Historias universitarias en nuestro Aniversario 170

Museo de Arte Contemporáneo, un espacio abierto a la creación

Museo de Arte Contemporáneo, un espacio abierto a la creación
Museo de Arte Contemporáneo sede Parque Forestal.
Museo de Arte Contemporáneo sede Parque Forestal.
Este edificio es Monumento Nacional.
Este edificio es Monumento Nacional.
Este edificio es Monumento Nacional.
Francisco Brugnoli, Director del MAC.
Francisco Brugnoli, Director del MAC.
Museo de Arte Contemporáneo
Museo de Arte Contemporáneo sede Quinta Normal.
Museo de Arte Contemporáneo sede Quinta Normal.
Museo de Arte Contemporáneo
El edificio sufrió importantes daños tras el terremoto de 2010.
El edificio sufrió importantes daños tras el terremoto de 2010.
El 30 de junio de 2005 alrededor de tres mil personas se desnudaron frente al lente del fotógrafo Spencer Tunick.
El 30 de junio de 2005 alrededor de tres mil personas se desnudaron frente al lente del fotógrafo Spencer Tunick.

Trasgresor desde su génesis. Cuando se multiplicaban los museos de arte moderno alrededor del mundo, en Chile rompían esa tendencia con la inauguración del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Un hecho insólito para un país acostumbrado al vaivén de las grandes metrópolis. El 15 de agosto de 1947, los convencionalismos de la época quedaron a un lado para dar paso a una apuesta totalmente innovadora.

Con una primera exposición atípica, en que artistas consagrados como nuevos ocuparon sus paredes, el MAC se instaló como un espacio abierto a la creación. Desde su inauguración, hace 65 años, ha mantenido ese espíritu. En esa primera muestra pintores como Pedro Lira, Ramón Vergara Grez y Carlos Isamitt, o los escultores To tila Albert, Marta Colvin y Lily Garafulic, estamparon su nombre en el arte nacional. Hoy otros quieren dejar su legado. Otros que también quieren aprovechar el semillero de arte en que se ha transformado el MAC.  

Las dos joyitas del MAC

Dos edificios albergan al Museo de Arte Contemporáneo. Ambos Monumentos Nacionales. Ambos emblemáticos de la arquitectura Nacional.

Pedro Montt, que siempre mostró interés por las ciencias y la cultura en general, impulsó una serie de obras en el marco de las celebraciones del centenario de la Independencia de Chile. La inauguración del "Palacio de Bellas Artes" fue una de ellas. Probablemente el acontecimiento más destacado de la época. Si bien, el mandatario no vio su estreno en sociedad -murió un mes antes de que abriera sus puertas-, sí logró que trascendiera y se convirtiera en un símbolo.

Inaugurado el 21 de septiembre de 1910, el chileno Emilio Jecquier inspiró su proyecto en la arquitectura neoclásica de carácter ecléctica predominante en la época. La sede del Parque Forestal, que actualmente ocupa el Museo de Arte Contemporáneo, fue proyectada como un cuerpo conjunto con el Museo Nacional de Bellas Artes. "Ambos son edificios siameses. En un momento dado se pensó, incluso, en fundirlos, pero por un tema legal no fue posible", dice Antonio Sahady, Director del Instituto de Historia y Patrimonio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. "Si uno mira el Museo de Bellas Artes y el Museo de Arte Contemporáneo, parecen ser dos edificios distintos. Uno representa la escuela del Beaux Arts, con su repertorio de elementos propios del academicismo francés -por el lado de la calle José Miguel de la Barra- y, por su fachada poniente, de alguna manera, aparece el frontón que recuerda los cánones clásicos. O sea, hay dos maneras de desarrollar un mismo proyecto. Sin embargo, el transeúnte común tiene la percepción de que se trata de un todo integral", dice el académico.

Las penurias

La fusión arquitectónica entre el Museo de Bellas Artes y el MAC hace que ambas instituciones transiten juntas y compartan los mismos infortunios. Sin embargo, estas tragedias no han traído para ellos las mismas consecuencias, ya que para el MAC, el incendio y los terremotos que marcaron la historia de este edificio lo condenaron a cerrar sus puertas en el Parque Forestal durante siete años. Tal como recuerda su Director, Francisco Brugnoli. En 1969, y cuando allí todavía funcionaba la Escuela de Bellas Artes, el fuego arrasó con el tercer piso. Lamentablemente, las reparaciones también dejarían consecuencias. "Fue una restauración invasiva. Se hizo pensando en que sencillamente era una escuela universitaria, y nada más que eso", dice.

El 3 de marzo de 1985, y con el MAC ocupando sus dependencias, el edificio sufre otro gran golpe. Una tarde de domingo, cuando el reloj marcaba las 19:47, un terremoto de 7,8 grados Richter sacudió el país entre la II y IX Región. 177 muertos, 2575 heridos y 142.439 viviendas dañadas. El Museo de Arte Contemporáneo, al igual que el Museo de Bellas Artes, también fue parte de esas estadísticas. Aunque ambos sufrieron graves secuelas, la suerte fue dispar. Mientras uno fue restaurado rápidamente, el otro tuvo que esperar años una solución. "Esto es muy grave, porque desde el 85 hasta el 92 permanece cerrado. En consecuencia, las colecciones tuvieron que ser guardadas en las partes más seguras del edificio y en condiciones poco adecuadas", dice el Director del MAC.

Fue su antecesora, Rosario Letelier, quien consigue unos fondos con el Senado para asegurar las partes más afectadas del edificio. Sin embargo, los daños eran de tal magnitud que se estimaba que con un sismo de gran intensidad el edificio colapsaría. La amenaza se hubiera cumplido el 27 de febrero de 2010 de no ser por las gestiones de Brugnoli. La recuperación de este  patrimonio arquitectónico fue el primer desafío que emprendió como Director, algo que consiguió el 2004 cuando el Gobierno de Ricardo Lagos por fin se hace cargo de este reclamo histórico.

Abriendo fronteras

Mientras el MAC de Parque Forestal todavía sufría las consecuencias de incendios y terremotos, el Museo debía buscar un nuevo hogar. Fue así como se vinculó con otro edificio histórico y emblemático de la ciudad. Uno que está sólo a metros de la que fuera su primera sede. Llamado popularmente "Palacio Versailles", el edificio del arquitecto Alberto Cruz Montt y Luciano Kulzcezky, de estilo neoclásico francés y construido en 1920 para albergar el Instituto Agronómico, recibió al MAC mientras se realizaban reparaciones. Sin embargo el inmueble, que funcionó como sede de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Chile, y luego como consultorio externo del Hospital San Juan de Dios, finalmente no fue un paso temporal para el MAC y se transformó en su segunda casa.

Mantener funcionando sus dos sedes no ha sido fácil. Con recursos limitados esta institución ha tenido que ingeniar fórmulas para que el presupuesto rinda más allá. Y no sólo lo ha conseguido. Al mismo tiempo que lucha por sobrevivir y mantener la categoría que los ha distinguido, se ha transformado en uno de los grandes responsables de instalar a Chile en del mapa artístico internacional. Un desafío difícil, considerando que Chile bajo la Dictadura se convirtió en un país encerrado. "Era algo que se buscaba, que nos ensimismáramos y que, al final, no viéramos nada. La reducción de nuestro imaginario reducía también nuestras perspectivas a futuro, y nos convertía en meros consumidores complacientes. Lo que somos un poco ahora, ¿no? En este sentido hoy estaríamos viviendo el éxito de la Dictadura". Por supuesto algunos artistas han quedado en la retina de la gente más que otros. Es el caso de Spencer Tunick. El 30 de junio de 2005 alrededor de tres mil personas se desnudaron frente al lente del fotógrafo norteamericano. Para muchos, esta intervención artística marca un antes y un después. Una especie de liberación social luego del trauma post-dictadura.

"Hay transgresiones de distinto tipo", dice el Director del MAC. Y el arte consiste justamente en cuestionar los límites de esas convenciones. Así como Tunick, el chileno radicado en Dinamarca Marco Evaristti, también causó conmoción en el MAC. Ocho jugueras con un pececito rojo en el interior despertaron ira en distintos movimientos pro-animalistas. "En un país en donde la vida dependió de una arbitrio, era muy interesante preguntarse si los chilenos moverían o no el interruptor. No lo movieron, porque el día de la inauguración un grupo ecologista cortó los cables y no se volvieron a conectar más. Pero se comprobó la tesis".

También hay transgresiones desde lo conceptual, tan o más osadas que las anteriores. El Traer las Bienales de San Pablo a un país aislado culturalmente. Sin vínculos y sin experiencias de contacto con el arte internacional, fue todo un reto importante. O la visita de Yoko Ono en 1999. La artista conceptual, y ex integrante de Fluxus, grupo vanguardista de los 60', trajo "En Trance - Ex It". La muestra se desarrolló en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende y en el Museo de Arte Contemporáneo de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. "Fue una experiencia extraordinaria", dice Brugnoli.

Cuando asistió a un almuerzo con la artista, sabía que posiblemente ella montaría una gran muestra en el Bellas Artes. "Nuestro Museo no tenía nada, era de una pobreza que ya olvídate. Entonces, en medio de la conversación, me pregunta qué es lo que hacía. Y yo le conté que dirigía un Museo junto al Bellas Artes. 'Qué interesante, porque yo tengo el proyecto de hacer una muestra que tiene dos partes. Tiene que mostrarse en dos lugares distintos. Voy a ir a ver tu Museo'. Este almuerzo fue arriba del Cerro. Yo bajé rapidísimo, llegué al Museo y dije, 'por favor, trapeen todo lo más que puedan'. La esperamos. Ella venía a pie por el Parque, y la reconoció un montón de gente. Llegó con una procesión de la Virgen del Carmen, más o menos. Cuando entró al Museo, se para en el hall, y dice. ´Aquí voy a hacer mi exposición, no en el Bellas Artes'. Y aquí se hizo En Trance, la parte más importante de su propuesta. Se ocupó todo, todo, todo... Conseguimos urgente el financiamiento, y por suerte se dio. Fue una producción enorme".

Hoy "las colecciones del MAC están compuestas por más de 2600 piezas. Más de 600 pinturas y 90 esculturas. Alrededor de 1870 obras en soporte papel (aproximadamente 1200 grabados, 450 fotografías y 220 dibujos, acuarelas, témperas y técnicas mixtas) y otras 60 obras, entre las cuales destacan gobelinos, cerámica y esmaltes sobre metal)". Al igual que en sus inicios, el MAC sigue siendo un espacio para artistas que proponen. Para quienes se atreven a romper las convencionalidades o se enfrentan críticamente a ellas. Muchos de los nombres que hoy revolucionan el ambiente, como Sebastián Preece, Patrick Hamilton, Juan Céspedes, Marcela Moraga o Max Corvalán nacieron en este Museo. Y la apuesta es, por supuesto, a que muchos más tengan su oportunidad.