Premio Nacional de Ciencias Naturales 2022

Profesor Sergio Lavandero: “La base del cambio es tener una mejor educación”

Sergio Lavandero: “La base del cambio es tener una mejor educación”
Sergio Lavandero
"Para alcanzar un nivel de desarrollo diferente al que tenemos y satisfacer todas estas demandas que tenemos objetivamente insatisfechas, debe haber progreso económico y educacional. Creo que la base del cambio es tener una mejor educación", afirma en esta entrevista Sergio Lavandero.
Sergio Lavandero
El nuevo Premio Nacional de Ciencias Naturales advierte que "cerca del 90% de los chilenos son sedentarios, 3/4 tienen obesidad, nos alimentamos mal y se fuma mucho. Es necesario cambiar estos hábitos". En esta línea, agrega que "hoy los recursos que invertimos en salud están mal distribuidos, deberíamos destinarlos fundamentalmente a la prevención más que al tratamiento".

Sergio Lavandero, licenciado en Química y Farmacia y doctor en Bioquímica de la Universidad de Chile, eminencia internacional en cardiología y fisiopatología, es el nuevo Premio Nacional de Ciencias Naturales 2022. “Creo que no podría haber alcanzado mi desarrollo científico sin la ayuda de mi querida Universidad de Chile”, expresa el también fundador y director del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), donde trabaja por la prevención de estas patologías sin cura que son la principal causa de muerte en el país y el mundo. 

En esta entrevista, el orgulloso hijo de la educación pública comenta el rol fundamental que tiene una educación de calidad en el cambio social y el progreso en todas sus dimensiones. El Profesor Titular de las facultades de Medicina y de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la U. de Chile agradeció el máximo galardón otorgado en reconocimiento a su destacada trayectoria y destaca la influencia que han tenido en ella sus maestros y estudiantes, así como a su alma máter.

- ¿Cómo han sido los últimos días tras recibir el Premio Nacional? ¿Qué significa para usted este premio?

Bueno, han sido unos días un poco raros, es como estar soñando y todavía no despertar. Todo ha ocurrido rápidamente, te avisan con un llamado telefónico y desde ahí es una vorágine de acontecimientos, de mucha comunicación con personas de todas partes, de Chile, de la Universidad, de estudiantes que tuve hace mucho tiempo. Voy a un lugar y te reconocen. Nunca había tenido tanto mails, whatsapps o llamadas de teléfono. Esa es la primera sensación. Y también me hace reflexionar, mirar para atrás y ver lo que he hecho, reconocer quienes fueron mis formadores, como los profesores Mario Sapag-Hagar, Arturo Ferreira, Ramón Corbalán y una sucesión de gente. Te das cuenta que eres producto también de la influencia de estas personas.

Pero también agradecer al sinnúmero de alumnas y alumnos que han trabajado conmigo. He tenido cerca de 90 estudiantes de doctorado, como 40 de magíster y muchos de pregrado. Y en realidad yo no podría estar conversando contigo hoy en día si es que no fuera agradecido del aporte de cada uno de ellos. Un agradecimiento profundo también a la U. de Chile. Es un lugar único donde podemos tener una libertad de hacer, de estar en contacto con jóvenes, con colegas, con otras disciplinas. Creo que no podría haber alcanzado mi desarrollo científico sin la ayuda de mi querida U. de Chile.

- ¿En qué está concentrando su labor ahora post galardón?

Los desafíos siguen. Sigo con la docencia de pregrado, me encanta estar en contacto con mis estudiantes porque de esa manera puedo vincularlos y motivarlos. Algo distintivo que tenemos en la U. de Chile es el hecho de poder vincular la docencia con la investigación, pero -por otro lado- también me encanta la gestión académica y por eso fui integrante del Senado y acabo de renovarme. Me parece una institución muy interesante porque te permite precisamente conocer la diversidad de la comunidad de académicos, funcionarios y estudiantes. Y eso es la Universidad.

- Usted es un hijo de la educación pública, institutano e hijo de Bello ¿Cómo ve hoy a la Universidad y el rol de la educación pública?

Aquí tenemos que tener una visión de largo plazo. La U. de Chile ha acompañado la historia del país, han habido muchos hitos en la historia nacional que han sido con convulsión y creo que el rol de nuestra Universidad es siempre estar al lado del Estado de Chile, independiente del color político de un gobierno, sino que brindar las mejores capacidades para satisfacer las necesidades de toda nuestra población.

Entre los roles de la Universidad, hay dos muy claros: la formación de nuevos profesionales que no solamente sean de excelencia, sino que también comprometidos con los desafíos tanto de país como de civilización. Y, por otro lado, ayudar al progreso tanto social y económico en todas sus dimensiones, a través de la investigación, la innovación, el desarrollo tecnológico y también el emprendimiento. Para alcanzar un nivel de desarrollo diferente al que tenemos y satisfacer todas estas demandas que tenemos objetivamente insatisfechas, debe haber progreso económico y educacional. Creo que la base del cambio es tener una mejor educación y en Chile tenemos una responsabilidad que es la formación de profesores.

- ¿Cómo mejorar estos aspectos?

Una deuda profunda que tenemos con la sociedad es no tener una Facultad de Educación. Para mí es algo que no se sostiene. O sea, creo que todos deberíamos poner el mayor de nuestros esfuerzos a ese objetivo, porque si queremos que cambie la educación y tener una educación pública de calidad, tenemos que formar profesores que sean el pilar de todo esto.

Difusión de la ciencia

- La difusión de la ciencia es algo importante para usted también...

Así es, porque los científicos trabajamos en equipo. Los problemas son muy complejos y, por lo tanto, estos equipos son multidisciplinarios y luego tenemos que avanzar en lo que llamamos la transdisciplina, es decir, involucrar también a otros actores que no son los tradicionales, y por eso la Universidad tiene que tener una política de puertas abiertas. Para incentivar ese acercamiento a la gente común y corriente, que sienta que este es su espacio, donde puede disfrutar de buena música, obras de arte, escuchar de los avances científicos, oír de la historia que es tan importante.

- ¿Cuál es el impacto de este contacto directo de los especialistas con la comunidad?

Los científicos tenemos que estar más en contacto directo con nuestra sociedad y por eso el centro que dirijo, el Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), un Fondap formado por la U. de Chile y la U. Católica, es el único que tiene un Par Explora dirigido por científicos. Porque pienso que podemos dar una nueva dimensión de la comunicación de la ciencia y la tecnología, pero también siento que es un instrumento para hacer cambios. Por ejemplo, nosotros nos preocupamos de las enfermedades crónicas no transmisibles, como son las cardiovasculares, la diabetes, la obesidad y el cáncer, donde hay que actuar muy tempranamente, a nivel parvulario y de educación básica. Ahí podemos no solamente estimular el desarrollo de nuevas generaciones de científicos, sino que también ayudar a que, por ejemplo, la obesidad en el futuro no sea lo que hay hoy en día. Necesitamos ese contacto también con los agentes de cambio, como son los profesores.

- ¿Cómo estamos los chilenos en estas enfermedades crónicas?

En realidad no es muy auspicioso, porque cerca del 70% al 80% de los chilenos mueren fundamentalmente por cuatro enfermedades incurables, en orden de importancia: cardiovascular, cáncer, enfermedad crónica respiratoria y diabetes. Hoy los recursos que invertimos en salud están mal distribuidos, deberíamos destinarlos fundamentalmente a la prevención más que al tratamiento, porque cuando esta enfermedad se declara en realidad podemos minimizar su impacto, pero no la podemos curar.

Lo segundo que requerimos es efectivamente hacer investigación de frontera para entender cómo se originan y se desarrollan estas patologías. El mundo se ha achicado con las comunicaciones, y nos permiten ya no solamente enfrentar estas tarea en forma local, sino que formando redes de colaboración internacional. Hoy en día no hay límites para que te puedas relacionar y tomar esta tarea. Porque lamentablemente nuestra Encuesta Nacional de Salud nos muestra cifras muy preocupantes, por ejemplo, cerca del 90% de los chilenos son sedentarios, 3/4 tienen obesidad, nos alimentamos mal y se fuma mucho. Es necesario cambiar estos hábitos.

- ¿Cómo llegó de la química farmacéutica a ser una eminencia en la cardiología y fisiopatología?

Se puede llegar al mismo destino por distintos caminos. Hay mucho talento en Chile y en realidad por eso mi agradecimiento a estas jóvenes generaciones que siempre te impulsan a ir más allá. Por eso creo que lo importante es que todos tengamos sueños, sueños grandes y que nos esforcemos con pasión, con mucho trabajo por cumplirlos.