El aumento de las temperaturas medias, fenómenos meteorológicos extremos y la subida del nivel del mar, son algunos de los diversos fenómenos que se desplegarán a nivel nacional de acuerdo con el alarmante VI informe IPCC de las Naciones Unidas. En documento fue analizado por especialistas del Programa Transdisciplinario en Medio Ambiente (PROMA) y el Center for Climate and Resilience Research (CR2) de la Universidad de Chile, quienes cuestionan las tomas de decisiones a nivel nacional y hacen un llamado a trabajar transdisciplinariamente para enfrentar el desafío.
Para vicerrector de Investigación y Desarrollo (VID), Flavio Salazar, “el rol de las universidades públicas es fundamental respecto al estudio de los orígenes y eventuales consecuencias del cambio climático. En la Universidad de Chile comprendemos que estos fenómenos no deben ser abordados desde solo una dimensión y durante años, hemos contado con visiones transdisciplinarias a través de los distintos centros, unidades académicas e investigadores para aportar a la mitigación y adaptación frente a estos escenarios”, destacó.
Causas y efectos del cambio climático en Chile
De acuerdo con el VI informe IPCC de las Naciones Unidas, el cambio climático es generalizado y se está intensificando con el paso de los años, siendo el factor humano el principal desencadenante de esta situación. El documento entrega estimaciones sobre los altos índices de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el planeta, e indica las probabilidades de sobrepasar el nivel de calentamiento global, superando los 1,5 ºC en los próximos 20 años.
Según la Académica integrante de CR2 y miembro de IPCC, Laura Gallardo, “La evidencia científica sobre el calentamiento global cada vez se vuelve más sólida e irrefutable. Las temperaturas aumentan y con ello, la gravedad de los impactos, por lo que comenzamos a tener múltiples fenómenos simultáneamente. Este es un problema que no solo nos afecta a todos y todas, sino que también, es producto del accionar de todas y todos, por lo que debemos hacernos cargo”, indicó.
El escrito menciona 98 veces a Chile, de las cuales 34 se refieren a los fenómenos climáticos que el país enfrenta. Las bajas precipitaciones y cobertura nival, la aridificación futura y el aumento de los incendios forestales, son fenómenos que se vienen manifestando hace más de 10 años, sin embargo y pese a la advertencia de diversos expertos nacionales, no han existido mejoras. Un ejemplo de ello, es la disminución de la peritación desde la cuenca de Copiapó hasta la cuenca de Aysén para 2050, que impactará principalmente a los sectores productivos, la biodiversidad y la energía.
El Académico de la Facultad de Ciencias e integrante de PROMA, Javier Simonetti, comentó que “el informe del IPCC señala aquellos problemas que se esperaba afectaran al planeta que hacia fines del presente siglo, se adelantaron al primer 20% del siglo en curso. Hace décadas se ha advertido de los cambios globales que enfrentaríamos y que, hoy en día, se están haciendo tristemente realidad. La evidencia científica y técnica, muestran inequívocamente y a través de fundamentos contundentes los problemas a los que nos estamos enfrentando, cambios en el clima que también afectan a nuestra diversidad biológica, evidencia que es a prueba de cualquier escéptico”.
Por otra parte, una variable relativamente nueva que se manifiesta en el documento de IPCC, son los forzantes climáticos de vida corta. De acuerdo con la profesora Gallardo, “hay que poner atención a las ciudades, ya que concentran el 70% de las emisiones de dióxido de carbono de manera global, por lo que tenemos que poner más atención a la urbanización”.
Incongruencias en el accionar nacional
Chile se encuentra suscrito a diversos acuerdos internacionales que lo invitan a tomar medidas estratégicas en distintos niveles para cumplir y contribuir a la mitigación del cambio climático mundial. El país ha impulsado diversos planes de acción, tales como la Estrategia Climática a Largo Plazo y el Programa de Gestión del Carbono, sin embargo, el Proyecto de Ley Marco de Cambio Climático (PLMCC), aún se encuentra en tramitación, como lo está hace más de una década la Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.
Este hecho ha posibilitado que la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) de Coquimbo aprobara por once votos a favor el polémico proyecto minero-portuario, Dominga. Ante ello, las organizaciones ambientales y especialistas de PROMA y CR2, manifestaron sus preocupaciones ante las incongruencias del accionar nacional en materia medio ambiental.
La profesora Gallardo, manifestó que “este tipo de contradicciones vitales que nos encontramos viviendo, no nos avecinan a un escenario positivo en el corto plazo. Debemos comenzar a disminuir las disonancias cognitivas y entender que mientras más tarde se toman las medidas, más costoso será nuestro futuro. Ahí es donde resulta importante continuar impulsando iniciativas como el programa FONDAP, para conjugar las capacidades científicas en un sentido amplio. Como CR2, estamos al servicio del país, y es nuestro deber dar cuenta a todos los gobiernos los desafíos a los que nos enfrentamos y la necesidad de tomar medidas concretas y congruentes”.
Por su parte, el profesor Simonetti señaló que “debemos ser ambiciosos en las metas que nos fijamos y dar señales claras a la población. Esta decisión que se ha tomado a escala regional es una bofetada a todos quienes han demostrado que el proyecto Dominga tiene un impacto contundente sobre el entorno. Es una vergüenza que aceptemos este tipo de acciones, sobre todo cuando estamos en conocimiento de la preocupante situación nacional y mundial”.
A su vez, el experto agregó que la biodiversidad chilena ya está siendo afectada por el cambio climático, lo que junto al negativo impacto que tiene sobre ella el cambio en los usos del suelo, pone en riesgo su sobrevivencia. El evidente cambio climático y la pérdida de biodiversidad representan amenazas al bienestar de la población nacional. En la medida en que Chile solo se preocupe del crecimiento económico ignorando las consecuencias ambientales de su accionar (como lo evidencia el caso Dominga), consecuencias adelantadas desde hace mucho tiempo por la academia, el futuro no es alentador. Aún estamos tiempo de reaccionar. Como PROMA colaboraremos mediante trabajo transdisciplinario, considerando las voces de todas las partes interesadas de nuestra sociedad, como unaporte al debate sobre temas que la ciudadanía considera ambientalmente relevantes, y que debieran ser abordados en la próxima constitución”.