Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración de Jornadas de Interlocución en torno a la Evaluación.

Yo creo que a pesar del calor que va a reinar estos dos días, y del caos de la Alameda, en medio de todo eso, esto será una reunión importante.  Tenemos cifradas esperanzas en la capacidad del mundo de la educación universitaria, para analizar lo que esta ocurriendo a nivel de la educación en general en el país, particularmente en los niveles básicos y medios.

Todos sabemos los resultados de los estudios comparativos, que son, por decir lo menos, decepcionantes, pero todos sabemos, sin embargo, que la comparación muchas veces no puede ser tan directa, y que la comparación debe tener también algunos pies de páginas, que no aparecen necesariamente en la difusión publicitaria, pero a pesar de todo eso, obviamente, hay razones de preocupación de sobra  y algo que esta pasando, algo no estamos haciendo, que ahí está reflejándose de una manera bastante cruda.  Al mismo tiempo, sabemos que nuestros resultados de pruebas nacionales no han mostrado tampoco una dinámica acorde con el mayor gasto que efectivamente se ha puesto en educación en el país en los últimos 15 años. 

Todos sabemos que el presupuesto real más que se ha duplicado, pero todos, al mismo tiempo, también nos damos cuenta que si uno mira los resultados de eso y sí uno creyese en esta relación simplista de recursos y productos, los resultados no son tampoco alentadores, porque hay un estancamiento.  Pero además de eso, hay una enorme inequidad que se refleja al menos en la comparación de los resultados de las escuelas municipales, los liceos municipales y el sector privado, tanto subvencionado como particularmente pagado.

Entonces, esto ha llevado a esta preocupación nacional que hay en educación, sobre su calidad y su falta de equidad, y me parece entonces que ahí están los elementos fundamentales para una reunión de este tipo, donde reciben los orígenes de este problema que parece ser relativamente nuevo en nuestra sociedad. Parecer ser, digo, porque no tenemos tampoco antecedentes comparables, dilatado en el tiempo, aunque algunos indicadores  así lo señalarían, pero eso también es una materia que tienen que ver con nuestra propia investigación.  

Muchas veces, por ejemplo, cuando nos sorprendemos con las cifras de distribución del ingreso, desconocemos que cifras similares también, eran las que caracterizaban a nuestro país en la década del '60, y quien sabe si el arrastre de nuestros problemas educacionales  en materias de rendimiento son probablemente, tan antiguos como eso, o han cambiado su forma de expresarse, o definitivamente es un empeoramiento del proceso a partir de los años '70 u '80.

Y entonces, en cualquier de los dos escenarios, es muy importante identificar las causas, porque creo que en la mayoría de los casos el tema no tiene que ver necesariamente con poner más recursos, sino con mejorar la organización, y aquí entonces vamos a un tercer elemento, que es lo que he leído por lo menos en titulares de un estudio realizado por parte de gente perteneciente a la Universidad Católica. Se trata de profesores que revelan las fallas organizativas y de gestión del sistema, que en definitiva han de redundar en el rendimiento de los estudiantes.

Ahí se alude a temas que se han mencionado muchas veces en la discusión pública, pero sobre los cuales no ha habido prácticamente ninguna medida de verdad en los últimos 15 años y que tiene que ver con la gestión a nivel de las  escuelas, que tiene que ver con la capacidad realmente de poder organizarse, de producir, en definitiva, mejores resultados, que tiene que ver con cuestiones tan básicas como que los directores de alguna manera sientan premios o castigos, no por los resultados académicos, sino por los resultados financieros u organizacionales.  

Y entonces me parece a mí que no ha existido tampoco un conjunto de propuestas que tengan que ver con este aspecto concreto del sistema sobre el cual hay material de más y experiencia de más, incluso en el propio mundo universitario nuestro, de cómo relacionar resultados con la obtención de una mejor gestión. Una gestión  académica apropiada y que tiene que ver con temas, incluso con los que vi mencionados en esos estudios de poner fuera de sistema escolar, la influencia política o las decisiones políticas, estrictamente de las municipalidades, que afectan los resultados escolares.

Me parece que ese es un tema sustantivo, como lo es todo el tema de la gestión escolar, que está en la base de los problemas que estamos enfrentando y que una observación casual, simplemente, a uno le permite concluir que colegios mejor organizados tienen más éxito, y colegios con menos organización y menor motivación tienen menos éxito. ¿Y en dónde está la clave de esos factores de organización? Ciertamente que es una tarea que le corresponde identificar a los propios educadores, pero ahí hay un problema crucial, tal y como el otro problema que en mi opinión es sustancial. 

A mí me parece que el sistema de  municipalización de la educación está agotado; es un sistema que tuvo ventajas, pero esas ventajas hoy han sido superadas por las desventajas de una dispersión que no favorece la integración y que desfavorece la intervención del Ministerio, en aquellas partes que tienen que ver con la aplicación del curriculum y del desarrollo propiamente a la gestión académica y entonces la otra pregunta es cuáles son las bases para revisar el proceso de municipalización, porque no se trata tampoco, me imagino, de volver a la década del '60.  

Haciendo depender a todos los colegios del Ministerio con otros problemas nuevos creados de esa manera, pero hay salidas intermedias y me parece a mí que son los educadores, particularmente, quienes se desempeñan en las universidades, quienes deben producir algunas ideas y propuestas atrevidas sobre esta materia que lleven a la discusión política y sobre el cual se tomen definitivamente medidas que vayan un poco más allá de las usuales y que son fundamentalmente, en mi opinión, declaratorias y que esencialmente posponen el problema indefinidamente. A mí me parece que el problema es urgente.

Y es urgente  otra materia que tiene que ver  con la reunión y la temática de esta reunión, que es la evaluación escolar.  Nosotros tenemos una gran preocupación por eso, no porque hayamos hecho estudios profundos sobre la materia, de cómo las notas representan efectivamente o no representan efectivamente el rendimiento de los estudiantes, pero la evidencia es tan sustantiva; cuando uno compara colegios con promedio seis ó 6,5 y con 400 puntos en la PSU, versus otros con promedios cinco, 5,5  y con 600 puntos promedios en la PSU, a mí me parece que entonces hay algo que no está ajustando y cuando en los últimos 20 y 25 años,  el promedio de notas ha crecido más de un punto, a mí me parece que algo no esta funcionando, cuando al mismo tiempo ve el estancamiento justamente en las pautas de evaluación globales de las pruebas nacionales.

Entonces, creo que ahí hay otro problema que atacar. Nosotros hemos hablado de la inflación de notas, un titular que es más bien asociado a los periodistas, que lo ponen esto como una manera de llamar la atención sobre un problema que le parece interesante y probablemente atractivo para la venta de periódico.  Pero el tema de fondo es serio, el tema de fondo es cómo podemos tener pautas de evaluación que tengan algún grado de homogeneidad entre colegios, pero aquí nos topamos con el tema de los incentivos, porque tampoco hay que taparse los ojos para ver que en muchos colegios, tanto municipales como privados, las buenas notas son alguna manera de recompensar al esfuerzo de los padres, por ponerlo de alguna manera,  o minimizar los problemas de los profesores, por ponerlo de otra, o una mezcla de ambos. 

Me parece que ahí hay un tema serio y todos los que somos profesores, alguna vez hemos estado en el aula y hemos tenido la responsabilidad de colocar notas, sabemos que hay un alto grado de subjetividad en la nota que uno coloca, que uno trata de hacerlo un poquito más sistemático, que uno trata de tener pautas más explícitas, pero en el fondo, al final del día hay un enorme grado de subjetividad. En que medida ese grado de subjetividad está asociados a otros elementos institucionales del sistema; del colegio, o del propio curso, de la propia aula, es un tema que hay que, en mí opinión, dilucidar.

 No podemos decir tampoco, mire, este no es un problema, porque todavía no se ha hecho una investigación sobre el tema. Una investigación sobre el tema puede extenderse latamente, pero hay evidencias sustantivas además, y los profesores saben demás lo que esta ocurriendo. Es la realidad escolar y ese es un tema que tenemos que empezar a corregir ya, por todo el efecto de arrastre, que este tipo de cosas tiene en el sistema educacional y a eso hemos llamado. Yo creo que una reunión como ésta, puede también, y debiera también, pensar un poco sobre el tema, dar algunas líneas orientadores sobre el tema, porque este es un tema que va más que nada hacia el profesor y hacia su responsabilidad, tremenda, importante y que hay que todavía consolidar más para el progreso del sistema educacional.

De manera que yo veo aquí un listado de temas tan importantes que considero que son tremendamente acogidos en el mundo universitario y deben convertirse en el trabajo de estos dos días, de donde esperamos sacar ideas; muchos estamos esperando más ideas desde el mundo de la educación.  Ideas que lleven a propuestas y que despierten un poco, si es posible eso, al mundo político, a poner una atención en el proceso educativo en el sistema, no sólo en el financiamiento, sino en las reglas y en la organización del sistema educacional, desde la enseñanza pre básica hasta la enseñanza superior.

A lo largo de todo ello prima  todavía un sentimiento de bastante desorden, de bastante incongruencia, muchas veces, y de un esfuerzo que en paralelo se ha hecho para dar más financiamiento, pero las reglas como que muchas veces no son concordantes con eso, y en consecuencia, estamos perdiendo un tiempo precioso para un país que tiene aspiraciones. Aspiraciones de ser un país desarrollado y el otro día veía con bastante sorpresa que el país, corrigiendo, de todas las maneras que los economistas saben corregir las cosas, por el poder adquisitivo del dólar. Nuestro país tiene 11 mil dólares per cápita y se acerca entonces, en ese comparador, velozmente al mundo de los 20 mil dólares per cápita, hacia arriba, que constituye el piso del mundo industrial.

Pero la pregunta es cómo podemos hacer eso, si somos todavía un país exportador de recursos naturales esencialmente, y somos además, un país de baja productividad, como lo señaló el informe reciente del Foro Económico Mundial.  Un país con muy buenos resultados, con una excelente balanza de pago, con mucha disciplina fiscal, pero la educación, la calidad de la mano de obra, la productividad de la mano de obra, incluyendo sus profesionales, está bajo discusión. Un país que tiene poca innovación también nos dijeron, un país que tiene falta de imaginación para poner nuevas ideas en funcionamiento y eso no se crea a partir del segundo año en la universidad, eso se crea desde niño, donde  tenemos que incluir la capacidad para imaginar cosas, para hacer problemas, para poder fabricar respuestas, en eso tenemos una raya sustantiva.

Y la pregunta es: cómo un país que tiene entonces un sistema educacional tan primario, todavía, comparativamente al mundo de acuerdo a los resultados que estamos viendo, está todavía en un nivel primario, y vamos muy atrás, como se aprecia. Cómo, ese país puede, a través de la educación, superar esta enorme brecha en el ingreso entre pobres y ricos, que nos ubica entre los diez países más desiguales del mundo.  Cómo el país efectivamente puede lograr, ese sueño legítimo y posible de ser un país desarrollado, si no somos capaces de remediar esto, que es el elemento fundamental, crucial, para lograr no sólo el salto productivo, sino también el salto social que Chile necesita para llegar al piso del mundo industrial.  

Nosotros tenemos una responsabilidad fundamental en eso, el profesor ya no es sólo, la persona que entrega unas pocas técnicas y unos pocos conocimientos básicos, porque eso el niño lo busca o lo buscará en Internet. El profesor debe volver a ser un líder en la formación de estudiantes, capaz de llevar nuevas ideas y capaz de desarrollar también y extraer de los estudiantes esa imaginación, que se necesita, para poder progresar en la vida y yo creo que eso requiere una organización distinta y un enfoque distinto de lo que estamos haciendo, y pienso que esta reunión tendrá muchas respuestas que proveer frente a esto.

Yo creo que hay motivo suficiente para esta preocupación nacional, que hay que ponerla por el lado positivo y no por el lado usual negativo, como que estas cosas no están funcionando porque los profesores son malos y porque hay que cambiar  absolutamente todo lo que tiene que ver con ellos. Me parece que los profesores en Chile son buenos, pero necesitan obviamente una organización distinta, un sistema, distintos incentivos y necesitan también ideas nuevas, para poder llevar el conocimiento y el incentivo creador a los niños.

De manera que pienso que en esta reunión no solamente ponemos el local para que se realice; nosotros nos sentimos, como Universidad de Chile, profundamente comprometidos con este tema; y nos gustaría tener la posibilidad de discutir más sobre este tópico y más frecuentemente, porque me parece que ese es un problema nacional, y como problema nacional, las universidades nacionales y publicas, como ésta, deben tener una responsabilidad primaria. 

De manera que les doy la más cordial bienvenida y al mismo tiempo les expreso el deseo realmente sincero de esta institución, y también lo hago a nombre del Consejo de Rectores, que esta reunión sea productiva y que salgan de aquí algunas luces para poder avanzar más rápido en el túnel y ver finalmente la luz de verdad. Muchas gracias.

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