Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Graduación del Programa de Capacitación y Consultoría a Empresarios de Microempresa "Construyendo Mis Sueños"

Déjenme, en primer lugar, darles a todos la bienvenida, a la mejor Facultad de Ingeniería del país, de la mejor universidad del país.  Nos sentimos, realmente, muy complacidos de tenerlos acá, para mostrar, además, cómo es de diversa la Universidad de Chile, en lo que hace y en todo lo que implica lo que hace y eso, como muy bien ha indicado el Decano, es la gran diferencia.  La gran diferencia académica que muchos no pueden entender.  La gran diferencia de la Universidad de Chile con todo el resto es que nosotros somos capaces de llevar adelante un programa de esta naturaleza que significa importantes retos para nuestros académicos, nuestros estudiantes, pero igual lo hacemos.  Lo hacemos por una vocación de servicio y lo hacemos porque también es una manera académica de mostrar nuestro trabajo.

Esta es la octava versión de una actividad que ya se extiende por cuatro años y me pareció que el nombre era muy apropiado "Construyendo Mis Sueños". Pensé, cuando recibí la invitación, que esta era una idea muy bonita, porque en nuestra sociedad hemos dejado de pensar en las cosas que son difíciles y nos hemos centrado una sociedad materialista y hemos dejado de soñar, porque nos hemos convertido poco a poco en una sociedad muy materialista que, por lo tanto, sufre de grandes frustraciones.  Creo que este programa abre una puerta a la posibilidad de que todos nos realicemos y todos salgamos ganando, como los economistas y los estudiantes enseñan que son los buenos negocios, porque esta universidad tiene que tener una marca distintiva en sus alumnos.

Qué es lo que diferencia, fundamentalmente, a un profesional de la Universidad de Chile, que se forma con los mejores elementos. Hacemos el mejor esfuerzo para que existan los mejores ingenieros, los mejores médicos, los mejores abogados, pero qué es lo que realmente diferencia a estos ingenieros, médicos y abogados de lo que hoy día es una producción tan generalizada en muchas partes y en todo tipo de instituciones. Desde luego, la diferencia fundamental, la marca de fábrica fundamental de esta universidad, es el espíritu de servicio público.  Eso es lo que tratamos de poner en la mente y en el corazón de nuestros alumnos, lo hacemos en Derecho, lo hacemos en Ingeniería, lo hacemos en Medicina, en todas partes, porque hoy día eso es lo que hace falta y porque esa es la labor de una universidad nacional y pública como ésta. 

El formar los mejores, porque recibimos a los mejores estudiantes también, pero, al mismo tiempo, el darles ese sello distintivo que es el espíritu solidario, el espíritu de servir a los demás, esas cosas que hoy día quedan tan olvidadas, detrás de las necesidades, detrás de todas las oportunidades concretas, financieras, económicas, pero al final del día siempre a nuestros egresados les decimos que tiene que haber un tiempo, tiene que haber una dedicación, tiene que haber un minuto para la solidaridad, para la entrega hacia los demás, desinteresadamente, porque esa es la manera de construir esa sociedad más humana que la Universidad de Chile persigue como mecanismo de gestión y de justicia.

Pero esta no es solamente una amable y generosa contribución que sale de la universidad hacia la comunidad, porque resulta que este proceso de conectar a los estudiantes con la realidad de ellos, estudiantes de ingeniería, a relacionarse con microempresarios en las comunas, donde realmente ocurren las cosas, en las comunas populosas, en las comunas más importantes, en las comunas donde hay más problemas quizás también, desde el punto de vista social y económico.  Esos estudiantes aprenden allí, posiblemente, mucho más de lo que aprenden en la sala de clases, respecto a la realidad económica, a la realidad social que caracteriza a nuestro país. Y, por lo tanto, todos ustedes se han transformado en una ayuda importantísima para nuestra docencia porque ustedes le han enseñado a nuestros estudiantes cosas que, a lo mejor, nosotros no podríamos haberlo hecho ni con el mejor nivel, ni con la mejor dedicación de nuestros profesores.  Ustedes han dado un testimonio real y directo de lo que es el país donde nuestros ingenieros van a ir a trabajar y eso es muy importante, es una ayuda fundamental.   Pero, además, nuestros estudiantes, en el contacto con ustedes, se han formulado preguntas, no cabe ninguna duda, que con la preparación de nuestros estudiantes tienen muchas interrogantes que ellos traen de vuelta aquí a esta escuela y que son las preguntas un material para que nuestros profesores las respondan y, por lo tanto, eso mejora un proceso de pensar y de crear y ese es otro efecto importante en la Universidad de Chile, el aporte de nuevas ideas. Cuando uno se pregunta de dónde salen las preguntas para esas nuevas ideas, quién pone los problemas, los ponemos nosotros, en teoría, en las oficinas o en nuestras relaciones con el mundo académico.  La verdad es que esas preguntas vienen de fuera de la sociedad chilena y es así como nuestros profesionales, nuestros ingenieros y todos los demás aprenden de las preguntas importantes y nuestros profesores resuelven esas preguntas y con eso se dinamiza el proceso de creación académica.

De manera que todo esto que ha ocurrido, durante todo este tiempo, que ha sido el desarrollo de un curso, es muy importante para nosotros, no es marginal y creo que estamos todos aquí por eso.  Para darle reconocimiento a algo que ha pasado, que es importante y que yo se los agradezco.  Se los agradezco porque todos ustedes que hoy se gradúan y que tienen su diploma, han confiado en la Universidad de Chile.  Han confiado en una institución que ha llegado a ofrecerles a un grupo de jóvenes de estudiantes, de idealistas, competentes, que han querido ayudar, pero, que al mismo tiempo, han confiado, nos han ayudado y hoy día, posiblemente, con esta ayuda, esta institución es un poquito mejor.  Y ese poquito mejor es una diferencia sustantiva con todas las demás, porque nosotros progresamos ese poquito, mientras las demás están estancadas respecto de esta realidad.

De manera que les agradezco mucho a los participantes en el curso por todo esto, porque nos permite hacer un trabajo universitario y les agradezco a los estudiantes porque lo que han hecho, realmente, identifica muy bien lo que es la Universidad de Chile.  Esta no es una universidad ni debe ser una universidad de cuatro paredes.  Es una universidad que tiene que ir en forma relevante, en forma pertinente, donde están los problemas y tratar, de esta manera, de aprender respecto a los problemas para tratar de superarlos y, por lo tanto, brindar de esta manera una ayuda porque queremos ser el país que como estos sueños que ustedes construyeron y están construyendo son los mismos sueños que tenemos que construir para un país que necesita, progreso, pero también necesita equidad y necesita mejores universidades como la Universidad de Chile. 

Y, una última cosa, nosotros siempre decimos que quienes pasan por nuestros programas, independientemente, de donde vengan, independientemente, si los programas son más cortos o más largos, si son programas de un semestre o de cuatro años o de ocho años, independientemente, de todo eso, nuestros estudiantes en los programas aprenden, pero al mismo tiempo, tiñen su corazón de azul.  Ustedes, de una manera u otra, han pasado a ser todos hijos de la Universidad de Chile y como tal tienen nuestro aplauso, nuestro cariño y, desde luego, nuestros mejores deseos.

Muchas gracias y que les vaya a todos muy bien.

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