Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, En Presentación del Libro "Disipando la Niebla. El Cáncer en retirada", del Prof. Miguel Fodor B. y de la Profesora Elsa Cabrera
Yo lamento llegar tarde a esta presentación, pero quería estar en esta presentación. Vengo de otra ceremonia en que siempre dominan los atrasos y las tensiones de uno que mira el reloj para salir de allí a las otras responsabilidades que tiene, pero quería estar acá. Quería estar acá, en primer lugar, por el enorme aprecio que yo siento por el doctor Fodor (1), quien encabeza el grupo que ha dado lugar a este libro. El doctor Fodor ha dado muestra no sólo de ser un extraordinario ser humano, sino que además de ser un académico que ha puesto un impulso muy importante en lo que debe hacer permanentemente nuestro Hospital Clínico, en el que las políticas y los diseños de ellas están siempre encaminados, lo que es la idea de combinar el trabajo clínico con la investigación. Creo que no hay manera de diseminar mejor lo que hacemos, de proyectar mejor nuestra imagen no sólo en los días, sino que en el tiempo, que justamente poner en escritos aquellas cosas que resultan de las vivencias, de las aplicaciones, del conocimiento, que derivado primero de la ciencia básica va posteriormente a la aplicación y en donde tanto se ha conseguido en nuestro hospital. De manera que quería venir a decirle al doctor Fodor "gracias" por este aporte, gracias por poner nuevamente de relevancia lo que significa, lo que implica nuestro Hospital Clínico. Y también gracias por poner nuevamente de relieve una vez más lo que es la investigación médica en la Universidad de Chile. Escuchaba al señor Prorrector que decía algo de lo cual estamos plenamente convencidos: para seguir siendo la Universidad con liderazgo que somos, para mantener y acrecentar este liderazgo que tenemos, debemos poner un énfasis creciente e importante en el trabajo de investigación. No hay manera alguna en que una Universidad pueda ser tal, si no crea conocimiento nuevo, y nuestro esfuerzo, particularmente en áreas como la ciencia de la salud, está y debe estar, permanente y crecientemente, dirigida a esa tarea. Nuestra reciente acreditación institucional, exitosa por cierto, como esperábamos, fue más que exitosa en el reconocimiento que se hizo justamente en el trabajo de creación de la Universidad de Chile, de esa poderosa tarea que llevamos a cabo, desde nuestras facultades, desde nuestros departamentos, desde nuestros institutos y que es aportar al conocimiento, ese aporte fundamental para que sigamos siendo una universidad y para que sigamos siendo una universidad de calidad, de excelencia, líder en el sistema, y asegurarlo así para los próximos veinte años. Por eso es tan importante esto de estar en la lista de las 500 mejores universidades del mundo; por eso es tan importante ser reconocidos, por observadores independientes, como la única universidad chilena que debe estar en ese ranking y, por cierto, como la primera. Aquí no hay distorsiones comunicacionales, ni manipulaciones de ningún tipo que fabriquen indicadores para que la Universidad de Chile salga segunda. Ahí están en esos indicadores de las comisiones europeas, las figuras y los números puros, transparentes, tomados de la realidad. Y ellos dicen: ésta es la primera universidad del país y la única que está en el ranking mundial de universidades. Pero eso queridos colegas, eso no es el resultado de lo que hemos hecho en los pocos últimos años; es el resultado de una tradición, de un peso histórico formidable que no podemos permitir que decaiga, lo que significa que día a día tenemos que poner un énfasis fundamental en el trabajo académico, particularmente en el trabajo de la investigación, en el desarrollo del Postgrado, y desde allí transmitir justamente al Pregrado que tenemos que seguir sosteniendo como los pregrados de liderazgo, de innovación, de cambio en el sistema. Por eso he querido también venir, para decir que esto, que es un libro, que resume ideas, que refleja un trabajo de investigación realizado durante un tiempo, y asumo que discutido en muchas oportunidades, es muy importante porque eso debe estar en el corazón de esta Universidad. Esta Universidad no copia ni transmite conocimiento pasado. Esta Universidad debe estar destinada a crear y a transmitir el conocimiento nuevo a sus estudiantes de Pre y Postgrado, eso es nuestro liderazgo y hay que mantenerlo. Eso ha sido reconocido y eso hay que seguir manteniéndolo. Es una gran tarea en la cual tenemos que mantener, necesariamente, un equilibrio desde el punto de vista de las distintas instituciones al interior de la Universidad, porque desde luego la investigación ni básica ni aplicada, es la misma en niveles, en productividad en las distintas facultades e institutos. Y por cierto que nos importa mucho que el Hospital tenga también y marque esa línea de liderazgo con nuestra Facultad de Medicina en esta línea de investigación aplicada, porque es una señal poderosísima para aquellas otras partes del cuerpo universitario en donde muchas veces se asume que como la investigación es aplicada, a lo mejor es de segunda categoría, o a lo mejor no tiene la relevancia de la investigación básica, y por lo tanto, entonces, se podría posponer en función de otras tareas. Nuestro argumento permanente desde la administración central de la Universidad es "no", porque aquí todos, desde el punto disciplinario que sea y desde el instrumental que corresponda, todos tenemos que hacer nuestro aporte en el trabajo de creación y de investigación. La Universidad necesita estar permanentemente ascendiendo en los rankings para poder mostrarse como tal, pero por sobre todo para poder sentir nosotros que estamos, efectivamente, haciendo trabajo universitario.
Y quizás lo tercero que yo debería hacer acá, es que este libro, cuyo título he leído, debiera decir como un reconocido imaginador de enfermedades, me parece que ataca un tema de extraordinaria importancia. Me parece que se hace una visión, que por lo menos como el título lo revela, es tremendamente positiva. Es cierto, una persona como yo que imagina sus enfermedades, las anticipa y las multiplica, veía el nombre de cáncer en algo y ciertamente estaba detrás de eso lo fatídico, lo inevitable, lo inexorable; y creo que el mensaje que da respecto al cáncer es algo sobre lo cual hemos trabajado, estamos trabajando y que ya no significa el fin del camino, me parece que es de un mensaje humanista formidable, y que ciertamente se extiende más allá de la disciplina de la mayoría de los que están en esta sala, hasta quienes entendemos los problemas de la salud desde lejos, y algunos desde lo más lejos posible, esto lleva un mensaje que acerca la ciencia, que acerca la medicina al hombre, a sus problemas, a sus angustias y a sus temores. A mí me parece que más allá de todo lo que contenga el libro, desde el punto de vista de su investigación, desde el punto de vista, probablemente, de sus depuradas tecnologías, de la sapiencia médica que está ahí, creo que más que eso es ese mensaje central que emerge del título y que dice fundamentalmente: aquí también, junto con ciencia y con medicina, en esta Universidad se crea, se desarrolla y se proyecta esperanza. Muchas gracias doctor Fodor y muchas gracias a todos ustedes.
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Notas | |
1. | Prof. Miguel Fodor, académico del Servicio de Oncología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. volver |