El envejecimiento se ha vuelto una preocupación mundial, pues la OMS estima que para el 2050 un 22% de la población tendrá más de 60 años. En Chile, este grupo representa el 16,2% de individuos y seguirá creciendo gradualmente hasta superar el tercio de la población en 2100. Además, en 2019 el SENAMA registró un gasto social en ámbitos de salud y pensiones que alcanzó el 20% del PIB.
Frente a la necesidad de atender las necesidades de este grupo etario en el marco de la pandemia, investigadoras e investigadores del Consorcio de Universidades Estatales de Chile (CUECH) publicaron el documento “Personas Mayores y COVID-19”. Esta iniciativa forma parte de una mesa temática enfocada en envejecimiento, que surgió a partir de un convenio marco de cooperación impulsado con recursos brindados por el Ministerio de Educación entre los años 2016 y 2020.
De acuerdo con el grupo de investigación, los problemas multidimensionales de la vejez se han agudizado en pandemia y, a pesar de que el virus afecta a todos por igual, son las personas mayores quienes presentan los cuadros clínicos más graves, al representar más de un 80% de los fallecimientos por el COVID-19. Hasta ahora, los expertos sostienen que las medidas adoptadas por el Gobierno han tenido como consecuencia complicaciones en cuanto a salud mental, actividad física y fragilidad, entre otras.
La secretaria ejecutiva del CUECH, Mónica Quiroz, explica que a pesar de que el convenio marco terminó, generó una cultura colaborativa y un compromiso mancomunado. “Cuando aparece el tema de la pandemia sentimos que era muy importante visibilizar la reflexión enfocada en el bienestar de los adultos mayores. Se preparó este documento que tiene peso académico, es robusto y ha servido a los rectores para dar a conocer que las universidades también pueden hacer aportes concretos para fortalecer el sistema y aportar en la investigación regional y nacional”, explicó.
Asimismo, la directora de Investigación de la VID, Silvia Núñez, destacó la colaboración entre la red de universidades estatales. “Este tipo de cooperación permite abordar problemas desde distintas miradas, realidades y disciplinas del saber. El envejecimiento de la población es un desafío global y tiene diferentes factores que afectan a este grupo. Por tanto, son oportunidades para que los investigadores e investigadoras se pueden complementar y ver distintas aproximaciones”, indicó.
La salud mental y la discriminación como principales problemas asociados al envejecimiento en pandemia
Existe evidencia de que un envejecimiento saludable retrasa los problemas asociados a las personas mayores. Sin embargo, la emergencia sanitaria ha acentuado complicaciones, como la fragilidad, inmunosenescencia, malnutrición e inactividad física, sumando problemas asociados a la salud mental debido a las largas temporadas de confinamiento en Chile.
La Académica del INTA y miembro del equipo que escribió el documento, Cecilia Albala, señala que antes de la pandemia cerca del 20% de adultos mayores presentaba síntomas depresivos. “Lo más grave de esto es que solo la mitad está en tratamiento. Si tu miras ese cuadro pre Covid-19, podemos imaginar el efecto que ha significado el aislamiento que te deja en casa y no permite cultivar relaciones sociales ni moverte. Acá ha existido una discriminación disfrazada de paternalismo, pues si tú tienes a los adultos mayores de 75 años más de cuatro meses encerrados, los tratas como una carga para la sociedad y como gente que no puede cumplir indicaciones. Esto limita su autonomía, generándoles rabia, angustia y haciéndoles sentir como un estorbo para la sociedad”, recalcó.
Además, la Profesora Albala alertó sobre los riesgos que pueden venir para el sistema de salud una vez terminada la pandemia. “Estamos luchando contra el Covid-19 y eso está muy bien porque es lo que debe hacer. Sin embargo, debemos estar preparados para lo que viene, pues los coletazos van a ser mucho más graves en los adultos mayores. Se han dejado de hacer controles, diagnósticos y esto puede ser un gran problema en el futuro”, señaló.
En la misma línea, el Académico de la Facultad de Ciencias y director del Centro GERO, Christian González, explica que ha existido discriminación. “No todas las personas de 75 años son iguales y el simple hecho de usar la edad cronológica para tomar decisiones es un error, ya que no todos envejecen de la misma forma y es una decisión no tiene asidero científico. Estas medidas se han hecho sin tomar en cuenta o preguntarle al grupo afectado su opinión y, por lo tanto, esa es una de las lecciones que podemos rescatar. Los adultos mayores son sujetos de derecho y es gente de decidir por sí mismas. Es intolerable que sean infantilizados y estigmatizados por la edad que salga en su cédula de identidad”, enfatizó.
Finalmente, el Profesor González también quiso destacar la labor de la red. “Este grupo investigativo sigue trabajando, aun cuando el proyecto original ya terminó. Han permanecido organizados y estamos motivándonos todos juntos para seguir generando investigación transversal que incorpore diferentes miradas. Aquí no solamente hay gente involucrada en los aspectos científicos, médicos o biológicos del envejecimiento, sino que también en los aspectos sociales, económicos, arquitectónicos. Esta es una buena noticia y debiese utilizarse de base para construir y desarrollar estudios en envejecimiento hacia el futuro, que es algo que es muy necesario para el país”, concluyó.
El documento "Personas Mayores y Covid-19" puede descargarse desde el costado derecho de la pantalla.