"La Química Analítica y Ambiental ha sido siempre de mi interés y en la búsqueda de nuevos horizontes comencé a estudiar analitos (componentes de interés analítico de una muestra) de interés a nivel nacional y que correspondieran a contaminantes emergentes, así llegué a lo que son los fármacos", dice la académica y agrega que "en las últimas décadas se ha incrementado el interés a nivel mundial por la recuperación de las aguas servidas tanto de origen industrial como domiciliaria, haciendo necesaria la puesta en marcha de plantas de tratamiento de aguas servidas, para la recuperación de las aguas provenientes de las descargas de las ciudades.
En las diferentes regiones de nuestro país se ha implementado un plan de recuperación de éstas. En la Región Metropolitana, la empresa Aguas Andinas se ha encargado de poner en operación plantas de tratamiento de aguas servidas, cuyo objetivo es que a fines de esta década se pueda sanear el 100 % de las aguas residuales generadas en la región. Sin embargo, como subproducto se obtienen grandes cantidades de biosólido siendo una necesidad encontrar la manera más adecuada para su disposición final".
Agrega que la aplicación de los biosólidos a suelos, como un complemento de la fertilización es una adecuada alternativa para su reutilización, sin embargo estos biosólidos pueden contener distintos tipos de contaminantes los que pueden afectar diferentes compartimentos ambientales como suelos, aguas superficiales y aguas subterráneas, lo cual podría afectar finalmente la cadena trófica.
Aplicación a residuos de fármacos
En nuestro país existe un "reglamento de manejo de lodos generados en plantas de tratamiento de aguas", el cual establece restricciones en el contenido de elementos patógenos y ciertos metales pesados, pero no contempla el posible aporte de contaminantes de origen orgánico, dentro de los cuales se encuentran los medicamentos los que tras ser absorbidos son excretados, ya sea en su forma original o como sus metabolitos, los cuales pueden ser incluso más perjudiciales que el compuesto original.
Respecto de su trabajo, la Dra. Áscar dice que "los antiinflamatorios no esteroidales están dentro de los fármacos más utilizados a nivel mundial, haciendo posible su presencia en los diferentes compartimentos ambientales. Por otra parte, debido a sus propiedades físico-químicas (alta solubilidad en agua y a menudo, baja degradación) son capaces de pasar a través de las diferentes etapas de filtración del proceso de tratamiento de aguas servidas y contaminar tanto las aguas subterráneas como el agua potable".
Añade que "a raíz de lo expuesto, se plantea como hipótesis de trabajo que la aplicación de biosólidos a suelos puede incrementar el contenido total de antiinflamatorios no esteroidales (NSAIDs) y sus metabolitos. Por otra parte, dicha aplicación podría afectar tanto la movilidad de estos compuestos, la cual será determinada mediante ensayos en columnas de lixiviación, como la disponibilidad, la que se determinará realizando estudios de extractabilidad con solventes menos agresivos mediante extracciones simples o sucesivas".
Los resultados obtenidos de este proyecto de iniciación, que considera la participación de estudiantes de pregrado, mediante la realización de memorias y unidades de Investigación, entregarán valiosa información acerca de la movilidad y disponibilidad de NSAIDs en diferentes sistemas ambientales, lo que permitirá pesquisar la calidad de las aguas efluentes de las plantas de tratamiento de aguas servidas y el efecto de la aplicación de biosólidos a suelos agrícolas, considerando suelos y biosólidos nacionales, con sus características particulares.
La académica comenta que optó por esta área porque "la Química Analítica y Ambiental ha sido siempre de mi interés y en la búsqueda de nuevos horizontes comencé a estudiar analitos de interés a nivel nacional y que correspondieran a contaminantes emergentes, así llegué a lo que son los fármacos. Obviamente, es un tema de interés mundial, ya que el consumo de medicamentos ha incrementado notablemente en los últimos años. Nuestro país no debe estar ajeno a ello, a pesar de la falta de reglamentación acerca de la disposición final de estos fármacos, siendo grandes cantidades vertidas al sistema de alcantarillado, desde donde pueden contaminar todo nuestro ecosistema".