Uno de los mayores desafíos para las instituciones de educación superior a partir de la pandemia de COVID-19 ha sido adaptarse, innovar y acelerar procesos de cambio en las prácticas de enseñanza y aprendizaje, todo esto con una rapidez inédita. En este contexto, el desarrollo e implementación de salas híbridas, con tecnología adaptada a las necesidades particulares de cada espacio, ha sido una de las grandes tareas en las que se ha embarcado la Universidad de Chile, trabajo que permitió la inauguración oficial de 16 salas de este tipo en el campus Juan Gómez Millas hoy miércoles 22 de diciembre.
En un trabajo de coordinación que implicó el diseño, compra de equipamiento, y también clases piloto, se logró dar vida a estos espacios que podrán ser utilizados por estudiantes y docentes de las Facultades de Ciencias Sociales, Artes o el Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI), entre otras unidades académicas.
“La sala híbrida lo que promete es que la experiencia del estudiante presencial sea equivalente a la experiencia de clase del estudiante remoto”, dice Darío Riquelme, gestor de proyectos de la Oficina de Educación Online (EOL), quien estuvo a cargo de la implementación tecnológica de las salas y explicó su funcionamiento. Siempre teniendo en cuenta que lo importante es la clase y no la tecnología, entre otras cosas, se buscó facilitar la experiencia del profesor o profesora al desarrollar su clase y minimizar los puntos de falla, en este y otros proyectos en distintas facultades de la Universidad, la que actualmente cuenta con un total de 86 salas equipadas.
La vicerrectora de Asuntos Académicos de la Casa de Bello, Rosa Devés, destacó la implementación de estos espacios, valorando lo logrado a partir de un trabajo colaborativo entre las vicerrectorías de Tecnología de la Información y Asuntos Académicos, los equipos del Campus y de las distintas unidades académicas “para lograr estas salas híbridas, con una tecnología del mejor nivel, que han sido resultado del estudio, de conversaciones con los profesores y profesoras de las distintas disciplinas para que sean las mejores salas para su docencia”. Agregó, en esta línea, que “el proceso que se ha llevado a cabo para llegar a este resultado es ejemplar en la Universidad. Es un momento de mucha esperanza y mucha alegría de poder tener esta infraestructura”.
El vicerrector de Tecnologías de la Información (VTI), José Miguel Piquer, destacó la colaboración y cooperación entre unidades para desarrollar esta iniciativa. "Se alinearon las distintas autoridades involucradas, tanto de facultad como a nivel central, y trabajamos en aras de lograr un objetivo que además fue extraordinariamente rápido", recalcó.
Por su parte, Leonor Armanet, directora del Departamento de Pregrado de la Universidad de Chile, apuntó a que “lo que hoy día vimos fue una comunidad que se movilizó, y se movilizó por un propósito bien concreto, que era lograr que dispongamos de una tecnología que nos permita, con la mayor calidad posible (...) que los estudiantes que están presenciales puedan realizar la interacción con su profesor o profesora, pero también que quienes están en la casa sean protagonistas, que esa experiencia formativa en ese momento sea lo más idéntica posible”.
Paula Vergara, directora de la Escuela de Pregrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, en tanto, destacó la posibilidad que da la pandemia de mirar y revisar la docencia y los procesos formativos con una perspectiva de futuro y el estudiante al centro, asumiendo que las y los estudiantes hoy cumplen diversos roles sin dedicación exclusiva al aprendizaje. “En esos términos, las clases híbridas, las tecnologías que estamos viendo hoy día, nos dan oportunidades (...) en términos de poder diseñar curriculum y procesos formativos mucho más laxos y flexibles”, que aporten en ámbitos como, por ejemplo, la corresponsabilidad, la equidad y la inclusión.
Pizarras e inteligencia artificial
Parte de las características específicas de las salas híbridas que comparten todas las unidades académicas del campus Juan Gómez Millas son las acciones simples para su funcionamiento, como apretar un botón para que se transmita la pizarra a través de la cámara con inteligencia artificial; que los micrófonos siguen los movimientos del profesor a lo largo de toda la sala sin que se pierda el audio; que no cuenta con cables que puedan dificultar la experiencia presencial y que la clase queda grabada en la nube y le llega por correo electrónico al docente para que la baje.
“Tenemos una cámara para el profesor, microfonía y audiofonía de muy buena calidad, de modo que en la sala se escuchan muy bien los estudiantes que están en casa y en casa también escuchan bien a los estudiantes que están en sala, lo que era súper importante para producir el efecto de la sala híbrida”, apunta Darío Riquelme.
Añade, por otra parte, que desde lo práctico, “aparte de las cámaras, tenemos el monitor de retorno y tenemos una cámara dedicada a la pizarra, de modo que al profesor le pudimos devolver este espacio. El profesor llega a su sala y tiene plumones y ocupa su pizarra como siempre la usó en el tiempo, y esta cámara captura lo que está dentro de la pizarra y transmite con bastante nitidez porque tiene una especie de filtro con inteligencia artificial que transmite solo lo que el profesor escribió”.
Loreto Urrutia, administradora del Campus Juan Gómez Millas, explica que dentro del proceso de puesta en marcha se realizaron capacitaciones para los docentes. “Se hicieron seis o siete capacitaciones masivas de profesores y después se empezaron a agendar individuales, si algún profesor lo requería, e incluso media hora o 20 minutos antes de la clase. En general, el resultado y la respuesta que se tuvo de parte de los profesores y los asistentes era muy buena. Ellos estaban maravillados por esta vivencia de juntarnos de nuevo, pero también estar del otro lado con asistentes de manera telemática”, afirmó.