Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia del Colegio Médico en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

Yo quiero agradecerle al Colegio Médico que haya elegido este lugar de la Universidad para llevar a cabo este acto. Lo quiero agradecer, primero que nada, porque una universidad es un espacio de búsqueda de la verdad, y si hay algo que identifica el trabajo universitario en cualquier parte, es ese afán de conocer, de crear y de enseñar en la búsqueda de la verdad. Y es por eso que las universidades, las verdaderas universidades, necesitan libertad y tolerancia, porque es la única manera de provocar la confluencia de ideas en la consecución de su objetivo. Y nos parece que este acto tiene mucho que ver con eso, porque la reconciliación de verdad, el reencuentro y la mirada al futuro tiene como precondición el que Chile sepa la verdad, el que encontremos la verdad y la busquemos con decisión, con compromiso, con transparencia y no suframos la vergüenza de no saber explicar a las nuevas generaciones qué es lo que pasa y qué es lo que ha pasado, y por qué esta verdad se nos ha mantenido oculta y empezamos a revelarla por pedazos en un intento quizás de seguir ocultándola. Creo que ese objetivo de reconciliación que todos amamos, perseguimos y que queremos legar a nuestros hijos, debe ser el compromiso por la verdad y el compromiso con la justicia. No hay otra forma de mirar el futuro si no se mira efectivamente al pasado en esta dimensión, y creo que este acto tiene ese espíritu profundo, amplio, tolerante, para dejar de lado quizás a quienes todavía predican en el pasado, para poner en la cabecera a aquellos que predican mirando al futuro, pero sin dejar de lado la necesidad de que prevalezca la verdad y la justicia.

Y quiero también agradecer este acto, como dije al comienzo, porque se realiza en la Universidad, y no olvidemos que la Universidad de Chile fue una de las víctimas de este proceso, de esta historia, de este encadenamiento de hechos tan tristes; esta fue una Universidad dividida, una Universidad atormentada, perseguida, extinguida, donde hemos tenido que pasar la vergüenza de hacer migrar facultades, de ver bibliotecas hechas pedazos, académicos muertos, perseguidos o despedidos; y la Universidad tampoco tiene todavía una reparación, porque tampoco ha prevalecido respecto de ella la verdad y la justicia. Por lo tanto, Señor Presidente del Colegio Médico(1), este es un acto que de alguna manera lo sentimos como una reparación a la Universidad de Chile. No nos basta que nos digan que ahora la Universidad tiene que buscar sus recursos en el mercado: la Universidad necesita una reparación que tenga que ver con su historia, con su misión nacional y pública, con su compromiso permanente de búsqueda de la verdad en la tolerancia y la libertad, y esto es lo que estamos haciendo, ya que este acto nos ayuda mucho a mirar el futuro con conformidad y con optimismo.

Yo creo que para pensar en ese futuro, cuán bueno sería también pensar, en lugar de invertir en los instrumentos que crean el potencial de violencia para el mañana, en invertir en la educación y en la salud de nuestros niños y de nuestros jóvenes, porque el futuro del país definitivamente no se encontrará en la violencia, no se encontrará en la guerra, no se encontrará en la fuerza, sino que en la inteligencia de una juventud preparada y dedicada a servir a la patria con vocación cívica, y en un sistema educacional que vuelva a ser lo que fue: compromiso con el país y no con los bolsillos, compromiso con el futuro, compromiso con la realización del mañana.

Les agradezco mucho a todos que hayan estado con nosotros, creo que este ha sido un lindo acto y de verdad uno siente un poco más el calor de reencontrarnos como chilenos y de mirar al futuro con la perspectiva real de tener el pecho con el orgullo de sentir también un pasado, pero un pasado que enseña.

Muchas gracias.

___________