Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de recepción de la biblioteca personal del Prof. Álvaro Bunster B.

Quiero, Señor Presidente, en primer lugar, agradecerle su presencia en esta Facultad. Es la segunda vez, en menos de seis meses, que nos acompaña, nos honra con ello, pero quiero destacar que con ello usted honra a la educación pública chilena, que lo recibe en este viejo corazón que palpita en la Universidad de Chile y que se llama Escuela de Derecho y que representa tantos sueños, tantas esperanzas para volver a convertir a la educación pública en el motor real del crecimiento y desarrollo y la expansión que vive nuestro país. Y yo sé que usted compartiendo esos principios nos da esta señal, este gesto con su presencia que nosotros agradecemos y valoramos profundamente. La presencia del Presidente de la República no es simplemente un acto decorativo; yo puedo dar testimonio que siempre ha constituido un acto de compromiso con las ansias, con las propuestas, con el trabajo de esta universidad.

El motivo que nos reúne es, ciertamente, no menor; se trata de un homenaje a un universitario de una larga carrera y de una larga historia de contribución a la Universidad de Chile, a esta Escuela, por cierto, y a la Universidad de Chile en momentos importantes, difíciles, de su historia como fue el período de la reforma en la cual él cumplió una labor destacada que no se circunscribió simplemente a participar, sino que también a dirigir, a organizar y a crear las condiciones para un proceso de debate ordenado en momentos complejos. Sabemos que fueron momentos de polarización en el país y en la universidad, pero creo que don �?lvaro Bunster siempre constituyó un punto de encuentro, un punto de equilibrio, como Secretario General de la universidad. Fue producto de ese proceso de debate interno, de discusión tan álgida y muchas veces tan apasionada que surgió el estatuto de la universidad de 1971. Un estatuto que desapareció el año 1973, prácticamente terminándose así todas las formas de participación y de debate universitario.

Y quiero destacar esto, porque precisamente el día de ayer el Senado de la República en su Comisión de Educación aprobó, como lo hizo la Cámara de Diputados, el proyecto de ley que delega en su Excelencia la facultad de dictar los nuevos estatutos de la Universidad de Chile como un decreto con fuerza de ley. Esos estatutos recuperan mucho de la tradición universitaria, la tradición de debates, la tradición de participación, que es propia de la Universidad de Chile y yo quiero agradecerle al Presidente, porque yo sé que tuvo una decisión importante para poder sacar adelante estos estatutos que han sido producto del trabajo de la universidad, de un largo proceso para poder poner una institucionalidad universitaria que corresponda a estos días de democracia, de participación, pero también de modernización y de excelencia.

Esperamos todos que este proyecto de ley sea aprobado hoy día en la tarde en el Senado, creo que así lo va hacer; lo presagia la votación unánime de la Comisión de Educación y, por lo tanto, espero que la universidad en el curso de este año y que con la firma del Presidente Lagos tenga sus nuevos estatutos, que son de alguna manera una recuperación de esa historia de participación y de democracia que la universidad necesita como un elemento fundamental de su excelencia, de su trabajo académico y de su proceso de modernización.

Este acto, entonces, tiene mucho que ver con la historia, pero también tiene mucho que ver con el futuro. Aquí hay un legado físico que son libros y escritos que quedarán en la facultad, pero más importante que eso es el legado de un ejemplo de una vida académica, una vida entera de trabajo dedicada a su profesión y a su desarrollo académico. Creo que es un ejemplo importante para las nuevas generaciones, hoy día, que el compromiso académico aparece casi como más circunstancial y casi como menos comprometido y casi como mucho más vinculado a las fluctuaciones del mercado o de un atractivo que ofrecen tantas oportunidades en el mundo profesional.

Yo creo que aquí hay un ejemplo de que la vida académica exitosa y comprometida tiene que ver con dedicación, tiene que ver con estudio, tiene que ver con formación, tiene que ver con compromiso y creo eso ha sido la historia, el ejemplo de �?lvaro Bunster. Y quiero destacarlo, porque también en este diaporama apareció la figura de Enrique Paris. Enrique Paris es uno que adorna, con orgullo aún, con nuestra pena, la lista de los detenidos desaparecidos, y creo que este momento de vergüenza y de tristeza para la universidad, como el mismo hecho de haber mantenido a tantos académicos alejados de la vida universitaria y naturalmente de su patria, hoy, con actos como éste se reconstruye, se reconforta y vuelve a decirnos que la universidad siempre es una sola. La universidad que construimos juntos, que crea debates, que forma nuevas generaciones y que se compromete con su futuro y así con el futuro del país.

Muchas gracias, Presidente, por su compañía, y muchas gracias a todos ustedes por acompañarnos en este hermoso acto.

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