Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en, Ceremonia de Lanzamiento del Libro "La Reforma de 1968 en la Universidad de Chile", del Prof. Alfredo Jadresic.

(Transcripción)

En esta Sala se presentan a menudo libros y eso siempre lo promovemos, porque los libros son ideas, testimonios y debates como este que presentamos hoy. Yo creo que la reforma universitaria va hacer siempre un sujeto de debate y es bueno que así sea, porque a veces echamos de menos el debate basado en propuestas, en ideas, en los hechos y en la historia. Hoy día lo que nos dice Alfredo Jadresic es, hubo acá tres ejes fundamentales de un proceso que todavía es controvertido y lo fue más en la perspectiva del tiempo: participación, departamentalización y evaluación académica; y cuando uno mira después de este terrible interregno a la Universidad, allí se observa la departamentalización, la evaluación académica y la participación, hechos que han caminado con distintas velocidades, con distintas intensidades, pero que después de tanto, la reforma ha ido de alguna manera concretándose en hechos saludables para la vida universitaria. Quizás en este momento el debate aquél nos pone otras preguntas y otros temas en los días en que la universidad se ha ido transformando poco a poco en una mercancía y en una mercancía que alcanza también poco valor, en que las Escuelas de Medicina se crean igual que una panadería y en que las palabras calidad y evaluación se esconden debajo de los escritorios de tanta burocracia y donde el término equidad ha desaparecido, porque eso es contradictorio contra las reglas del autofinanciamiento y del mercado. Y entonces los desafíos de la Universidad hoy día son distintos, poco tienen que ver con las ideas, mucho tienen que ver con las necesidades de generar los recursos para hacer que funcione la Universidad, de tener clientes para que paguen por la Universidad y puedan financiar nuestro trabajo de conseguir otros clientes para los postgrados y generar recursos para poder hacer la investigación y la extensión. Eso es hoy día esta Universidad del Estado de Chile que tiene un 25% de financiamiento del Estado, o sea, de su dueño. Y entonces los debates sobre la reforma, sobre las ideas, sobre las propuestas se han ido minimizando para llegar hacer hoy día quizás el debate sobre las maneras posibles de hacer la mejor gestión, de promover la mejor inversión o de optimizar el uso de los recursos humanos y físicos.

Ciertamente es una Universidad que en ese sentido se ha minimizado, pero que en otro adquiere nuevas ideas y nuevas dinámicas. El tema no está en la departamentalización, hoy día el tema está en como levantar las murallas que han ido construyendo los Departamentos y las Facultades para tener una Universidad más integrada, más transversal, más multidisciplinaria en sus tareas. El tema está en como profundizar en su trabajo de evaluación académica y de perfeccionamiento de los postgrados, porque allí están los grandes desafíos del país e indudablemente el tema está en como orientar la investigación hacia los problemas de Chile, los problemas del país para que esta Universidad haga lo que dice el letrero aquí en el frontis de la Casa Central, "una Universidad que está para tratar los problemas de Chile y de su pueblo".

Entonces esta mirada a la historia le deja a uno este mensaje que le dice "usted ha hecho como Institución muchas de las cosas que soñamos" los que entonces éramos estudiantes, los que entonces encabezaron un proceso de cambio en la Universidad. Pero nos pone quizás con un dejo de amargura en la realidad de hoy en que hay menos espacio para las ideas, en que por alguna razón también hay menos espacio para el debate, porque muchas veces el debate es crear un conflicto innecesario cuando en realidad.

¿Qué es la Universidad si no hay debate?, ¿Qué es la Universidad si no hay contraposición de ideas? ¿Qué es la Universidad si no hay respeto por la Universidad, por la libertad de crear, de pensar, de imaginar el futuro? Nosotros seguimos creyendo acá en esta Casa, en la universidad. Por lo tanto, el lanzamiento de este libro no es solamente la mirada nostálgica al pasado para poder de alguna manera sentir los dolores o las alegrías de los procesos que hemos vivido. Este libro es un llamado a pensar de nuevo, a querer de nuevo, a sentir de nuevo que Chile necesita universidad, que Chile necesita un trabajo de verdad en una universidad capaz de crear y ser de nuevo como en la época de Valentín Letelier, de Juvenal Hernández, de Gómez Millas, la Universidad que se proyecta a Chile, que sirve a Chile y que crea la juventud que el futuro necesita.

Yo entiendo que ese es el mensaje que nos deja Alfredo Jadresic que ha sido un campeón de la Universidad todos estos años. Fue nuestro Vicepresidente de la Comisión Normativa Transitoria, un hombre que ha aportado permanentemente a pesar de estos interregnos llenos de dolor, llenos de tristeza, pero que en definitiva han permitido construir al hombre y a través de él ayudarnos a construir la Universidad. Ese es un gran mensaje Alfredo, que muchos hemos sabido leerlo y enfrentar entonces ese sueño que no creo imposible de seguir haciendo de ésta una Universidad de Chile y para Chile.

Muchas gracias.

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