Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en ceremonia de inauguración de la restauración del edificio patrimonial del Museo de Arte Contemporáneo.

Este edificio se inauguró en septiembre de 1910. Fue ejecutado durante la presidencia del Sr. Pedro Montt, inaugurado en el interregno entre la muerte de este Presidente y la toma de poder del Presidente Barros Luco, y era Rector de la Universidad de Chile don Valentín Letelier.

Este edificio se inspiró en la idea de un Estado comprometido con la educación, y por cierto con la cultura y con el arte, y sobrevivió gran parte del siglo XX como testimonio precisamente de ese compromiso. Un incendio primero, un terremoto después, puso a este edificio en grave riesgo. Pero sobre todo, un terremoto que duró 17 años y que impidió que el Estado chileno asumiera como corresponde sus responsabilidades para poner a disposición de Chile, de la juventud y de la historia, un edificio que es patrimonio de la cultura, que es patrimonio de nuestra historia y por cierto, como la Universidad de Chile, es patrimonio del país.

Por eso Presidente (de la República, don Ricardo Lagos) nos sentimos tan emocionados cuando Ud. anunció en una cuenta, el día 21 de mayo en Valparaíso, que el gobierno había tomado la decisión de poner los recursos para volver a tener un Museo de Arte Contemporáneo y no un edificio en estado calamitoso y en peligro de desaparición. Eso demuestra, Señor Presidente, una acción muy importante, que es volver a recuperar la vocación de un Estado que atiende aquellas prioridades del país que no las va a solucionar nunca un mercado, ni las va a solucionar un sistema que funcione autónomamente. Usted ha vuelto a restaurar una creencia que don Valentín Letelier resumió de una forma magistral con la frase de “gobernar es educar” y que proyectado al siglo XXI es importante, tanto o más importante que la frase de “gobernar es también hacer arte y cultura para el futuro”. Por eso Señor Presidente estamos muy agradecidos. Estamos agradecidos porque esto de alguna manera significa volver a aquella vocación que le dio vida y permitió la vida de la Universidad de Chile. Estamos agradecidos a nombre de los niños y jóvenes que podrán estar en este museo mañana y verlo no sólo en condiciones de seguridad sino que también en condiciones de presentación que son absolutamente compatibles con la idea de llevar los ideales del arte y la cultura a las nuevas generaciones. Estamos agradecidos porque esto significa nuevamente volver a creer en un Estado que se compromete no sólo con el futuro, se compromete también con el presente que permite fabricar sueños, fabricar ideas, construir educación, construir voluntad de una educación que sirve para todos y no solamente para algunos, de manera que este es un momento de mucha alegría.

Pensaba hace un minuto, cuando se descubrían las placas, qué habría sentido Valentín Letelier cuando esto se inauguró como un Museo de Arte Contemporáneo, o qué habrá sentido más tarde el Rector Juvenal Hernández cuando pasó aquí la Escuela de Bellas Artes. Creo que yo siento lo mismo, un sentimiento de agradecimiento con Chile, un agradecimiento con el Estado de Chile, un agradecimiento con el Presidente de la República.

Muchas gracias.

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