Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Homenaje al Ballet Azul.

Esta universidad se distingue por sus antecedentes académicos, sin lugar a dudas, pero a veces nos inventan cosas, que son parte de lo que hoy día se llama la competencia. No cabe ninguna duda, a cualquier persona que se le pregunte cuál es la primera Universidad del país, dirá es la Universidad de Chile. ¿Cuál es la única universidad chilena en el ranking de las 300 mejores en el mundo? Es la Universidad de Chile. Esta es la Universidad que piensa Chile y ha sido así por 163 años.

Y esta Universidad ha tenido un club brillante en su historia y ese club brillante en su historia ha tenido un destello, que ha sido nuestro Ballet Azul. Por lo tanto, homenajearlo hoy día es algo que corresponde a una institución que tiene esta historia y que tiene esta jerarquía. Porque hoy día más, que nunca, el deporte es importante para nuestros jóvenes. Y es bueno decir que la universidad se preocupa del deporte, valora el deporte, aplaude el deporte; del pasado, del presente y del futuro.

Pero también es importante todo esto, porque ustedes representan una época, una historia que no pasó en vano, porque fue una época de sueños universitarios, cuando juntos creíamos que podíamos hacer todavía mejor tantas cosas, y ahí estuvo el Ballet Azul en esos años. Años en que la Universidad de Chile se fue consolidando como institución nacional, años en que la Universidad de Chile fue ampliando su quehacer académico, con nuevas Facultades, nuevos Institutos, un Hospital Clínico, una extensión artística y cultural, de todo lo cual hoy es una muestra evidente la presencia de nuestros miembros de la Orquesta Sinfónica. Una universidad que se desarrollaba en ese ámbito académico que le dio tanto prestigio, pero que al mismo tiempo tenía este brazo brillante de desempeño, que era su Ballet Azul, y que ahí en la cancha, mostraba también, que el azul no sólo es un símbolo en la bandera de la institución, sino que el azul también es un corazón latente capaz de mostrar y de atraer a los jóvenes un camino. Y ustedes permitieron ese sueño, ustedes lo hicieron posible y se proyectaron años más tarde y hoy están vigentes. Hoy día la gente los aplaude, los conoce y los reconoce, porque son parte no sólo de la historia de esta institución, son parte de la Historia de Chile. Con lo que lograron hacer ustedes, como deportistas, en nuestro fútbol, para dar un ejemplo a los estudiantes, a los jóvenes, de esa época y de otras épocas.

Yo creo que este ha sido un homenaje muy debido, muy sincero y muy querido en los 163 años de la Universidad de Chile. Para expresarles a ustedes nuestro cariño, y para expresarles también, que a pesar que ahora el club deportivo no es una parte de la universidad, es, sin embargo, dos cosas que se juntan por su propia naturaleza. Compartimos un nombre, un nombre que el Club Deportivo y la Universidad quieren defender, defender porque es un nombre que vale. Universidad de Chile no fue un invento casual, fue una decisión de estado, una decisión republicana en la construcción de esta Universidad, a mediados de siglo XIX. Y tenemos todos la obligación de defenderlo, como nombre, por lo que vale, por lo que implica, por lo que significa para Chile en cualquier campo; sea el deportivo, sea el académico, sea el artístico, sea el científico.

Y lo que estamos haciendo con el club es, precisamente, reconstruir esa historia en que juntos hacemos algo por esta institución que se llama Universidad de Chile, y que hoy tiene tantas manifestaciones distintas, y que debe tenerlas como una institución histórica, emblemática, nacional y pública. Por eso, cada vez que llevamos a cabo acciones con el Club Deportivo, creo que se provoca un acercamiento todavía mayor. Y quien sabe, si el Club Deportivo vuelve a ser parte de la Universidad de Chile, porque de alguna manera es parte de su historia, de su corazón, de sus sentimientos, de su cerebro poderoso, y, evidentemente, implica también un sentido de pertenencia.

Yo creo que nosotros, como Universidad, hemos hecho nuestra parte. A nosotros nos han puesto la otra Universidad al frente y se la hemos ganado todas y si hubiese una universidad blanca, también le ganaríamos y a cualquiera de cualquier color le hemos ganado y le seguiremos ganando. Porque aquí hay un corazón fuerte, una decisión de amor profundo por la institución y por Chile, de sacar siempre adelante a esta universidad y ustedes hicieron lo suyo en eso y por eso se lo agradecemos, se lo reconocemos, con un abrazo cordial y sincero. Hay muchos desafíos para nosotros y para el fútbol, y para Chile, hacia delante. Hay muchas cosas en las cuales todavía tenemos que avanzar, en las cuales todos los días tenemos que progresar y hacer las cosas mejor. Pero, como ha sido antes, y como ha sido ahora y como será en el futuro, vamos a ganar. Tengo que decirlo, como lo dijo Leonel Sánchez, “que gane el más mejor”.

Muchas gracias.

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