Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Graduación del Magíster en Gestión y Dirección de Empresas.

Quiero hacer, en primer lugar, un comentario, porque siempre el Rector participa en estas ceremonias de graduación de muchas carreras, de muchas facultades distintas, y siempre hay un regalo para los mejores graduados, pero nunca me había tocado entregar como regalo una suscripción al Harvard  Bussiness Review. Me parece que es una señal potente de un programa que quiere justamente  reproducir en el reconocimiento también el trabajo académico, no sólo de otras instituciones, sino la que se realiza y se explota en nuestra propia institución.

Esta ceremonia es usualmente envolvida en el sabor del adiós.  Y generalmente las graduaciones, tanto de nuestros programas de pregrado como los de postgrado, tenían ese carácter del hasta nunca.  Generalmente al coro se le pedía que cantara la canción del adiós y había una   connotación dramática de lo que ocurría cuando jóvenes, personas graduadas, en las distintas instancias de la universidad abandonaban la Casa Central y eso fue, en nuestra generación, casi para nunca más volver. 

Pero hoy día es distinto porque nadie, y ustedes lo saben muy bien, puede pensar que  va a salir allá afuera y va a ser exitoso sin volver a la universidad.  Porque ustedes mejor que nadie saben  que las cosas allá afuera están cambiando con una velocidad que quizás no somos ya capaces de mantener bien al día en los programas corrientes de la propia universidad.  Hay cambios fundamentales en el conocimiento; hay cambios fundamentales en la organización y por lo tanto también hay cambios fundamentales en la demanda que el medio, la empresa, la realidad, ejerce sobre ustedes.  Por lo tanto una graduación hoy en la universidad, especialmente en una universidad como ésta, que trata de estar siempre en la cresta de la ola, no es un adios ni es una despedida final; es una instancia en que se ha cumplido un hito, se ha llegado a una meta y es muy satisfactorio y encomiable, pero ciertamente que ustedes han de estar de vuelta más tarde o más temprano.  Y eso es muy importante, primero para mantener las competencias, pero para la universidad es muy importante, porque son las preguntas de quienes vuelven las que permiten que nos mantengamos también nosotros contestando cosas que tienen que ver con la realidad y no sólo son producto de nuestra imaginación. 

Una universidad se mantiene al día no sólo por la calidad de las respuestas, sino que  también por la calidad de las preguntas.  Y las preguntas vienen fundamentalmente de nuestros egresados, de quienes están allá afuera, de quienes están en contacto con los problemas y por lo tanto esta interacción es, como dijo uno de  sus compañeros, "una sociedad se debe mantener en esa perspectiva hasta el futuro".  Ustedes creciendo en su desempeño y nosotros creciendo también como organización.

De manera que  nos sentimos muy conformes de que hayan llegado ustedes a esta etapa que se completa y que anuncia otras que han de venir, dependiendo de los giros que tomen las respectivas vías profesionales o académicas de cada uno de ustedes.  Y naturalmente que es una etapa que han cumplido con sacrificio, eso sí lo sabemos, por los estándares de esta universidad y de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, que son estándares altos y pretendemos mantenerlos altos. Lo que queremos es seguir subiendo la vara todo lo posible porque esa es una exigencia hacia nosotros mismos y desde luego también una exigencia en este ambiente competitivo en que nuestra competencia está basada justamente en calidad. Nuestra ventaja comparativa está en la investigación y el postgrado y en la calidad con que tratamos de hacer eso bien en todos los ámbitos disciplinarios. 

De manera que ustedes han pasado una  valla no menor, importante y cuando se habla de todos estos sacrificios de los tiempos familiares, de los tiempos que se habían subestimado en las previsiones, pero que después en las realizaciones fueron distintos, es una señal  justamente de que se ha cumplido no sólo con una etapa difícil en el trabajo de todos ustedes,  sino que también con la etapa que nosotros esperamos a nivel de nuestra universidad que se cumpla para que efectivamente el trabajo de esta universidad cumpla también con metas de excelencia académica.

Desde luego, ustedes se van y como he dicho, transitoriamente, pero no deben dejar de pensar también  que a pesar de  que se van de un programa de postgrado, a pesar de que este es un programa que los va a habilitar para el desempeño profesional, en realidad cuando hoy uno se va de la universidad no deja a la universidad y en consecuencia yo quiero que ustedes piensen también que se llevan algunas responsabilidades, algunas tareas y quiero reseñarles tres que son en nuestra opinión muy importantes. La tarea número uno es que ustedes tienen que ser los más competentes en el ejercicio de lo que hagan, porque nosotros en esta universidad pretendemos preparar líderes conductores, no preparamos gente para el ejército del montón.  No queremos preparar quienes se sumen a esta gran cantidad de gente que hoy día pulula en el mercado con cartones parecidos a esos pero no iguales.

Ustedes están habilitados para ser competentes, para ser efectivos y eficientes y demandamos de ustedes eso, porque, como muy bien lo dijo un compañero de ustedes en su alocución,  esta sociedad es que ustedes nos ayudan a mantener nuestro prestigio porque nuestro prestigio en gran medida son nuestros egresados, lo que ustedes hacen y nos inhabilitan  tremendamente si ustedes no realizan  bien todo aquello para lo cual nosotros los hemos preparado. Esa primera tarea es competencia, porque esa competencia de ustedes allá afuera nos permite a nosotros también seguir manteniendo la excelencia académica y ésa, como bien se ha dicho, es una buena sociedad.  Si nuestra excelencia se desmorona también empieza a caer el valor de ese cartón.  Si la competencia de ustedes se debilita también cae definitivamente la calidad de esta institución en su trabajo académico.

Pero hay una segunda tarea que también es muy importante mantener.  Nosotros sabemos y ustedes mejor que nadie que hoy día el desempeño, el estudio en la universidad es una inversión en capital humano.  Y todos, evidentemente, esperamos un retorno a esa inversión,  quizás muchos de ustedes no sólo han leído, sino que también han ejercitado con esos números que muestran  como el costo y el retorno tienen de alguna manera una comparación, quizás con proyectos alternativos de vida.  Esa es una dimensión importante del problema, pero tampoco hay que olvidar que al final del día, siempre tiene que quedar también un momento para el lado humano, para la solidaridad; siempre hay la posibilidad de estrechar la mano de alguien para sentir que aquí no sólo estamos tratando de obtener el  retorno de lo que legítimamente decidimos invertir, sino que también este concepto de retorno, sobre todo en egresados de la Universidad de Chile, tiene que tener un componente de compromiso de servicio a los demás, no es puro servicio ciertamente.

No es que todo el tiempo tengamos que ser la entrega gratis y fácil, naturalmente que no, pero sí el factor definitivo, el sello definitivo de esta institución son profesionales, egresados, graduados, que  efectivamente marquen ese lado humano que hoy es escaso. Es una ventaja competitiva muy importante también para cada uno de nosotros, para ser apreciado en toda la dimensión de lo que hacemos, tanto como profesionales efectivos y eficientes, tanto como seres humanos que efectivamente también somos competentes en el ámbito  solidario.

Pero hay también una tercera tarea.  Ustedes han venido, de muy distintas instituciones, de distintos orígenes profesionales,  de distintas formaciones, distintos entrenamientos y por cierto comparten también distintas vocaciones.  Pero hoy tienen una cosa en común que es muy fundamental, ustedes han pasado a ser hijos de la Universidad de Chile, igual que todos nosotros.  En esta universidad cuando uno viene a estudiar tiene que aprender para poder obtener eso que ustedes han obtenido, pero junto con eso uno viene aquí también a teñir su corazón de azul que es el color de la institución y por lo tanto eso significa que esta universidad pasa a ser la casa de ustedes definitivamente. Esta es una marca de fábrica que no se olvida y que generalmente tampoco queremos olvidar y por lo tanto uno también se debe a la institución, se debe a ella y por lo tanto defenderla y quererla  es también parte del mandato de todos los que atraviesan esa puerta con un título de la universidad.

Deseo que les  vaya lo mejor del mundo, que se realicen plenamente como personas y como profesionales y cuando estén de vuelta estén seguros que los vamos a estar esperando.

Mucho éxito.

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