Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Titulación Diplomado Management 2005 de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas

Me parece que un programa de esta naturaleza hay que apoyarlo. En el pasado, quizás, diez, quince años atrás, era muy difícil concebir que el tema de la gestión fuera también un tema de esta facultad.  El tema de la gestión era, como hoy, un tema de la cultura y las artes, pero hoy es también es un tema en la medicina y el derecho. Porque en nuestro pasado, no tan lejano, la gestión era un tema de los ingenieros comerciales o de los ingenieros industriales y también en la empresa se veía así. El encargado de la gestión era, precisamente, alguien que estaba en esta disciplina y muy fundamentalmente, ligado o a la gerencia general o a la gerencia de finanzas de la empresa, pero hoy día la realidad es distinta.  Distinta en la empresa, pero también es distinta en la universidad, porque se ha logrado entender a la gestión como un fenómeno multidisciplinario y que necesita, por cierto, miradas distintas porque también la gestión es práctica.

Alguien dijo, quizás, con poco respeto, que en la antigua universidad europea la filosofía era el corazón y, efectivamente, el decano ha citado a Aristóteles. La filosofía aristotélica se transformó en un pilar, en el cual se construyó la universidad europea en sus orígenes y la filosofía fue el centro, el corazón del trabajo universitario. Durante muchos años fue así y, por eso, alguien con falta de respeto ha dicho que la filosofía ha dejado de ser ese centro protagónico y hoy día ese centro lo ocupa la gestión.  El problema es que la gestión no es el cuerpo de conocimientos en sí, si no, como tiene que ser toda aplicación de elementos que conceptualmente provienen desde nuestra disciplina, proviene de finanzas, proviene de la teoría del capital humano, proviene de la economía y proviene, ciertamente, de las disciplinas específicas que se cultivan, por ejemplo, en esta Facultad.  De manera que esto lo hace, particularmente interesante, pero también, particularmente complejo y creo que es algo, entonces, que por su exigencia universitaria hay que apoyar y desarrollar. Y creo que esto tenemos que hacerlo en todas las esferas, en todas las áreas disciplinarias de la universidad. 

Pero, al mismo tiempo, a mí me parece que este es un tema, extraordinariamente importante porque, como muy bien el señor Decano lo ha indicado en su discurso, nuestro país enfrenta una serie de dilemas, de retos hacia el futuro, que están hoy día muy presentes. Lo que el país necesita es un estándar de desarrollo distinto y podemos discutir mucho, estar cinco años más, diez años más, o veinte años más en ello y hay distintas maneras y distintas fórmulas para poder calcular esas expectativas. Lo que sí es claro es que independientemente de cuál sea el plazo, el tránsito que este plazo requiere, indudablemente, es una mejor gestión de estos recursos. Como el tema de la economía básica, que debe tener más, a nivel del país o de la empresa, o tiene más recursos o hace mejor gestión de los recursos que tiene, evidentemente, que acá tiene que haber una combinación de ambas cosas.

He ahí el tema de la inversión y un tema no menor de la formación de más y mejor capital humano que es el que ha estado en discusión en estos días, cuando uno, nuevamente, se da cuenta de las graves deficiencias que tiene nuestro sistema educacional, y que no calza con esos ánimos de desarrollo que tenemos como país. Más recursos tiene que ver también, necesariamente, en el marco restringido de nuestra realidad como país, con una mejor gestión de los recursos.  Y entonces ahí entra de manera bien protagónica lo que ustedes han hecho y lo que se hace en tantas otras partes de cómo poder hacer una mejor administración.  Y pongo por ejemplo simplemente, algo que lo pongo porque es lo que yo más conozco, la gestión de recursos humanos.  En el pasado también en una empresa, tal como en la universidad, hablábamos de administración de personal, un departamento de la gerencia de personal se dedicaba a eso, a organizar bien al personal, a tratar de distribuir bien los tiempos, a tratar de medir bien las horas extraordinarias, a preparar, como mucha veces le digo a mis estudiantes, las canastas de navidad, no es cierto, y el bono del 18 de septiembre, y, en definitiva, esto estaba dotado a un manejo bastante simple. 

Pero hoy día se habla de gestión de los recursos humanos y se habla de gestión del los recursos humanos porque hemos aprendido que la mejor gestión de los recursos humanos significa poder extraer más productividad de los recursos humanos y la productividad no es una cosa que se produzca automáticamente sino que hay que motivarla y extraerla. Para eso hay políticas, para eso hay un de conocimiento que nos permite desarrollarla mejor y, por lo tanto, aprender de eso, significa, aprender decisión y aprender, por lo tanto, a sacar mayor productividad, de los mismos recursos que tenemos. 

De eso todavía tenemos tanto que aprender en la universidad, donde el recurso escaso, precisamente, es la inteligencia, la competencia de nuestros académicos y donde, lo que más podemos hacer, es tratar de gestionar de la mejor manera posible esta competencia de nuestros académicos para que rindan los mejores resultados en términos de este impacto donde uno quiere que se produzca, sea esto la docencia o la investigación. De manera que a mí me parece que es un reto importante, es un reto central, eso de la mejor gestión de los recursos, en todas las áreas, naturalmente, en las áreas obvias que tienen que ver con las ingenierías, pero también en las áreas que en el pasado tenían historia, como el área de las ciencias, en que hay en ciencias básicas o ciencias aplicadas.  Y hoy día hay decretos que tienen que ver justamente con esto, tienen que ver con innovación, tienen que ver con productividad y, por lo tanto, me parece que un programa como éste es el centro de ese reto y yo creo también por eso es algo que debe estimularse.

Y después de esto quiero por supuesto felicitarlos, o sea, a todos ustedes que han recibido su diploma, porque en realidad, cuando uno pasa por un programa de estos en la Universidad de Chile, sabe que esto no es, simplemente, un sorteo que termina en la entrega de un papel. Aquí hay un programa que tiene estándares, un programa que tiene exigencia, un programa que tiene dificultades. Yo siempre me preocupo de festejar el espacio que dan estos programas, particularmente, porque es señal de lo que significa el sacrificio de tanto tiempo que tienen que dejar de lado a la familia y muchas veces el trabajo para conseguir esto que acaban de recibir y que, por supuesto, se transforma en un objetivo personal, pero también, créanme, en un objetivo institucional porque para nosotros como institución, como universidad, es muy bueno verlos a ustedes pasando exitosamente por los programas, porque estos programas, cuando no significan éxito para sus alumnos significan también el fracaso para la propia universidad.

De manera que, felicidades, porque esto es un logro y  como muy bien lo ha dicho el Decano, van a haber otros logros, porque las preguntas están cambiando, las condiciones y la información están cambiando permanentemente. Ustedes tendrán que venir nuevamente con preguntas, con dificultades, que para nosotros son muy importantes, porque eso nos permite pensar y replantear los temas y, por lo tanto, nos permite, de alguna manera, hacer una investigación que sirva para responder a las preguntas que ustedes traerán de vuelta. Mientras tanto, creo que es muy pertinente decir que cuando gente como ustedes pasa por la universidad y se lleva un diploma y sale luego con ese diploma se llevan también algunas responsabilidades que tienen que ver con la institución y yo quiero enseñarles tres tareas, tres responsabilidades que nosotros creemos relevantes con un diploma de este tipo. 

La primera, es por cierto, la responsabilidad de la excelencia; nosotros, Universidad de Chile, en todos los ámbitos de pre y postgrado siempre formamos líderes.  Esta es la ambición de esta institución, primero formamos a los profesores, a los que dirigen, a los que toman las decisiones y, por lo tanto, exigimos a ustedes en eso esa presencia, esa presencia con liderazgo, esa presencia con excelencia en lo que ustedes hacen o hagan y, por lo tanto, para nosotros siempre es muy satisfactorio darnos cuenta de que al cabo de algún tiempo la gente que ha pasado por nuestros programas o que se ha titulado con nosotros en las carreras son, efectivamente, las personas que después toman las decisiones, son precisamente quienes se identifican de manera más clara con el liderazgo que la Universidad de Chile debe tener en el país. 

Pero, al mismo tiempo, quiero mencionar que pensamos que una segunda responsabilidad de cualquier persona que ha pasado por esta institución es la responsabilidad social; si alguien me pregunta a mí cuál es la diferencia hoy en este mundo tan variado de universidades de todo tipo, las que hacen propaganda en los buses y las que no; aquí la diferencia es la marca, el compromiso social que tiene el egresado de la Universidad de Chile de cualquiera sea su programa.  Sabemos todos y todos queremos obtener un retorno a nuestras inversiones, eso probablemente fue materia que ustedes vieron mucho tiempo y, naturalmente, es así, la vida es así y lo más importante es que al final del día siempre haya un minuto para la solidaridad, para la comprensión de los demás, para tender una mano amiga en la fortaleza. En fin, se trata de una entrega que signifique también que en el fondo valoramos el humanismo como una cosa que también se forma en esta institución, junto con todas las demás competencias profesionales y eso, creemos, que es una marca de fábrica muy importante de esta institución.

Pero todavía hay una tercera responsabilidad; todos ustedes han venido de distintas partes, probablemente, han estudiado en otras instituciones, muchos en ésta, según me ha dicho el Decano y, por cierto, que ustedes son parte de la casa, pero la verdad es que todos ustedes desde hoy día en adelante pasan a ser hijos de esta casa igual que todos nosotros. Por lo tanto, uno aprende una cosa que tiene un significado bien importante, uno viene a esta universidad a aprender materias específicas, puntuales, grandes, pequeñas e importantes, pero, al mismo tiempo, viene a teñir su corazón de azul porque se hace parte de esta institución.  En consecuencia, lo que exigimos de ustedes también, es que sean hijos reales de esta institución y, por lo tanto, aprendan, permanentemente, día a día, como todos nosotros a quererla y a defenderla, como la primera Universidad de Chile.

Que tengan mucho éxito y muchas gracias.

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