Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Seminario "Situación Actual y Futura de la Ciencia y Tecnología del País"

La investigación constituye la esencial diferencia entre las llamadas universidades tradicionales y el sector no tradicional. Hoy cuesta mucho, y cada vez más, diferenciar a las instituciones tradicionales de aquéllas no tradicionales, porque esencialmente esa diferencia se ha derivado de la condición histórica de haberse originado antes o después del año ‘81. Cada vez es más difícil en algunas materias, por ejemplo, la del crédito solidario para los estudiantes, sostener esa diferencia en el tiempo. Este es área de discusiones políticas, pero cuando uno medita respecto de la diferencia entre una parte del sistema y la otra, es esencialmente nuestras contribuciones en el ámbito de la investigación y del desarrollo. En el tema del financiamiento de la investigación y del desarrollo, incluyo el postgrado porque no es factible tener una política de desarrollo y de investigación sin que existan postgrados sólidos.

El tema del financiamiento de la investigación y del postgrado sigue siendo un tema de gran importancia. Tiene que ver con la subinversión que realiza el país en materia de investigación; nuestro país invierte menos de un punto por producto en circunstancias que aquellas economías con las cuales queremos integrarnos y queremos competir están catando arriba de 2,2 y medio puntos de sus productos internos en materia de investigación. Sabemos que sin investigación y desarrollo será imposible desarrollar una economía que pretende tener una inserción relevante en materia exportadora, lo cual requiere incorporar más conocimiento al desarrollo de la exportación y obviamente la creación de mayor valor agregado exportador tiene que ver con la capacidad de generar nuevos productos, además de nuevas estrategias, de comercialización. Esto requiere un proceso de investigación que hoy día no está financiada adecuadamente en el país y esto es también, ciertamente, no solo un tema de presupuestos públicos. Es un tema de una cultura nacional en que nuestra empresa hoy día, aporta un 18% aproximadamente de nuestro gasto en investigación en circunstancias que los países industriales ese gasto está arriba del 75%, el gasto agregado en investigación. Entonces nuestra tarea es doble. Por un lado, está el desafío en lograr una interacción mucho mayor con la empresa de la que hemos sido capaces de desarrollar hasta ahora. Los instrumentos que tenemos para eso son todavía insuficientes. Los instrumentos de financiamiento público, por ejemplo, para poder desarrollar alianzas, productivas y de investigación con la empresa. Pero es también nuestra propia cultura universitaria muchas veces la que se opone de alguna manera a esa interacción, a ese desarrollo del trabajo con la empresa y creo que eso tenemos que cambiarlo, cambiar nuestra visión, cambiar nuestras formas de acción, nuestra propia organización para poder mirar una realidad que es parte importante de nuestras necesidades materiales, además de la necesidad de tener preguntas reales sobre las cuales desarrollar nuestro trabajo. Creo que ahí hay un reto que es muy importante para nosotros, como he dicho si la diferencia fundamental entre nuestro sistema tradicional, Consejo de Rectores, versus el volumen, creciente del sistema es la investigación. Creo que tenemos que hacer todos los esfuerzos por profundizar esa diferencia y, por lo tanto, por consolidar, aumentar el trabajo no sólo en calidad, por cierto, sino también en cantidad, cobertura temática, en el ámbito de la investigación en general.

Por otra parte, si hay una falla de la empresa, hay una falla también todavía en el financiamiento público, porque todavía en la cultura política nacional se entiende que la investigación es una cosa casi como sustituible, se entiende que la investigación es un sustituto de hacer buenas copias de cosas que pueden eventualmente adaptarse, y provenir de otras realidades. Y muchas veces he participado en discusiones con personas del ámbito político que creen que la investigación es un gasto casi superfluo y es eventualmente algo que debe mirarse con mucho cuidado, sino con sospecha, pero que se trata de financiar a personas que están haciendo cosas que les divierten mucho y les importan mucho, pero que eso en definitiva no tiene mucha utilidad para el país. Yo sé que podemos conversar estos temas acá entre nosotros y sé que Eric Goles ha sufrido muchas veces esta visión, ésta apreciación de lo que significa el trabajo de investigación universitario. Y que es una mirada injusta, pero que también hay que reconocer que probablemente nosotros no hemos sido capaces de hacer el marketing adecuado respecto de lo que hacemos en éste ámbito en el sistema universitario, probando la relevancia de nuestro trabajo, probando el impacto que tiene nuestro trabajo en el desarrollo de otras actividades en el ámbito productivo y tratando de buscar más aliados estratégicos para poder cimentar nuestro trabajo y eso nuevamente tiene que ver con nuestra alianza con la industria.

Se plantea un tema importante. El gobierno hoy planea sacar adelante una nueva forma de hacer tributar la producción de recursos naturales mineros especialmente, y que esos recursos deben orientarse hacia la investigación científica y tecnológica. Pero la verdad es que creo que aparte que tener nosotros una visión respecto de ésta necesidad global, no tenemos, una visión específica respecto a cuáles serían los instrumentos, las formas, las políticas específicas que pueden permitir que esos recursos efectivamente refuercen adecuadamente el trabajo de investigación que realizan nuestras instituciones. Es decir, aquí no se trata solamente si me permiten la expresión de tener un cheque más grande. Se trata también de tener una propuesta respecto a cómo esos recursos deben orientarse a desarrollar qué tipo de investigación y en donde en las universidades tradicionales -que somos las principales usuarias- deben saber si los sistemas son competitivos o no, abiertos y transparentes, como han tendido a ser y como se ha reforzado saludablemente durante los últimos años de nuestro país.

Entonces existe un segundo reto. Si el primero es el reto de la integración con la empresa, de lo cual hay experiencias notables e importantes en nuestro sistema, pero no es una experiencia generalizada todavía, el segundo reto es éste, el tener una propuesta respecto a qué vamos a hacer del punto de vista de la orientación de los recursos cuando efectivamente el país sea capaz de saltar de 0.7 puntos, del producto interno bruto, a uno 1,5 a 2, puntos del producto interno bruto en algún plazo de tiempo, no es cierto, merced de los nuevos instrumentos y de la nueva visión que tenemos que tratar de cambiar, especialmente en muchos políticos sobre estas materias.

Existen temas importantes desde el punto de vista de nuestra relación con el Estado y con la política pública. Pero también se impone el tercer aspecto como es una mejor relación del trabajo de investigación con lo que está pasando efectivamente al interior de nuestras universidades. En muchas de ellas, por razones de financiamiento, el énfasis se está poniendo crecientemente en la docencia de pregrado. En nuestras universidades el aporte del pregrado al financiamiento del presupuesto está usualmente arriba del 40% y evidentemente entonces, cuando alguna autoridad que tiene que empezar a tomar decisiones respecto al uso de los recursos, evidentemente el énfasis de la docencia está ahí en primera línea. No estoy afirmando que exista una incompatibilidad o incongruencia entre el trabajo de investigación y el trabajo docente, pero evidentemente se trata de un problema de tiempo que implica que nuestros profesores, en lugar de hacer 3 cursos al año, tendrán que hacer 4 cursos al año, o quizás 5 cursos al año y eso es tiempo que se resta de las otras actividades. Ese es un tema dificilísimo de resolver y por eso es tan importante un financiamiento distinto y nuevo a la investigación. Reseño esto, porque la tendencia es a poner todavía más énfasis y más recursos en las reformas del pregrado. Esa es una tarea en que las universidades más grandes del país están comprometidas. El país necesita cambiar en esa perspectiva y habrá acá algo similar o no, al programa de Bologna. Las universidades estamos trabajando en transformar la estructura de las carreras a programas transversales de docencia, de manera que los estudiantes ingresen a la universidad y posteriormente al ingreso a la universidad después de uno o dos años transcurridos en estos programas transversales, puedan elegir las carreras. Eso va a demandar bastante tiempo académico. La experiencia de Bologna, como se discutió en el último congreso de la Unión Europea de universidades en Glasgow, es que producto de ese esfuerzo que están realizando las universidades europeas ha existido un decaimiento en el trabajo de investigación. Esta situación preocupa dentro del éxito que en general ha tenido el desarrollo del programa de Bologna en la Unión Europea.

Un desafío para las universidades es somos capaces de realizar las reformas que están comprometidas. Es impostergable el realizar las reformas académicas que tenemos que hacer en nuestra docencia que hoy día es todavía ineficiente, es todavía extensa. Tenemos que hacer muchos cambios en ese ámbito, pero cómo hacer esos cambios sin debilitar al mismo tiempo, aquel otro aspecto que es tan fundamental y que nos diferencia fundamentalmente que es el ámbito de la investigación. Ahí hay un tema que hemos discutido mucho y sé que en otras corporaciones también se ha discutido, porque hay también evidentemente una serie de preocupaciones respecto, a qué hacemos con recursos privados con los cuales podemos hacer más de una cosa sin desmerecer la atención que necesita la otra. Evidentemente que hay un espacio para utilizar mejor los recursos, así como espacio para crear nuevas formas de apoyo al trabajo docente, especialmente con el desarrollo de estudiantes de postgrados sin sacrificar, el tiempo en los recursos de investigación. Eso requiere del diseño de una estrategia, la cual hasta ahora no ha existido. Ha faltado una estrategia consensuada y definida, entonces en mejoramiento, en la reorganización del trabajo del pregrado y su consolidación ha significado disminuir recursos al trabajo de investigación. Recursos tanto en tiempo académico como recursos materiales que tiene que ver con el uso del espacio, los laboratorios.

Un segundo tema relevante es el que tiene que ver con nuestra organización interna en la universidad. Es cómo somos capaces de interactuar más entre las universidades. Hay una pregunta de nuevo abierta, porque hasta ahora nos han dicho que tenemos que competir y evidentemente que la competencia es muy saludable en muchos ámbitos. Pero existen otros en los que tenemos que colaborar y el ámbito de la investigación me parece fundamental. Hemos dado algunos pasos, pero que no han sido pasos suficientes en esa materia. Privilegiamos todavía y aquí lo digo como Rector de la Universidad de Chile, nuestras diferencias y poco la capacidad más bien de poder colaborar en ámbitos en los cuales el propio uso de los recursos debiera hacerse en forma más razonable.

La Universidad de Chile suscribió un convenio con la Pontificia Universidad Católica de Chile que fue muy comentado porque rompía una tradición que existía de no colaborar y de tener una especie de guerra no declarada permanentemente. Con éste hemos podido abrir algunos espacios de colaboración, como en el ámbito de la astronomía, donde resulta un poco insólito que en éste país con escasos recursos tengamos equipos de astrónomos compitiendo en 2 o 3 instituciones. Es un obvio mal uso de recursos, pero así también en ámbitos de investigación cara, mención biotecnología, la nanotecnología, evidentemente los espacios de colaboración son muchos. Hoy esos espacios de colaboración que se han abierto producto del entendimiento que se produce, por ejemplo, entre los rectores, todavía no encuentra espacio en el corazón de nuestros investigadores que admiten solamente el desarrollo del trabajo con gente de la institución y no con otros. Creo que también tenemos una tarea en ese ámbito de poder provocar una colaboración que nos permita hacer crecer la investigación. A mí me sorprende que el Consejo de Rectores no tenga una revista sobre materia de investigación, por ejemplo y eso no ha sido posible fundamentalmente, porque son 25 instituciones que suman, pero que todavía no multiplican desde el punto de vista de la colaboración. Créanme que eso hoy día es cada vez más necesario y en realidad estamos seguros de que es la investigación lo que diferencia a nuestra instituciones del resto del sistema y es lo que fortalece a nuestras instituciones.

Un tercer reto es el postgrado. Hemos hecho un esfuerzo importante en el Consejo de Rectores, todas las universidades en materia de postgrado y el Ministerio también han hecho un esfuerzo muy importante junto a CONICYT desde el punto de vista de apoyar esto, en materia de mejorar calidad a través del sistema de acreditación. Pero también creo que no hemos sido suficientemente capaces de combinar mejor nuestros esfuerzos a través de las distintas instituciones. Es una falla corregible, pero también, desde el punto de vista de no sólo sostener los programas de investigación hacia el futuro, sino también sostener nuestra capacidad de sobrevivir como institución en materia universitaria, donde necesitamos académicos jóvenes, donde nuestra tasas de rotación académica son bastante bajas, es decir, necesitamos una presencia de postgrado mucho mayor, lo que nos diferencia del resto del sistema es ser universidades orientadas más al postgrado y que en el futuro mantengamos ese énfasis para poder efectivamente dar salida y apoyo al proceso de investigación, a las tareas de investigación de nuestra Corporación.

Creo que una reunión como ésta es tremendamente útil, que está porque puede proveer un material muy rico para tomar decisiones y tomar iniciativas que permitan de alguna manera respaldar lo que de aquí salga en respuesta a éste y otros dilemas. Desde el punto de vista de la política pública, señalo delante del Presidente de CONICYT, que CONICYT está haciendo un trabajo extraordinariamente útil, serio con pocos recursos y tratados muchas veces de manera injusta y a mí eso me consta directamente. Creo que el Consejo de Rectores ha respaldado permanentemente a CONICYT en su accionar, en su desenvolvimiento, desde luego con Eric Goles, pero también antes de Eric Goles, porque CONICYT en un instrumento muy importante para el país que se ha consolidado, es un instrumento, una organización seria y creo que lo que se ha hecho últimamente en términos de mejorar los instrumentos disponibles es una iniciativa seria.

Una de las propuestas que circulan en materia de educación, es que CONICYT debe tener otra dependencia a nivel institucional. No puede seguir siendo un organismo del Ministerio de Educación, debe ser una oficina que aunque no sea un Ministerio de Ciencia y Tecnología, sí sea una oficina presidencial de ciencia y tecnología. Porque evidentemente, CONICYT no puede ser el departamento número no sé cuánto de un ministerio que tiene otras prioridades y es natural que existan otras prioridades. El tema de la evaluación docente, por ejemplo, que es una prioridad de país, una prioridad del ministerio, evidentemente que tiene muchísima mayor importancia que cualquier problema que podamos tener hoy día respecto a los manejos de los FONDEF, FONDECYT. Eso radica en CONICYT que tiene un grado de autonomía, pero la relevancia que tiene la comisión nacional debe ponerse al nivel que corresponde y en mí opinión debe ser una oficina presidencial. Esa es una propuesta que no cambia nada en términos absolutos respecto de las cuestiones presupuestarias o de la cuestión de los instrumentos, pero sí cambia respecto a la relevancia que debe tener CONICYT en el aparato gubernamental y en su relación con el sistema universitario.

Hay mucho que hacer en términos de aumentar recursos, pero también en términos de mejorar la organización del sistema de investigación nacional que tiene que ver con CONICYT, tiene que ver con los instrumentos y habrán discusiones sobre cómo poder mejorarlos, perfeccionarlos, ampliarlos, innovar los instrumentos de financiamiento y la evaluación de la calidad de la investigación.

Quisiera por último reseñar una cuestión que a mí me preocupa de manera importante y lo sabe el presidente de CONICYT. Es el desequilibrio notable que se ha ido produciendo, que se ha ido acrecentando en el tiempo entre la investigación en ciencias versus la investigación en humanidades y ciencias sociales. Es un tema preocupante porque uno como Rector de una universidad se da cuenta que existe ese desequilibrio y se da cuenta que muchas veces los responsables de los fondos tienen sesgos voluntariamente declarado o simplemente derivados respecto a que hemos logrado un desarrollo potencial mucho mayor en algún tipo de área que en el otro. Tenemos un serio problema de financiamiento en la disciplina social y la de humanidades. Un financiamiento que también tiene que ver con el financiamiento integral incluyendo los aspectos docentes, porque las experiencias en varias universidades es que las tasas de morosidad y de problemas socioeconómicos residen más en este tipo de facultades como ciencias sociales o humanidades, artes que las otras. Como que en las otras está más claro y definido el producto. Se está provocando un problema que es muy malo en materia de investigación. He visto las dificultades que tienen los académicos en el área de ciencias sociales, por ejemplo, para poder hacer investigación. Porque tienen que competir con proyectos que son de bastante mayor peso y bastante mayor utilidad directa, por así decirlo, para el país que tiene que ver con ciencia y tecnología. Todavía no somos capaces de montar un FONDART en el área de las ciencias sociales y aquí incluyendo también a la economía, a la administración de empresas y desde luego a todas las disciplinas sociales tradicionales incluyendo la educación, las humanidades y el arte. Creo que ahí hay un tema, un tema que también le preocupa al presidente de CONICYT que no tiene una solución fácil. No se trata de crear una nueva línea para este tipo de áreas, pero se trata posiblemente de mejorar los instrumentos, mejorar las conexiones de interacción también entre la ciencia y la tecnología y estas áreas. No hay que olvidar que muchas veces las preguntas fundamentales vienen de éstas áreas y estas áreas también son parte importante de la evaluación de las respuestas que proveen nuestros investigadores en el ámbito propiamente científico. Esa es una preocupación que quiero dejar para la discusión en este encuentro, porque creo que eso lleva a un resultado que tampoco es grato; el tener una investigación en el área de ciencia y tecnología que es moderna, de avanzada, de nivel internacional, contra una investigación en el área de ciencias sociales atrasada, sin comparativos a nivel internacional, lo cual se atribuye a su relativo rezago. Ese es un tema que tenemos que enfrentar y tiene que ver también con el desarrollo de académicos jóvenes en sus áreas versus las otras. Yo me sorprendo muchas veces cuando veo el dinamismo de los programas de postgrados en ciencia, en ingeniería, medicina, con académicos con un enorme compromiso y mejores financiamientos versus lo que ocurre en similares desarrollos en el área de las ciencias sociales y las humanidades. Parecen dos universidades distintas y esa es una sensación preocupante. La he conversado con otros rectores y en distintas perspectivas, todos tenemos más o menos la misma sensación, lo he conversado con muchos presidentes de universidades en otras partes del mundo, existe esta tendencia y es muy difícil. Hay ejemplos importantes de políticas, no solo de financiamiento sino también políticas de integración de la investigación que tienden a revertir de alguna manera este fenómeno que en un país como el nuestro es realmente sensible. Cómo es posible que nuestras universidades que realizan investigación científica y tecnológica del más alto nivel todavía no tengan una buena explicación y un buen modelo para el terrible problema de distribución de ingresos que tiene Chile. Es porque no hemos logrado hacer interactuar a los sociólogos, a los antropólogos con los economistas, es porque no hay fondos para investigar ese tipo de materias, es porque no hay gente joven que esté desarrollando con sus proyectos de investigación de doctorados en ese tipo de temas. Es una combinación de cosas, pero es también difícil de explicar porque no estamos atendiendo adecuadamente ese tipo de preguntas y muchos otros que tienen que ver con nuestros temas sociales, económicos de humanidades y de arte etc.

Deseo que esta reunión resulte lo mejor posible y sé que así va a ser. Conozco el programa que ustedes van a desarrollar y sé de la competencia que todos ustedes tienen como los responsables de la investigación y de los programas de investigación en las distintas universidades del Consejo. Me gustaría que de aquí salga un documento que permita entender dónde estamos y cuáles son nuestras perspectivas, sobre todo en este ánimo de integración y de colaboración que es muy importante en esto que es la verdadera ventaja comparativa de las universidades del Consejo de Rectores. No hay otra que sea tan indiscutible como ésta. Me parece que como una ventaja comparativa debemos protegerlo, estimularla, cuidarla, desarrollarla fundamentalmente para conservarla como la marca distintiva de las llamadas universidades tradicionales del país. Junto con reiterarles mi bienvenida a la Universidad de Chile, les deseo que tengan el mejor de los éxitos en el trabajo que desarrollarán durante el día. Muchas gracias.

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