula de modo decisivo con el lenguaje-, conduce finalmente al pensamiento de Enrico Castelli, quien la revalorizó gnoseológica y éticamente, llegando a sostener que "la experiencia común es un criterio absoluto de verdad".

Su obra eje es, en mi opinión, La "reflexión" cotidiana. Su núcleo es una fenomenología de la topografía y la cronología de la cotidianeidad. La descripción del territorio de la existencia cotidiana destaca en ella cuatro lugares fundamentales: el domicilio como punto de partida, la calle, el lugar de trabajo y, nuevamente, el domicilio, pero como punto de llegada.  Los focos de esta estructura topológica son el domicilio y el trabajo; el primero representa "un espacio vuelto permanentemente a mis requerimientos, con objetos a la mano para mi uso y mi goce personales"; el segundo "representa el lugar de mi disponibilidad para lo Otro: disponibilidad para la máquina que debo hacer producir para el patrón, para el jefe, para la clientela; disponibilidad para el auditorio, para el consumidor. Un ser para otros a fin de ser para sí". A esos ingredientes de la topografía de la cotidianidad corresponden dos momentos de su cronología: el tiempo festivo y domiciliario y el tiempo ferial. Este último, el tiempo de los días laborales, el tiempo útil "es encaminado permanentemente hacia algo que hay que hacer para..., remover, presentar, adquirir, reponer, arreglar, apurar, hacer funcionar, etc., en una sucesión de fines siempre provisorios [. . .]; en el tiempo ferial estamos volcados hacia una realidad que no es más que la trama de todos los trámites en curso: el mundo". Frente a él, el tiempo festivo es el "del reencuentro con una naturaleza tenida a distancia por inoportuna durante el tiempo de la tramitación"; el tiempo festivo nos permite la mirada larga y profunda "del puro 'salir a ver las cosas': la gente, el parque, la plaza, el espectáculo público". Es un tiempo que despotenciando la efectividad del mundo, anula su "esencia tramitadora".  La "reflexión" cotidiana es el movimiento circular en el que el hombre parte de Sí y vuelve a Sí saliendo de su domicilio, transitando por las calles, laborando en su trabajo y retornando, finalmente, a su domicilio. Eso en lo que se refiere a lo topográfico.  En lo concerniente a lo cronológico, la "reflexión" cotidiana es un regreso al tiempo festivo -propicio para la disponibilidad respecto de Sí-, desde el tiempo ferial al que necesariamente se ha concurrido, y en el que predomina el mundo sobre lo propio. En el ámbito de lo temporal hay también, pues, una circularidad que se reitera mientras vivimos.  Como sus otras obras -entre ellas, Del bien que se espera y del bien que se debe (1997)-, ésta tiene una finalidad ética y "religiosa". Aspira a delinear un hombre libre, esto es, disponible para sí y para los otros hombres, -y esta disponibilidad -para los otros hombres- sería condición de posibilidad de la anterior -la disponibilidad para sí-. Pero por sobre todo, el hombre libre que procura delinear nuestro filósofo es aquél que está en disponibilidad "para aquello que se vuelve libremente hacia nosotros, para interrogarnos: lo Sagrado".

Agradecemos de todo corazón la dedicación a la Universidad de Chile- dedicación de toda una vida, nada menos-, de nuestro amigo y pensador, y abrigamos la esperanza de que continúe profundamente vinculado a su Departamento de Filosofía, que, por cierto, lo considera con más razón que nunca uno de sus más destacados integrantes, uno de los suyos.

 

¡Gracias, querido Humberto!

 

 

Algunos libros principales:

- Reflexiones acerca de la convivencia humana, Eds. de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile / Ed. Universitaria, Santiago, 1965. - "Fantasía y realidad"; en Dante, Eds. Del Departamento de Extensión Universitaria de la Universidad de Chile, Santiago, 1965. - El mito de la autenticidad, Eds. de la Universidad de Chile, Santiago, 1968.

 

- Sócrates 0 El oráculo de DeIfos, Ed. Universitaria, Santiago, 1970. - Vida inauténtica y curiosidad, Eds. Del Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile, Santiago, 1971. - Desde las palabras, Eds. Nueva Universidad, Santiago, 1981. - Tiempo y espacio en Aristáteles y Kant, Ed.  Andrés Bello, Santiago, 1982. - El poder de la esperanza, Eds. De la XI Semana Social de Chile, Santiago, 1984 (coautor). - Chile en el ámbito de Ia Cultura Occidental, Hernán Godoy Urzúa [editor], Ed. Andrés Bello, Santiago, 1987 (coautor). - Filosofía '89, a cura di Gianni Vattimo.  Biblioteca di Cultura Moderna, Laterza, Torino, 1990 (coautor). - La Tolerance, Autrement, París, 1991 (coautor). - La experiencia moral, Ed.  Universitaria, Santiago, 1992. - Del bien que se espera y del bien que se debe, Ed. Dolmen, Santiago, 1997. - La "reflexión" cotidiana, Ed. Universitaria, 65 ed. aumentada y corregida, Santiago, 2004. Prefacio de Paul Ricoeur. (Trad. francesa: La "réflexion" quotidienne: vers une archéologie de 1'expe'rience; préf. de Paul Ricoeur. Aix-en-Provence: Alinea, 1992). - La razón heroica (Sácrates y eI Oráculo de Delfos), Ed. Catalonia, Santiago, 2006. - «La metafísica eres tú. Una reflexión ética sobre la intersubjetividad», Ed. Catalonia, Santiago, 2007. - Breve Historia de la Filosofía, Ed. Catalonia, 24-5 edición corregida y aumentada, Santiago,

 

2012.

Estudio del conjunto de Ia obra de Giannini (con bibliografïa): Acevedo, jorge: "Humberto Giannini: en torno a su pensamiento"; en Boletín de Filosofía (actualmente: «Hermenéutica Intercultural. Revista de Filosofía») NQ 7, Universidad Católica Blas Cañas (actualmente, Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez), Santiago, 1993-1994. 

 

Libro de homenaje: VV. AA. Humberto Giannini: pensador de lo cotidiano.  Editores: Cecilia Sánchez y Marcos Aguirre. Editorial LOM/Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago de Chile, 2010. 

 

Revista Mapocho rinde homenaje a Humberto Giannini: Mapocho NQ 70, Santiago de Chile, 2011.

 

Página electrónica de Humberto Giannini en Wikipedia:

http://es.wikipedia.org/wiki/Humberto_Giannini  (con enlaces a otros vínculos sobre el autor).