El Sentido de la Universidad. Ceremonia de Graduación del Año 2000 del Santiago College

Ustedes se han graduado de la enseñanza media, y se disponen a enfrentar el camino de la Universidad, para adquirir una formación profesional y una especialización disciplinaria. Es hora de tomar decisiones, que deben haber Uds. explorado y meditado durante mucho tiempo. La vida los enfrenta a una situación nueva, a una verdadera toma de responsabilidad, y ahora ya se sueltan de la mano firme de sus padres y sus familias, para emprender un camino de consolidación personal para buscar su realización plena en el mundo laboral.

Los años que han compartido con este gran Colegio les han entregado los instrumentos más importantes para el éxito en el camino que emprenderán a partir de hoy. No cabe duda que es una ruta difícil. La realización plena encuentra múltiples dificultades porque la vida está siendo compleja, y quizás innecesariamente compleja. No sólo en lo laboral, un mundo que hoy está dominado por una creciente globalización y por las tensiones cada vez mayores que impulsan la necesidad del continuo perfeccionamiento para competir bien y realizar el aporte que se espera de todos nosotros en la sociedad. Pero también está lo humano, en lo estrictamente valórico, ya que el mundo actual nos empuja en forma perversa, hacia conductas anti-éticas y poco solidarias, que destruyen nuestra esencia social en forma sistemática e irrecuperable. La pérdida del sentido de cuerpo social es el mayor obstáculo para que nuestro país, o un país cualesquiera, pueda efectivamente emprender vuelo hacia una etapa de desarrollo superior; y quienes tenemos educación - y mejor, como es el caso de ustedes - debemos hacer un esfuerzo para prevenir los múltiples males sociales y terribles dilemas a que nos enfrenta un mundo de egoísmo, de mediocridad y de injusticia, en todo el sentido del concepto.

Por eso, la elección que Uds. hoy hagan debe estar inspirada, en vuestras ideas, orientaciones y deseos. No hay nada que sustituya efectivamente lo que uno desea; esa es la gran fuerza motora que permite solventar obstáculos de a veces poderosas dimensiones. Cuántas veces son los jóvenes presa de los deseos de otros para llevar adelante sus acciones; cuántas veces son por ejemplo ellos forzados a elegir en un camino futuro, cuando en realidad ellos aspirarían -de mediar su propia selección- a una cosa muy distinta. Créanme que no existe en la vida nada más frustrante, nada más vacío y creador de angustias permanentes, que el elegir una acción, que el adoptar una decisión o ejercer un desempeño que contrasta contra nuestros propios e íntimos deseos.

Pero lo otro que es cierto es que las decisiones se deben basar en adecuada y genuina información. Quizás los adultos manejen mejor información, y mayor en cantidad, producto de su experiencia acumulada. Pero hoy las cosas cambian demasiado rápido -hay orientaciones en lo profesional y laboral que están recién surgiendo y que coparán rápidamente el desempeño exitoso en el mundo que viene. En ese contexto, la experiencia pasada es sólo un marco de referencia y es poco lo que efectivamente aporta al camino de las decisiones. Por otro lado, la información que se dispone, y los medios con los cuales manejarla, es hoy día simplemente fastuoso. Peor hay que explorarla, analizarla, concluir a partir de ella, y dejar de lado los juicios de valor, los convencimientos previos, los estereotipos. La única elección eficiente y efectiva es la elección libre, y la misma requiere información y capacidad de decidir y elegir.

Pero más allá de estos temas está la pregunta vital y de fondo acerca de que es lo que hará la universidad con Uds., con sus proyectos de vida, con sus ilusiones y ánimos de realización. Naturalmente está el ámbito de la preparación para que sus productividades sean útiles al desempeño en la vida laboral. La universidad les prepara y les entrega métodos para poder seguir adelante -quizás la gran diferencia entre una buena universidad y una de regular calidad, es que la primera les entrega investigación al día, les enseñará los métodos y las alternativas para buscar y para poder perfeccionarse siempre. La otra universidad les entrega conocimiento, pero casi como un rito inamovible, como el estado del conocimiento que existe hasta la escritura de los textos que han de manejar. No existe allí un conocimiento vivo, que se actualice con vocación permanente, y que deje en uno el germen de buscar por estar siempre insatisfecho. Eso marcará la diferencia esencial entre un conocimiento inerte, estático y que no es de utilidad para el progreso, y aquél otro vívido, dinámico, que marca el progreso creciente de quienes siempre buscan. Ello marcará también, por definición, el camino de los exitosos y de los líderes, versus aquellos otros que se conforman con lo vigente, y que están disponibles para ser miembros de la colectividad del grupo, pero no de sus cabezas.

Siempre me preguntan. ¿Cómo definiría Ud. un buen alumno de la Universidad? Mi respuesta es que no se trata de quien estudie mas, de quien sea capaz de memorizar más fórmulas o cumplir mejor con requisitos. Doy por sentado que un alumno universitario debe hacer todo aquello. Pero un buen alumno es el que lleva las preguntas más exigentes ante sus profesores; ese alumno permite que el conocimiento sea transparente, avance, sea una cosa viva y dinámica. Ese alumno permite que exista una verdadera universidad, y marca también la diferencia entre la formación de líderes en el mundo científico, intelectual, artístico, y de aquellos que irán a la masa, a los receptores, a los seguidores.

Pero así como la universidad ha de prepararlos para ejercer el liderazgo en el mundo que viene, debe también entregarles las herramientas para que el mismo se encuadre en una adecuada formación humana y valórica. Admitir la diversidad, practicar la tolerancia en las ideas, practicar la solidaridad, son elementos indispensables para los líderes que la sociedad de hoy y del mañana necesita. El mundo está convulsionado por las incomprensiones; miren solamente las cosas que dividen a nuestra sociedad y la forma en que estamos entregando los resultados a las nuevas generaciones. Hay dolor, porque hay incomprensión; hay guerra y muerte porque hay intolerancia. Hay desazón y no se ven salidas a un mundo de convulsión, porque los liderazgos están basados en el poder del dinero o de la tecnología, no en los valores y en los aspectos profundos del humanismo más puro. La universidad debe ser una fuente de humanización, para ello su tarea es colocar a la persona como el fin ultimo de las cosas, y no como el medio para lograr un fin. El humanismo debe ser base de la sociedad a que debe aspirar nuestra patria en el futuro, y Uds. deben ser formados en esa vocación, con plena libertad y con plenas opciones, pero en el marco referencial del respeto a los elementos que han de permitir, precisamente, nuestra subsistencia como sociedad.

Dos tareas esenciales para la universidad. Una, centrada en el campo material, y dirigida a la vinculación con el progreso productivo del país. La otra, en torno a la contribución espiritual, a la formación profunda de las personas para que el aporte sea integral y constructivo. Es el terreno de las vocaciones y de los compromisos con vuestra propia percepción del futuro lo que determinara el camino final hacia la universidad. Pero, al elegir bien y en una Universidad que se comprometa con la formación integral, estarán todos ustedes asegurando no solo el cumplimiento de una meta formativa, sino también la consolidación de una plena realización como personas.

Les deseo lo mejor en lo que viene para todos Uds. Han pasado una etapa y vienen otras que son igual o mayormente exigentes. Pero estoy seguro que las fortalezas que han adquirido dentro de estos muros, con vuestros maestros y guías, serán un antecedente de formidable relevancia para que el éxito sea el elemento más fundamental de la vida a la que ahora se aproximan con decisión.

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